En los tiempos difíciles e inciertos por los que atravesamos, intentar enfocarnos en lecturas que lleven a la reflexión, puede ser de gran ayuda. No es responsable ignorar lo que sucede, de todas formas, tener momentos para dejar espacios para otras actividades, como puede ser leer un libro interesante, se transforma hoy, casi en una necesidad. Por ese camino, nos centramos en un libro que busca llevarnos a interiorizar algunas de las emociones que pueden ser bálsamos para momentos de crisis.
La cineasta, escritora y guionista italiana Susanna Tamaro -nacida en Trieste, Italia, en 1957, alejada de su ciudad natal-, desarrolla su vocación literaria desde la Umbría italiana.
OBRA | Tamaro es autora de “Donde el corazón te lleve” (1994), su novela más reconocida, que la convirtió en una de las escritoras de mayor éxito de Europa. Otros trabajos son “La cabeza en las nubes”, “Para una voz sola”, “Tu mirada ilumina el mundo”, varios relatos para niños: Papirofobia (1994) y El Círculo Mágico (1995). En 2017 presentó una fábula para adultos titulada “La tigresa y el acróbata”, una novela contemporánea por la que ha recibido una muy buena crítica.
Según la escritora, se trata de una fábula para adultos que intenta ser “un antídoto contra el cinismo y la insustancialidad”. La autora dijo que con su libro quiere “que las personas busquen su libertad, salgan del conformismo y se hagan preguntas”.
Su gusto por la fábula se fundamenta en su forma de entender el mundo. “Vivimos en un mundo de narraciones, estamos llenos de historias en la televisión o en internet, pero son historias vacías, de entretenimiento. Las historias deben tener un nivel más profundo y nutrir el alma y para eso la fábula es el instrumento más adecuado”, dice.
Tamaro ha insistido en que el sentido de la vida es volver a tener la mirada de un niño porque “la inocencia es el fundamento” y opina que hoy el mundo es más hostil para los menores.
La escritora, que contó con el apoyo de Federico Fellini al inicio de su carrera literaria y tiene a Kafka como uno de sus autores preferidos, asegura que ha apostado por el libro en papel porque “en un mundo de electrónica, esto intenta ser un tipo de resistencia”.
Su trabajo se centra en temas como la muerte, el amor, la familia, los lazos afectivos y la función de la literatura en un mundo sin amor.
“Pienso verdaderamente que la falta de amor es el gran mal de la vida, es decir, que no hay otro mal y que la única terapia contra este mal es el mismo amor. Hay mucho amor narcisista, posesivo, de propiedad. Hay una auténtica locura antropológica además de espiritual”, dice.
La escritora italiana opina que la literatura es una de las formas de escapar de esa locura, pero además cree que es necesario que la gente tome contacto con la naturaleza, de forma más real, como otra forma de detener la situación actual. “Sé que si no hubiera vivido casi 30 años en el campo, mi obra sería mucho más pobre”, dice.
Con su libro “Donde el corazón te lleve”, asegura haberle sucedido algo muy gratificante. Además de convertirse en el libro más leído del siglo XX en Italia, el trabajo le permitió continuar su tarea de escritora y agregar otras. “Creamos una institución que realiza proyectos para la mujer. Entiendo que cuando se ayuda a las mujeres se ayuda al progreso”, dice.
REFLEXIONES | La preocupan demasiado los niños y las actuales tecnologías, así como la falta de amor y esos temas. “El mundo ha cambiado demasiado y de forma dramática. Nos comunicamos a gran velocidad sobre cosas superficiales. No aceptamos enfrentarnos a las dificultades y se desprecia el esfuerzo. Las redes sociales se han convertido en una dictadura silenciosa y me parece angustiosa la tiranía de lo políticamente correcto”, opina.
Asegura que con sus libros intenta poner luz en la vida de las personas para acercarse al camino del cambio que necesitamos, empezando por los niños. “A los niños siempre les digo que tienen que tener un sueño y luchar por ese sueño. Eso es fundamental porque el mundo de hoy es tremendamente cínico y tenemos niños que se convierten en pequeños cínicos”, dice Tamaro.
Tamaro plantea algunos de los debes que, como adultos, tenemos para con las nuevas generaciones y que es urgente recuperar. “Hemos destruido la infancia y cuando se destruye esto, se destruye la sociedad en su conjunto, y el futuro. Ahora, si se pone un dedo en una tablet se obtiene inmediatamente respuesta y para los niños esto es malísimo porque es como tener casi una varita mágica, pero no es real. Cuando se dan cuenta de que la vida real no es así, se produce la frustración y la desesperación y es un cambio tremendamente complicado de gestionar”, reflexiona la autora italiana.
Igual cree que hay esperanza y lo ha podido experimentar ella misma a través de encuentros con jóvenes en los que ha podido comprobar cómo se animan frente a una lectura que les apasiona, porque “los niños y jóvenes actuales, están deseando que alguien se les acerque, les cuente historias bonitas y se preocupe por ellos”. Esto ha llevado a Tamaro a tomar la decisión, después de su trabajo “La Tigresa y el Acróbata”, de escribir tan sólo literatura infantil.
Opina que un camino que puede conducir a la solución de esta problemática puede ser la toma de conciencia y «tutelar y cuidar» de los niños, no sólo desde la familia, también desde el sistema y los gobiernos. “Se piensa que si los niños ocupan el tiempo con una tablet es bueno porque es síntoma de modernidad, pero al cabo de unos años será una catástrofe total”, dice Tamaro.
A pesar de que en estos momentos, la tecnología ha permitido seguir adelante con la educación de niños y adolescentes, lo importante es no caer en los extremos e intentar que esas prácticas no ocupen demasiadas horas y puedan realizar otras actividades que les permita la recreación y el bienestar.
Tamaro cree que hay mucho por mejorar e intenta que servir a los lectores, hacerles un poco más libres, para que “aprendan a mirar las cosas de forma distinta, con los ojos del corazón y no de la conveniencia y el conformismo”.
Opina Tamaro que cada palabra es una semilla y el terreno donde se siembra, es el corazón del hombre. “Hay palabras instigadoras y palabras reflexivas, palabras que explotan en forma de rabia y de resentimiento y otras que, en cambio, son capaces de detener cualquier tipo de explosión. Mis libros no son de consumo, sino de reflexión”, comenta.
Tiene una postura contraria a las ideologías por entender que son peligrosas, ya que lo único que generan es separación y violencia. “En el momento en que se produce una deriva ideológica, una idea, hay una división y eso provoca violencia, todo lo que divide nunca es bueno”, opina.
Según ella, la solución vendrá del cambio individual. “El único cambio que podrá aportar madurez y estabilidad a la sociedad humana es aquel que madura en cada uno de nosotros, reconociendo la responsabilidad de nuestro camino y el camino del prójimo”, dice.
También hace referencia al tema de la vida y su finitud, así como a su convicción y esperanza de la continuidad del proceso, desde otra dimensión. Asegura adorar y creer en la vida y sus misterios, y por ello entiende que debemos tener presente su finitud, justamente para querer disfrutarla en todos sus aspectos.
Respecto a la mujer, cree que le queda mucho camino por recorrer. “La mujer descuida su riqueza interior, una fuerza extraordinaria que es lo único que hoy en día puede cambiar el mundo. El consumismo lo ha estropeado todo”, se lamenta la escritora, que exige alguna forma de control de este fenómeno para dar un uso positivo a los avances tecnológicos y que las redes sociales no sean un «río de basura» empleadas para «pegar gritos y compartir episodios violentos».
Para hacerle frente a este flagelo que destruye cabezas, cree que es fundamental la familia, pero no la familia patriarcal, autoritaria, sino aquella que permite el desarrollo de seres libres y felices. “Si de niño vives en un mundo sólido, la familia se convierte en el referente”, dice Tamaro.
Cree que todo lo que nos sucede como sociedad tiene una razón fundamental y es que se ha olvidado al corazón. “No he creído nunca que la morada de la inteligencia verdadera sea la cabeza. En el corazón está la base de la riqueza humana y allí se manifiesta la parte divina que hay en cada uno de nosotros”, dice. Cree que el error ha sido dejar todo a la cabeza.
Por Yudith Píriz.