Las frutas deben consumirse todo el año pero es quizá en verano, cuando apetecen más y la variedad es mayor, además de estar a precios más accesibles. Gran parte de ellas justo en este momento están en su justo, por lo que sus nutrientes están potenciados. Por ello para los intensos días de calor, deleitarse con todo tipo de frutas, en tartas, postres, jugos o ensaladas de frutas, es una rica y saludable forma de estar nutridos e hidratados.
De todas formas, es importante conocer algunas características de las frutas, ya que cierto tipo de mezclas que pueden provocar algunas intolerancias.
Para ello, es importante conocer cuáles pueden combinarse y en esa mezcla aportar nutrientes y desintoxicar el organismo.
BUENAS COMBINACIONES | Sabores exóticos, poco o muy ácidos, dulces, todas las frutas son sin dudas, las aliadas del verano. Esto se debe principalmente a su gran poder de hidratación en los intensos días de calor, donde se pierde demasiado líquido. Las frutas ayudan a recuperarlo, además de dar energía y nutrir a partir de su riqueza en fibra, antioxidantes y vitaminas, además del agua contenida en ellas.
Las frutas se encuentran divididas en categorías, por lo que es importante conocerlas, para combinarlas adecuadamente.
Además de la combinación de otros alimentos, como las verduras y carnes, las frutas también deben mezclarse con ciertos recaudos, para obtener una correcta nutrición. Este aspecto es importante tenerlo en cuenta ya que no sólo importa la cantidad y calidad de lo que se ingiere, sino que es necesario conocer también el grado de compatibilidad que existe entre los diferentes alimentos, cuando se mezclan en una misma comida.
Muchas combinaciones de alimentos son perjudiciales, acumulándose en el organismo y como no se eliminan con facilidad, se acidifican y llevan a intoxicarlo.
Para un equilibrio saludable, es más importante comer poco y bien combinado, que mucho y mal asociado. En este equilibrio químico, precisamente, es donde se esconde el secreto de la salud y de la resistencia a las enfermedades.
Las frutas en general, son de fácil digestión, pero al combinarlas entre ellas, sus azúcares pueden fermentar, causando descomposición prematura e indigestión. Como ejemplo, los aceites de las frutas neutras y los azúcares de las dulces, fermentan permaneciendo más tiempo de lo normal en los intestinos, generando fermentaciones tóxicas.
Las frutas se seleccionan en cuatro grandes grupos, con sus características particulares que las diferencian y algunas incluso, pertenecen a dos o más grupos. Ellos están compuestos por las frutas dulces, semiácidas, ácidas y neutras.
Entre las frutas dulces, se encuentran los damascos o albaricoques, bananas, cerezas, ciruelas, sandía, higo, níspero, uva, pera, melón y manzana, entre otras, como algunas tropicales que se consumen poco por esta región como la guanábana, la papaya o la guayaba.
Después existe el grupo de las semi-ácidas como fresa, manzana verde, ciruela, lima, durazno, melocotón, tomate, guayaba, mandarina, frambuesa y mango.
Entre las frutas ácidas, se encuentra arándano, limón, ananá, uva, maracuyá, pomelo, mora, tamarindo, kiwi, naranja y toronja. La acidez de estos frutos, no se refiere específicamente al gusto ácido de la fruta, sino a lo que produce en el organismo. Y por último existe un grupo de frutas denominadas neutras como, maní, almendra, nuez, avellana, coco, cacao, aguacate, durazno y cereza.
Las combinaciones más saludables son por ejemplo, las frutas ácidas con las semiácidas, las dulces con las semidulces. Sin embargo, hay que evitar mezclar más de tres tipos de frutas a la vez, por ejemplo, cae muy bien un licuado de banana con pera (frutas semidulces), o uno de jugo de naranja con fresas (frutas ácidas).
Para las típicas ensaladas de frutas, sólo se deberían utilizar frutas dulces y sin azúcar blanca o refinada, ya que las frutas de estación ya cuentan con sus propios azúcares.
En cuanto a los nutrientes, se destaca, entre las frutas ácidas, sus propiedades para bajar el colesterol y el ácido úrico. Las semiácidas son ricas en proteínas de alto valor biológico.
Las dulces se caracterizan por ser el grupo más amplio, son compatibles entre sí, ricas en vitaminas A, C, E, Complejo B12 y B 15.
Y las neutras son las más ricas en proteínas, vitaminas, sales minerales y oligoelementos.
OTRAS RECOMENDACIONES | Según muchos especialistas, y a partir del informe que muestra la Revista Cubana de Medicina Integral sobre este tema, no debería mezclarse nunca frutas con verduras en la misma ingesta. Por su parte la naranja no puede mezclarse nunca con la zanahoria ya que eleva la acidez y producen sustancias que dañan el sistema renal. Por su parte el ananá no sería conveniente mezclarlo con lácteos. Es una combinación perjudicial y puede ocasionar intoxicación, estimula el exceso de bilis y produce reflujo. A su vez otro fruto, el tomate, no puede mezclarse con papas, arroz o pan.
Azúcares con almidones tampoco son una buena combinación, a pesar de asociarse su ingesta muy comúnmente. Los azúcares fermentan en presencia de los almidones, pues tienen distintos tiempo de digestión. Por ejemplo, los pastelitos de fruta, las mermeladas industriales de frutas y la miel sobre el pan, no serían indicadas.
En el caso de la leche de vaca o sus derivados que muchas veces se la asocia con frutas, no caen bien al organismo. En realidad según el informe, la leche combina mal con casi todos los alimentos. Por su contenido proteico y graso a la vez, se complementa con cereales y féculas. Según se informa, la capacidad de asimilación de la leche disminuye a partir de los 7 años de edad, pasada esa edad, sería apropiada la ingesta de leches vegetales.
Por su parte no es conveniente tomar jugos de frutas después de las comidas. Debe hacerse una hora antes o una hora después.
La naranja debe consumirse sola y todas las demás frutas cítricas, deben consumirse antes de las 2 de la tarde y las dulces a cualquier hora del día. Todas las frutas deben consumirse sin cáscara ni semillas, preferentemente bien maduras y nunca como postre, ya que dificulta la digestión.
Estas recomendaciones permiten llevar una dieta más balanceada y saludable en la que, pequeños cambios en los hábitos alimenticios, hacen la diferencia.
Por Yudith Píriz.