El sábado 16 a la mañana el alcalde Matías Santos alertaba a los medios locales que la ruta 45 estaba cortada por el agua a la altura del Puente Valdez, al igual que el Camino de la Costa, a la altura del kilómetro 22 o 23. La novedad se desperdigó por toda la zona y la gente quiso ver con sus propios ojos lo que pasaba en el río San José.
El sábado a la tarde, cuando se realizaba la movida promovida por Tamara Avellán y vecinos, era intensa la presencia de curiosos que se acercaban a ver el corte y el agua que llegaba casi al borde del puente. Una endeble cinta amarilla marcaba el punto donde ya no se podía avanzar en vehículo (antes de cruzar el puente se había colocado una hilera de tanques que no imposibilitaban del todo el pasaje). Si alguien pasaba de allí, era responsabilidad suya. A lo lejos se veía, del otro lado del corte, otro puñado de personas que miraban lo que hacían quienes estaban hacia el sur de la 45.
Hubo quienes se aventuraron a cruzar, un motociclista, una camioneta, un camión lechero fue detenido por un rato por inspectores de tránsito, pero finalmente pasó. Una pareja de salteños, residente recientes en el departamento, expresaron su malestar porque los inspectores no los dejaban pasar en una moto de pollera, esas normales, pero se quedaron mansos al ver que los funcionarios de la Dirección de Tránsito, tras un rato en el lugar, se estaban yendo. Se marcharon los inspectores y de inmediato la mujer levantó la cinta, el hombre pasó con la moto y se marcharon, mientras, había quienes tomaban mate y esperaban a ver quién era el próximo en animarse a pasar y otros que se acercaban a ver, de uno y del otro lado del corte.
Nuevas lluvias se esperaban para la jornada del miércoles y en efecto llegaron; es de esperar que el cauce del San José haya bajado lo suficiente como para soportar otro envión de agua, sin corte de caminos.