El pasado 15 de enero en su columna de la agencia de noticias uypress.net, el ex asesor frenteamplista Esteban Valenti, acusa al Sindicato Único de la Construcción y Anexos (SUNCA), de boicotear la construcción de la central de ciclo combinado de UTE en Puntas de Tigre, que llevó a que la empresa coreana Hyundai decidiera iniciarle una demanda al ente y al sindicato por 150 millones de dólares, por el atraso sufrido en el proceso de construcción de la planta, que estaba previsto que se culminara en 2016 y que aún no ha llegado a su fin, estimándose la finalización para mediados del presente año.
Según dice el editorialista, que en su momento fuera asesor del ministro de Economía Danilo Astori, dice que “la construcción de esa central fue un calvario para UTE, para el país y para Hyundai y para varias empresas. ¿Por qué? Porque en ese rincón del departamento de San José se ejerció en toda su magnificencia una nueva forma de lucha de clase, el boicot, el paralizar las obras por cualquier motivo y de la manera más arbitraria y con el objetivo por demás claro de que se extendiera el trabajo hasta el máximo y un poco más. Y eso no fue espontáneo, fue organizado y ejecutado sistemáticamente”.
Prosigue Valenti diciendo que “la cantidad de paralizaciones, inclusive los bloqueos mediante piquetes en la ruta 1 que impidieron durante días el ingreso de las turbinas desembarcadas y transportadas hasta la planta de UTE merecerían una novela. Las causas las más diversas, en realidad una sola, un modelo sindical de arbitrariedad total”.
“Empresas tercerizadas con 300 trabajadores que llegaron a tener 25 delegados sindicales y responsables de la seguridad que nunca trabajaron, su única tarea era paralizar las obras y reclamar más personal. Por algo, bien concreto y actuado con la complicidad de la Cámara de la Construcción, el aumento del personal. Es que el aumento de los costos se traslada al contratista, en este caso UTE”, dice Valenti.
Para el dirigente comunista, la actitud tomada por el SUNCA y también por la Cámara de la Construcción, según su interpretación, “no tiene nada que ver con la cultura del trabajo, al contrario, es la negación más absoluta de cualquier cultura de izquierda, es la cortada para enfrentar al capital con métodos que el movimiento sindical uruguayo nunca utilizó en su mejor historia, la que vale, la que costaba sacrificios y no licencias sindicales interminables”.
“El problema de fondo no es Hyundai (…), el problema es el país. ¿Se puede pensar en un país realmente productivo, innovador y que funcione apostando a la calidad cuando en un sector de la sociedad, no solo de los dirigentes, sino de los trabajadores se instala esta sub cultura de tirar para atrás en el laburo y transformarlo en táctica sindical?”, se pregunta luego Esteban Valenti.
FUE POR SEGURIDAD | La Semana consultó al dirigente del SUNCA Héctor Suárez, quien desempeña funciones en la planta y ha sido vocero sindical durante todo el proceso de construcción de la central de ciclo combinado. Suárez, rechazó las declaraciones de Valenti e informó que hasta el momento al sindicato no le ha llegado notificación alguna sobre una demanda de ese tipo. Respecto a la opinión de Valenti, dijo Suárez que “es la opinión de alguien que hace tiempo está opinando en contra de los intereses de los trabajadores”.
Luego dijo el dirigente sindical que “como argumento válido” para demostrar que no es verdad lo que plantea Valenti “tenemos toda la documentación necesaria para probar que las veces que la planta estuvo detenida fue por reclamos que tienen que ver con la seguridad de los trabajadores”.
“La conflictividad por otras causas fue mínima, salvo cuando peleamos por el convenio colectivo, que implicó medidas de fuerza en todas las obras del país, en toda la industria”, añadió el dirigente del sindicato de la construcción.
“En el caso específico de la planta de ciclo combinado, podemos asegurar que la mayor parte de los conflictos fueron por razones de seguridad o por incumplimiento de las empresas, principalmente de Hyundai, que es la que tiene toda la responsabilidad y debe entregar la obra llave en mano”, dijo Suárez e insistió en que “los conflictos fueron por el respeto a la normativa de seguridad vigente”.
“Tenemos la documentación que lo demuestra, porque cada vez que hubo conflicto, se involucró a las partes, a UTE, porque entendíamos que tenía que tener opinión sobre los incumplimientos que tenía Hyundai” y de esos conflictos “siempre salimos en el marco de acuerdos que implicaban corregir las cosas y si se incumplía el acuerdo, se generaba de vuelta la posibilidad de reclamo”.
Rechazó Suárez que Esteban Valenti haga cómplice en el supuesto boicot a la Cámara de la Construcción. “No sabemos a qué intereses responde Valenti, sí es claro que no a los de los trabajadores, pero nosotros podemos demostrar todo y estamos dispuestos a debatir con él, nuestro Presidente Óscar Andrade ya dijo que él está dispuesto a genera un debate con Valenti sobre este tema”.
Insistió que el argumento es el de “un operador político que está operando en contra de los intereses de los trabajadores y no creo que favorezca a la fuerza política a la que él se dice representar”, es decir el Frente Amplio.
SIN COMENTARIOS | Comentó también que “hoy por hoy tenemos un muy bajo nivel de conflictividad en la planta, sólo ha habido algunos casos puntuales, que no han afectado a Hyundai”.
Consultado por los plazos de la obra, cuyo final estaba previsto para fines del presente año, Suárez dijo no saber si se está cumpliendo con el último cronograma de obra previsto, a la vez que estimó en unos 600 los trabajadores que siguen cumpliendo funciones en la planta.
Vale mencionar que La Semana solicitó mediante correo electrónico mantener una nota con algún integrante del Directorio de UTE para tener la opinión oficial respecto a la demanda y a las denuncias de Valenti, pero hasta el cierre de la presente edición no había llegado respuesta alguna sobre el pedido, aunque seguiremos insistiendo con mantener ese diálogo.
Por Javier Perdomo
