El pasado sábado 14 de octubre, en las instalaciones de Casa de la Cultura, se cumplió con la primera reunión formal de vecinos de Libertad y su zona de influencia que tiene por objetivo comenzar a ejecutar lo que ellos han denominado como la primera huerta comunitaria de la ciudad, en un espacio cedido a esos efectos por la Intendencia.
El proyecto es encabezado por Tania Castro y Martín Mello, quienes cuentan con el asesoramiento directo de los ingenieros agrónomos Javier Núñez Fierro y Carlos Brasesco, que representa al programa “Plantar es cultura”, del Ministerio de Educación y Cultura y se enmarca en la preocupación de los desarrolladores de la iniciativa, en promover la seguridad y la soberanía alimentaria.
La idea surge como una inquietud de algunos participantes de la cooperativa Planetarios, (cooperativa con enfoque a la educación), quienes querían implementar los conocimientos adquiridos en la permacultura, para realizar su aporte a la detención del declive climático que estamos viviendo y en el que el ser humano es directamente responsable.
El proyecto al que se le dio su puntapié el sábado, fue presentado por Tania y Martín primeramente a las autoridades del Municipio que encabeza el alcalde Sergio Valverde “y luego de un año aproximadamente, recibimos una llamada del alcalde Valverde que nos dice que ya nos tenía un espacio para que ejecutáramos el proyecto”, cuenta Tania.
“Es importante resaltar que este es un proyecto de todos, nosotros pudimos emprenderlo, pero será una huerta de todos los que participen, de ahí el nombre de comunitaria”, dijo Tania Castro.
Contaron a los participantes de la reunión en la Casa las huertas comunitarias tuvieron su auge en Uruguay a raíz de la crisis económica de principios de 2000, tiempo después comenzaro su declive a partir que la economía comenzó a estabilizarse moderadamente; sin embargo, contaron los participantes en la reunión, que aún existen huertas funcionando desde esa época” (en Libertad hubo una, sobre Camino Buschental, pero dejó de funcionar en poco tiempo).
Ahora la iniciativa vuelve con la idea de la cooperativa “Planetarios”, en Libertad, más allá que est vez esta enmarcada dentro de un proyecto del Estado, como es el “Plantar es Cultura”.
BENEFICIOS | Los promotores de la iniciativa, pasaron después a enumerar los beneficios que traerá aparejados la huerta comunitaria: lo primero, dijeron, es la promoción de la participación de los vecinos en la producción de alimentos, también la mejora en la calidad de las dietas, generar un acercamiento a la jardinería y el trabajo en contacto con la naturaleza, promover la posibilidad a los vecinos de ser protagonistas en su comunidad, reducir el gasto familiar en la alimentación.
Con el apoyo de especialistas como el ingeniero agrónomo Javier Núñez, profesor de horticultura en distintas instituciones educativas y escuelas agrarias, participante en una de las huertas que se instauraron en Montevideo hace unos años, se implementarán talleres de orientación para ir conformando la huerta comunitaria, comentaron.
“Ellos como red, se organizan en el trabajo, se distribuyen tareas para producir las plantas, las semillas; las semillas tienen que ser reproducidas, tiene que haber parcelas específicas para eso”, comentaron.
A la hora de tomar la palabra, Javier Núñez explicó que en la huerta comunitaria “tiene que haber una rotación de trabajo para que todos se apropien del conocimiento. Acá lo que importa es que la planta sea rústica, que aguante los embates del clima. El paradigma es que un cuadrado de 10 x 10 se podría alimentar una familia de cuatro personas, todo el año produciendo hortalizas. Sin embargo yo soy más partidario de la granja, porque con eso es mucho más completo”.
Carlos Brasesco, es también ingeniero agrónomo, pero en este proyecto representa al programa “Plantar es Cultura” y ante los participantes de la reunión, explicó las características del programa para el que trabaja.
SOBRE EL PROGRAMA | Dijo Brasesco que «Plantar es Cultura» promueve el fortalecimiento de experiencias de agricultura urbana y peri-urbana comunitaria. El objetivo principal es el de generar una red de intercambio de experiencias, donde cada huerta conservará sus particularidades a la vez que compartirá con las restantes su quehacer y práctica. Para la consolidación del programa, el MEC convoca a las diferentes experiencias de huertas comunitarias existentes, de forma tal de articular dichas experiencias, generar actividades en torno al tema y crear un mayor impacto a nivel público.
La huerta está ubicada detrás del acopio de materiales del Municipio, más precisamente por calle San José entre el hogar “El Quincho” y el parque Carlos Clauzolles, hacia donde se dirigieron todos los probables participantes del proyecto, una vez que culminó la explicación brindada en la reunión que se desarrolló en el hall de la sala María Búa.
“Esto empieza hoy y no termina nunca. En la medida en que la comunidad se comprometa, la huerta siempre estará activa. Esto va a ser un espacio de aprendizaje. Sabremos, por ejemplo, cuándo y en qué época cosechar determinadas plantas”, contó Tania Castro durante la visita al lugar en que se desarrollará el proyecto.
Los promotores de la iniciativa reunieron los teléfonos de cada uno de los interesados en participar de la huerta comunitaria e irán comunicando los siguientes pasos del proyecto.
Por Livia Cedeño.
