En la edición del 2 de mayo de su periódico, informábamos del asesinato de un preso en el Establecimiento de Rehabilitación Nº 3 (ex penal de Libertad), durante el fin de semana anterior. Pero en realidad no fue el único crimen que se produjo dentro del centro de reclusión, fueron tres los muertos en el fin de semana y en lo que va del año se llegó a cuatro asesinados allí. Estos homicidios llevaron a que el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), con apoyo de la Guardia Republicana hiciera una revisión generalizada dentro de la cárcel, a partir de la cual se lograron requisar 385 cortes carcelarios, pero, ¿con esto se logrará evitar nuevas muertes?
Paralelo a los informes oficiales del INR sobre las acciones que se llevaron a cabo a partir de estas muertes y las investigaciones que está realizando sobre los casos la Fiscalía Letrada de Libertad, una organización recientemente formada, integrada por familiares de presos y llamada “Familias Presentes”, emitió un comunicado de prensa en el que manifiesta su “profunda preocupación” por el asesinato de tres presos en cuatro días en el centro penitenciario ubicado en las afueras de la ciudad.
La Semana se contactó con Gabriela Rodríguez, madre de un joven preso en un centro de reclusión montevideano, que oficia como vocera de la organización “Familias Presentes”, quien hizo un repaso a las preocupaciones del colectivo que naciera en agosto del año pasado y que tiene en trámite sus estatutos y personería jurídica.
Al referirse al comunicado emitido por el colectivo, dijo que consideraban que ameritaba “alzar nuestra voz por algo que desde que nos conformamos forma parte de nuestras preocupaciones, la vida de nuestros familiares”. Comentó que cuando se conformaron como grupo no se conocían entre sí, que se reúnen semanalmente “para ver cuáles eran nuestras preocupaciones, nuestros puntos en común, que eran muchos, tanto de los familiares como lo que viven nuestras familias que están en la cárcel, con las diferencias que hay entre un establecimiento y otro, porque es cierto que no es homogéneo todo, pero la mayor parte de la población carcelaria vive en condiciones indignas”. Mencionó que se pueden acercar a “Familias Presentes”, toda persona que tenga un familiar preso.
CONDICIONES | Se conformaron como asociación civil en diciembre y realizan “un plenario mensual, abierto a familias nuevas que se van enterando de nuestra existencia. Después tenemos órganos internos, vamos armando grupos de trabajo para tratar de poner en marcha distintos temas”, comentó Rodríguez.
Sin dudarlo, la vocera de la asociación civil dice que “las condiciones de privación de libertad en la mayoría de los establecimientos son malas. Hay muy poca actividad de trabajo, en materia educativa y de recreación y esparcimiento”.
“Si uno repasa las reglas Mandela, que son las reglas que Uruguay y otros países ratificaron en la ONU en 2015 para el tratamiento en cárceles, una de ellas dice que toda persona privada de libertad (PPL), tiene el derecho de estar al menos una hora por día al aire libre. Algo tan elemental como eso no se cumple. Muchos son los PPL que pasan una semana entera sin estar una hora al aire libre”, comentó Gabriela Rodríguez.
Prosiguió diciendo Gabriela Rodríguez que “el trabajo es el bien que más escasea, cuando en realidad debería ser de las cosas que más sucedieran; hay algo de cobertura educativa, pero el año pasado, salió un informe del MEC (Ministerio de Educación y Cultura), que dice que el 55% de las personas que ingresaron a las cárceles son analfabetas; eso nos habla de una condición de la personas que ingresan a las cárceles, pero nos habla también de la enorme oportunidad que tenemos de avanzar en la alfabetización y la culminación del ciclo de educación primaria y media de los PPL”.
Esta madre de una persona presa, continuó contando que “lo otro que tenemos en común son las condiciones en que nosotros, los familiares, transitamos por el sistema penitenciario. En las colas que tenemos que hacer para ir a las visitas, en las condiciones de revisación que nos hacen para poder ingresar, en los paquetes que podemos o no llevar, que son diferentes en una unidad o en otra, pero aun cuando haya una cartelera estableciendo qué es lo que se puede llevar y de qué forma, en muchos casos depende de la guardia de turno si eso que está en la cartelera se puede o no ingresar”.
“Eso es un desgaste muy grande para la familia, es un gasto de dinero que las familias hacen y que cuando llegan a las cárceles, eso que compraron puede no entrar. Uno siente que está pagando por un delito que no cometió; por un delito, estamos pagando muchos familiares y eso tiene un impacto enorme en nosotros, en el preso, en los que vamos a visita y en todos aquellos que están en el entorno familiar, que muchas veces no van a visita porque no pueden sostener emocionalmente esa situación, porque en algunos establecimiento el lugar para visita es muy inhóspito; son circunstancias poco amigables”, dijo Gabriela Rodríguez, que luego opinó que “eso, lejos de trabajar por mejorar el vínculo familiar, que el sistema debería preocuparse por eso, en realidad aleja, porque desgasta”.
DROGAS | Otro elemento que manejó Rodríguez es que “la mayor parte de la población carcelaria está en Montevideo y en la zona metropolitana y si bien es cierto que en esa zona vive más de la mitad del país, muchas personas tienen sus familiares en el interior del país y la visita también es un gasto importante que no se puede sostener, son días de trabajo que no necesariamente se pueden perder. Todo eso desalienta el vínculo familiar, que es imprescindible”.
“Si no hay buenas condiciones adentro, no hay buenas condiciones para que la familia sostenga el vínculo con el PPL, entonces qué podemos esperar de la convivencia interna que no sea conflicto permanente”, se preguntó la integrante de “Familias Presentes”.
“A todo eso -continuó diciendo Rodríguez-, tenemos que sumarle que el 80% de la población carcelaria tiene problemas de consumo problemático de drogas y/o de salud mental. Si eso no se trata, es también muy difícil que la persona pueda estar en condiciones de asumir otras actividades. No hay actividades recreativas, laborales o educativas, tampoco hay tratamiento de la salud mental y las adicciones, todo eso conspira y es un círculo perverso. Nosotros les hemos reclamado a las autoridades que tiene que haber una mejora en la cobertura de la salud mental y el trabajo en adicciones, del INR con ASSE (Administración de los Servicios de Salud del Estado), y la Junta Nacional de Drogas (JND). Es imperioso”.
Más adelante la integrante del colectivo de familiares de PPL, dijo que “en nuestro país no existe la pena de muerte ni la cadena perpetua, por suerte; eso quiere decir que entendemos que las personas tienen una segunda oportunidad y es recuperable por la sociedad, por lo tanto los 14500 PPL que hay hoy, en algún momento van a salir y van a volver a convivir con el resto de la sociedad. ¿En qué condiciones queremos que vuelvan a convivir con nosotros? ¿Qué oportunidades les estamos dando para que convivan de la mejor manera? Es responsabilidad de las autoridades y de la sociedad toda, pensar que las condiciones de reclusión tienen que ser radicalmente diferentes a las actuales”.
PROPUESTAS | Con respecto a las condiciones que existen en el ex Penal de Libertad, Gabriela Rodríguez dijo que como en todos los centros “las condiciones no son buenas”, aunque el “hacinamiento parece no ser de los problemas más graves. La falta de actividad y el encierro sí se da. En lo que tiene que ver con educación en Libertad hay un poco más de cobertura, pero tiene sus problemas también”.
Comentó luego que desde que se conformaron como asociación civil han mantenido reuniones con las autoridades del INR “y está pendiente una recorrida en conjunto con las autoridades, algo que nos planteó (Luis) Mendoza, titular del INR, con quien esperan reunirse en los próximos días, para abordar las recientes muertes.
La integrante de “Familias Presentes”, dijo que desde el primer día, el espíritu de la organización ha sido “sí detectar y eventualmente denunciar problemas, pero también generar propuestas, porque queremos que el sistema mejore, por nuestros familiares, por nosotros y por toda la sociedad”.
En su opinión, “lo que tenemos que hacer es generar mejores actividades para que la vida dentro sea mejor, eso va a incidir en una menor reincidencia. Que la persona cuando salga pueda hacer un proyecto de vida que la aleje de los errores que cometió antes y ni que hablar que, primero, hay que trabajar para que las personas no terminen ingresando en las cárceles. Habría que hacer un trabajo en los territorios para mejorar las condiciones de vida y alejar a los jóvenes del delito en todas sus formas”.
“También habrá que pensar que hay delitos por los que no necesariamente deban estar presos. En eso nos consta que hay mucho interés en tratar de reverlo de parte de las autoridades y de parte de muchos referentes políticos”, dijo Rodríguez, quien culminó diciendo que del círculo vicioso no se sale “sin trabajo, sin vivienda y con vínculos familiares rotos por el consumo problemático de sustancias”.
Imagen: Gabriela Rodríguez, vocera de Familias Presentes (tomada de la web).
Por Javier Perdomo.
