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Un presente continuo: Christian Plebst y el Mindfulness

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Una de esas reflexiones que pueden sobrepasar lo puramente superficial de todo ser humano, llegando a lugares mucho más profundos y emotivos, es quizá aquella que logra transformar la vida de una persona. Con diferentes perspectivas y en diferentes ámbitos, muchos han traspasado el hecho de vivir una vida ordinaria y convencional para pasar a otros planos, donde la incertidumbre y la magia, pueden suceder sin más que estar vivos.

En estos tiempos de adversidad y confusión, se busca cada vez con mayor interés, lograr el necesario equilibrio sanador, que permita estar en armonía y conectados con lo esencial, con aquello que realmente somos como seres humanos.

DISCIPLINA | Encontrar una guía que lleve a las personas por el camino del autoconocimiento, de acuerdo a muchas disciplinas, es la llave que transforma y descubre las sombras, pero además, todo el potencial escondido en el ser humano, tras capas de adoctrinamiento social.

El arte de la concentración en el presente, es una de esas técnicas que, tras siglos de prácticas, cobra más empuje, tal vez, buscando respuestas en tiempos de profundos, rápidos e inciertos cambios. La dispersión podría establecerse como el mal de estos tiempos, en el que los motivos para distraer son muchos, aun más en estos momentos en los que las pantallas, ocupan un lugar de privilegio.

El  Mindfulness, es una de esas técnicas, que se sustenta en buscar la concentración en el ahora. Es una práctica que sigue los pasos de las antiquísimas disciplinas budistas, adaptadas a la realidad de nuestro tiempo. Reivindicar el presente como el mejor lugar donde estar, atendiendo lo que siente cada uno es quizá, su mejor definición.

La palabra “mindfulness” es la traducción al inglés del término sati de lengua pali, empleado por los budistas hace más de 2500 años. Sati designa la actividad de la conciencia cuando está presente y despierta.

ESPECIALISTA | Comprender la mente humana ha sido desde siempre, un tema que ha llevado a un constante estudio y búsqueda. Desde la ciencia se ha podido comprobar que la meditación influye positivamente en la capacidad de relajación y en la creatividad, además de ayudar a descansar mentalmente, aportar más felicidad; liberar del estrés y de la ansiedad; aumentar las capacidades intelectuales e incluso activar el sistema inmune.

El psiquiatra Christian Plebst, es Director de la Academia de Enseñanza Consciente en Latinoamérica, con la práctica del Mindfulness, quien entiende que es una disciplina esencial para estos tiempos. «El ritmo de vida actual es tan intenso que el Mindfulness debería ser una práctica cotidiana, como lavarnos los dientes»

Según Plebst, es importante no confundir esta disciplina con la acción de no reaccionar o no juzgar. Explica que nada tiene que ver con eso, sino por el contrario, aprender a observar lo que la mente piensa. Saber que todos tienen pensamientos, pero que no son sólo esos pensamientos. “Decimos que es la tercera ola de la psicología porque introduce una nueva variable: la metacognición. Ser un testigo de mí mismo, mientras vivo. Pausar y ver qué me digo la mayor parte del día”.

Explica que el Mindfulness, es un darse cuenta de la vida y no distraerse de ella con acciones sólo automáticas, que van desdibujando la realidad. “Darme cuenta de qué quiero para mí. Discernir entre lo que realmente deseo y lo que la cultura me impone: tener tal auto; casarme con tal persona; tener un hijo a tal edad; o acceder a tal puesto. Es una invitación a una vida menos automática. Más conectado con uno mismo. Y con una verdadera sincronía entre el pensar y el sentir”.

“Si no estamos atento a lo que pensamos, la vorágine de hoy lo distorsiona todo. Por eso el mindfulness es hacer más integral el hecho de estar viviendo”, dice Christian Plebst, que opina que esta disciplina está vinculada con un proceso que no juzga, sino que contempla.

Cree que la sociedad condiciona esa perspectiva de quien es cada uno en realidad, haciendo que se distorsione hasta la propia imagen de uno mismo. Según explica, hasta tal punto llega esto a afectar a las personas, que provoca que se necesite cierta imagen para sentirse aceptado en un grupo o en la sociedad.

“Muchos crecemos con una educación basada en tener que ser alguien. Que para ser aceptados, tenemos que tener cosas y hacer cosas convalidadas socialmente. Cuando debería ser por el hecho de haber nacido. No tendríamos que hacer algo para demostrar lo que merecemos. El amor debería ser independiente del logro”, explica.

Cree Plebst que se busca siempre en el afuera lo que cada ser humano ya tiene en su interior y que eso ha llevado a vivir en desacuerdo con la propia esencia. Ahí radican muchas de las problemáticas actuales como ansiedad, estrés, falta de concentración, depresión y tantas patologías más, dice.

Plebst explica que el Mindfulness permite que cada persona sea consciente de lo que le pasa y de esa forma trabajar en ello. Vivir desconectados de la energía interna y en constante desatención de lo que la vida ofrece, es en cierta medida, intentar ocultar lo que se siente realmente. “El Mindfulness es aprender a tomar perspectiva. Parar y conectar con la experiencia, varias veces al día… Sacar la atención de la mente, que habla y habla todo el tiempo, para así despertar otras maneras de estar: el sentir. Implica entender la vida en su plenitud. Saber que hay dolor, pero voy a tener más recursos… No va a dejar de existir la tristeza, ni el odio, pero puedo aprender de las emociones. Ver los grises. No blanco o negro. No podemos controlar nuestra vida, pero sí aprender de lo que trae. Esto no tiene que ver solamente con la espiritualidad, sino también con las neurociencias que le dieron sustento”, dice.

CAMBIOS | De esta manera plantea Christian Plebst, la necesidad de introducir en las escuelas la educación de las emociones para lograr el bienestar y, así, aprender más y mejor. Trabaja con niños con trastornos del espectro autista y sus familias, supervisando equipos de trabajo en las escuelas y capacitando en educación emocional.

Junto con Beatriz Peco dirigen la Academia de Enseñanza Consciente que tiene sede en Holanda y aplican el método Eline Snel, basado en un libro que se hizo viral hace unos años: “Tranquilos y atentos como una rana”.

Respecto a los niños, plantea que el ritmo de vida no está de acuerdo con nuestra biología. “Las pantallas sobre-estimulan el sistema visual, le dan placer, sin sentido ni propósito. Los serenan de manera efectiva pero virtual. No enseñan nada, ni los ayuda a construir su interioridad. Y cuando se apaga, los deja en crisis… No sabemos qué mundo le va a tocar a un chico que hoy está en sala de cuatro y que en el 2040 va a tener 25 años… Pero seguro que va a tener que prestarle más atención a sus pensamientos y a sus emociones. Para sobrevivir en el mundo, ya no será una cuestión de contenidos, sino de cómo se busca la información y se trabaja en equipo”.

Con respecto a la educación, cree que el cambio de paradigma ya no es para mañana, debe ser hoy y de forma urgente. “Es la primera vez que la educación necesita un cambio que está en el interior de las personas y no en una currícula, una técnica o una metodología. Hoy los docentes tienen que trabajar la mirada interna y la capacidad de asombro, gratitud y paz. Ya hay colegios que vienen haciéndolo”.

Explica el Psiquiatra que ya no se trata de modas, sino de recursos necesarios para que los pequeños y los jóvenes, se conecten con su potencial. Cree que el vivir en un mundo súper estresante, provoca un desinterés por los alumnos en la educación, ante lo cual opina que el cambio debe darse desde lo que se transmite. “Existe mucha presión por parte del sistema hacia los alumnos… No quieren ir al colegio o no están interesados en el colegio…Están recibiendo materiales y currícula que no tienen gran sentido para lo cotidiano porque el saber por el saber en sí mismo ya toma otro valor”, opina.

“Hoy lo verdaderamente importante es la capacidad de estar atentos a lo que es esencial en la vida, a desarrollar habilidades colaborativas, aprender del error, habilidades que no tienen que ver con contenidos sino con lo esencialmente humano”. Entiende que la inteligencia como fenómeno individual ya no se sustenta. “Nadie es más inteligente que todos juntos. Hay que despertar nuestras capacidades colaborativas como eje de la educación porque el mundo lo está demandando”, expresa.

Foto tomada de la web.

Por Yudith Píriz.

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