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Álvaro Pascual-Leone y lo que hay que hacer para tener un cerebro sano

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Una de los temas que en todas las épocas ha causado interés y curiosidad, tiene que ver con el cerebro y sus funciones, que diferencian al ser humano de otros seres vivos. Muchos especialistas han dedicado sus vidas a entrar en este escabroso pero apasionante tema, con el propósito de encontrar respuestas a tantas interrogantes que aún, y a pesar de lo avanzado de la ciencia, quedan por descubrir.

Varios expertos transitan ese camino, conociendo algunos de los hábitos o estímulos, que conducen a mantener un cerebro sano.  En esta ocasión, citamos el trabajo que realiza el investigador español Álvaro Pascual-Leone, desde su cátedra.

 

ESTUDIOS | El cerebro es la pasión de un médico español, que ha intentado despejar las dudas de ese kilo y medio de redes eléctricas que forman millones de neuronas. Álvaro Pascual-Leone es Catedrático de Neurología en la Escuela de Medicina de Harvard, donde lleva 23 años enseñando, También es Decano y Director del Centro para la Estimulación No Invasiva del cerebro y del Instituto de salud cerebral Guttmann en Barcelona.

Ha desarrollado investigaciones y proyectos para encontrar los marcadores biológicos que mantienen sano al cerebro y localizar los mecanismos que ayudan a protegerlo de alteraciones, así como la comprensión de los mecanismos que controlan la plasticidad cerebral, o sea la capacidad de adaptarse a situaciones diferentes.

Mediante ensayos clínicos, Pascual-Leone ha demostrado que la estimulación cerebral no invasiva, puede ayudar en la recuperación de muchas funciones. El Neurólogo es experto en el campo de la estimulación magnética cerebral, una técnica para manipular conexiones neuronales, que “puede ayudar en la recuperación de la función de la mano, la afasia después del accidente cerebrovascular, el control de la conducta adictiva, la adquisición del lenguaje y la conducta de imitación en el autismo, la epilepsia, enfermedad de Parkinson, dolor crónico y la depresión resistente a medicamentos”, explica.

Pascual-Leone ha demostrado que “la mente y lo que somos son consecuencia de nuestro cerebro y de su estructura, pero el cerebro y su estructura, a su vez, son también consecuencias de nuestra mente”.

 

MECANISMOS| El siglo XXI es considerado “El siglo del cerebro”, debido a la trascendencia de los trabajos científicos que están desarrollando al respecto. “El cerebro sobre todo, es eléctrico, tiene tantas neuronas como estrellas hay en la Vía Láctea, cada una de ellas, ayudada por mil o más células y conexiones de apoyo que, a su vez, son generadoras de electricidad”.

Después de décadas inmerso en las profundidades del estudio del cerebro, el Catedrático dice que “aunque es cierto que hay sustancias químicas en el cerebro y en la transmisión entre neuronas, sobre todo el cerebro es un órgano eléctrico, entonces nos debemos preguntar cómo podemos usar electricidad para modificar la electricidad que hay en el cerebro”.

Según el Neurólogo no tenemos idea de todas las funciones que tiene el cerebro y cuantas, muchas veces no se toman en cuenta ni son relacionadas con este órgano. “Pensemos en lo que hace nuestro cerebro cuando, por ejemplo, nuestra mano está en reposo. Hay células que nos permiten mover la mano y asumimos que si no estamos moviendo la mano, estas células están calladitas y sin hacer nada. Pero, eso no es cierto. Las células que nos permiten mover la mano están descargándose eléctricamente 50, 60, 80 veces por segundo, pero no dan lugar a movimiento, porque para ello hacen falta dos cosas: una, descargarse hasta 110 veces por segundo, o sea aumentar la frecuencia de descarga, y la otra que deben conectarse, de forma específica, con otras células con un propósito determinado. Es la red de actividad cerebral sincronizada, la que da lugar a un cierto movimiento, un pensamiento concreto”, explica.

Su trabajo consiste en activar esas funciones eléctricas en casos en los que el cerebro no puede realizarlas solo. A través de su proyecto, ha buscado la forma de realizar estos cambios en el funcionamiento del cerebro de forma menos invasiva para el paciente.

De esa forma explica el Especialista, se puede ingresar al cerebro pero sin realizar cortes u operaciones de ningún tipo. “Nosotros, intentamos reparar sus funciones, pero sin tener que abrir el cráneo, ni tomar enfermos como sujetos de investigación”, dice.

 

 

PREVENCIÓN| Según Pascual-Leone, “el reto que tenemos como médicos es educar para que la gente pueda mantener un cerebro sano”. Para ello propone, entre otras acciones, tener un proyecto de vida definido, así como no consumir sustancias nocivas y reducir el consumo de estimulantes o depresores cerebrales.

“En primer lugar el tener un proyecto vital definido. Tener claro qué hace que te levantes cada mañana y que ese plan de vida le transcienda a uno y se proyecte sobre los demás…puede ser religión, ética o humanismo, pero también el cuidar a los nietos. En segundo lugar la red social, pero no tecnológica, ambos son importantes porque son mediadores del efecto del resto de hábitos de vida: la nutrición, el ejercicio físico, la calidad del sueño, los retos cognitivos, la salud física”.

De acuerdo a Pascual-Leone, existen muchos factores que propician un cerebro sano y que es posible evitar las patologías de este órgano. “El 90% de las neuronas se pierden antes de acabar primaria: las eliminamos, se gasta mucho. El cerebro apenas representa un 2% de nuestro peso corporal, pero consume constantemente el 20% de nuestra energía. Selecciona las conexiones que necesita. Las que no usa, las elimina. Lo importante es que el declive de nuestra salud cerebral, no es algo inevitable”, asegura.

Dice que es necesario cuidar el cerebro toda la vida, ya que cada cuatro segundos cambian las conexiones. “No podemos dejarlo para cuando seamos mayores”. Según explica debemos darnos cuenta que un cerebro sano no es un cerebro joven. “Mucha gente dice no, es que tiene 70 años y ya es mayor. Esto es una falacia. El cerebro es distinto a cada edad”.

Establece que para mantener el cerebro sano hay que cuidarse físicamente pero que existen otros factores que muchas veces no se toman en cuenta o se manejan mal. El cuidado físico “la gente tiende a hacerlo bien, lo que hace mal es no darse cuenta de que igualmente importante es evitar medicaciones que no te hacen falta”.

Expresa Pascual-Leone que tan importante como el ejercicio físico lo es también el cognitivo, y común a los dos, es el ponerse retos. “No basta con moverse o correr, o hacer crucigramas o leer, eso está muy bien, pero tiene que ser algo que te saque de tu marco de comodidad, que te haga esforzarte, hacer cosas nuevas… Puede ser simplemente aprender a enviar wasaps a tus nietos y saber usar el teléfono móvil, cultivar bonsáis, bailar tango o cocinar…En realidad, basta con cualquier afición en la que busques mejorar”.

Otro aspecto importante es el descanso. “La mayoría pensamos, si puedo dormir cinco horas y aguantar, ya va bien. Eso puede ir bien a corto plazo, pero a la larga pasa factura. Hay que dormir siete u ocho horas, no tanto por sentirse cansado o no, sino por esas funciones homeostáticas que produce el sueño en reorganización de sinapsis y de conexiones”.

Con respecto a la dependencia de niños y jóvenes a la tecnología, cree que hay que controlar esas horas de la madrugada en las que siguen conectados porque, según expresa, es necesario darse cuenta que el descanso es un proceso tan activo para el cerebro como el hablar.

El Catedrático opina que se exige demasiado a los niños y adolescentes sobre todo en rendimiento escolar. De acuerdo a ello, dice que “están en juego mucho las expectativas de los padres y de la sociedad”.

Expresa Pascual-Leone que es muy importante comprender que todas las personas son diferentes y que cada uno vive su realidad de acuerdo a su ritmo y procesos, por lo qué, encasillar a niños y adolescente en estereotipos, no es adecuado. “Desgraciadamente, se da la falta de aceptación a nivel social, hay gente más tranquila y otros más ansiosos, unos más sociables y otros más introvertidos, unos más lentos o más hiperactivos, hay gente más capaz y otros menos capaces. Eso queremos medicalizarlo, y si a tu hijo le cuestan un poco las matemáticas, en vez de sentarte con él e intentar ayudarle, lo llevamos a un psicólogo que le diagnostique una discalculia y le dé tratamiento. La medicalización de los trastornos nos permite sentirnos como padres mejor. No somos conscientes de que esa medicalización puede tener unas consecuencias”, expresa el Neurólogo.

Por Yudith Píriz.

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