Sociedad

Entrevista a Jesús Costa, un médico con una visión integral de la profesión

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“La enfermedad aparece por diferentes causas, pero cada persona es única y también su capacidad de curarse. El médico sólo ayuda en el proceso, la persona si toma conciencia de su enfermedad y atiende a sus causas, emocionales o ambientales, puede sanarse”. Estas palabras representan un breve resumen de la charla mantenida con el médico especialista Jesús Costa.

Los caminos que llevan al arte de sanar, pueden ser muchos y variados. Podemos conversar con un médico sobre diferentes temas, a partir de su formación como especialista en determinadas áreas, con estudios de posgrados y reconocimientos. Puede este médico hablarnos desde su saber, de diferentes sintomatologías y tratamientos, acorde a los estándares de lo que dicta la medicina actual. Pero este no es el único camino para hablar de salud y enfermedad y eso lo sabe muy bien el doctor Jesús Costa, quien entiende que existen otros muchos caminos y que es a partir de esa conjunción de diferentes disciplinas y saberes, que se puede acceder a un correcto y efectivo tratamiento.

 

ESPECIALIDAD | Para resumir brevemente, Jesús Costa es Médico y ejerce la profesión desde 1985. En un momento de su vida profesional, comenzó a hacerse preguntas sobre temas relacionados con su especialidad, lo que determinó un antes y un después en su carrera y en su vida.

Comienza así su búsqueda, la que a través de los años y a partir de una larga trayectoria de investigación y estudios,  se transformó en lo que hoy es la Medicina Biológica Vitalista, a partir de la cual, Jesús Costa utiliza métodos diversos para tratar a sus pacientes, poniendo énfasis en integrar saberes y disciplinas con el objetivo de restaurar la salud.

Su práctica médica, la realiza desde el concepto Hipocrático de la misma. A partir de esta forma de hacer medicina, Costa busca integrar todas las dimensiones del ser humano, desde lo físico, lo mental, lo vital y lo espiritual.

Trabaja a partir de diferentes tratamientos, y uno de ellos es el revolucionario método Hansi (Homeopático Activador Natural del Sistema Inmunológico), a partir del cual busca encontrar ese equilibrio reparador que ayuda al organismo a sanar. El método  consiste en la utilización de diferentes tipos de plantas, que combinadas son capaces de equilibrar el sistema inmunológico y la vitalidad de la persona.

A partir del método Hansi y otros tratamientos, busca una real integración entre los avances tecnológicos pero sin olvidar y poniendo en práctica, el conocimiento ancestral. Entiende Costa que este aspecto representa un camino hacia la sanación que “dependerá fundamentalmente del propio paciente y la aceptación de su padecimiento para poder curarse”.

ENFOQUE |Una charla con un profesional de la salud, puede presentarse de formas diversas. La convencional podría establecerse sobre la base de determinados estudios realizados que advierten mecanismos para sanar, desde prácticas preventivas y/o suplementos.

No fue el caso de la charla con Jesús Costa, un ser humano que busca a través de la medicina llegar a un lugar “no común” (si se lo ve desde la perspectiva convencional), para que la persona pueda curar su dolencia.

Su temple y mirada apacible y tranquila, con una sonrisa que contagia, Costa es el reflejo del propio método que practica, una medicina integral para estar sanos y ser personas felices, que cree son la clave para estar sanos y equilibrados.

Basta entablar un diálogo con Costa para comprender que estamos frente a un profesional de la salud que marca una diferencia, desde su enfoque holístico de lo que representa hacer una medicina vital e integrada.  Sigue la línea del padre de la medicina, Hipócrates, entendiendo que por ese camino, hoy tan olvidado, es que se puede llegar a un conocimiento pleno y enriquecedor de la verdadera medicina. «A lo largo de la historia los sucesores de Hipócrates no hemos podido superar la profunda y amplia visión  filosófica del maestro», dice.

Quizá la principal diferencia con un especialista de la medicina convencional sea que, sin dejar de aplicar los métodos de ésta, entrelaza otros saberes que ayudan en el proceso de curación. Estudió medicina china, porque entiende que representa una práctica que ve al individuo como una totalidad, en relación con su ambiente, trabajando a través de un sistema terapéutico integral.

Realizó un Posgrado de tres años de Homeopatía, también estudió Ayurveda y la sabiduría de otras prácticas ancestrales, buscando integrar en sus tratamientos, esa necesaria mixtura entre lo físico, espiritual y ambiental.

Para Costa siempre se ha etiquetado  a muchas de esas prácticas, como métodos alternativos, lo que para él, es un error ya que mucho de lo que encierra ese término representan una sabiduría que ha acompañado al hombre desde hace miles de años y que tiene mucho para aportar. En ese camino de búsqueda e investigación, comenzó su trabajo médico, que hoy es reconocido en Uruguay, así como en otros países.

Para Costa no es posible tratar a todas las personas por igual, utilizando el mismo tratamiento o medicina. Comentó que “a los médicos nos adiestran pero no nos enseñan a tratar al enfermo, nos adiestran para tratar enfermedades, no enfermos, sin tener en cuenta que cada ser humano es único y tiene una gran variedad de situaciones personales, que le pueden llevar a crear una enfermedad”.

Su experiencia lo ha llevado a comprender la importancia de ver al ser humano como un todo, no por partes desconectadas. “Lo más importante es ver al individual como un ser único que actuará de acuerdo a su constitución. No es el medicamento lo único que cura, somos todos diferentes, cada uno es como es, de acuerdo a su constitución. Cada persona es una unidad indivisible, pensante y en el que todo está interconectado, cada persona vive, se relaciona y siente de una manera única y frente a un hecho en particular, cada uno lo vivirá de forma diferente, de acuerdo a esa constitución”, dice.

Entiende que cuando se da un desequilibrio físico, es necesario restablecerlo, pero a partir de la complejidad de todo organismo, no sólo atendiendo a los síntomas externos que muestra el paciente. “Hoy la medicina se enfoca solo en ese síntoma y no va más allá, no ve que el ser humano es un todo al que no se lo puede separar por partes”, dice.

En muchos aspectos de la vida lo esencial es invisible a los ojos físicos. Por ello, Costa entiende que cuando aparece la enfermedad, lo que se ve afuera, sólo representa una parte visible del problema, es apenas un desencadenante de la enfermedad, estando oculto lo verdaderamente importante. Esta es, según su visión, la base desde donde se puede hacer una medicina de calidad y acorde a cada paciente.

SU BÚSQUEDA | A través de su propia búsqueda personal, ha podido experimentar y comprender, que cada enfermedad debe tratarse de forma integral y única, así como es cada ser humano. Por ello, busca acercarse primero a las causas que llevaron a que apareciera determinada enfermedad, enfocándose en las causas emocionales o ambientales.

Al tiempo de comenzar a ejercer la medicina, comenzó a identificar que algo no estaba siendo efectivo en el proceso de curar, que algo no era del todo eficiente. Toda su búsqueda comenzó cuando estaba haciendo el Posgrado de Medicina Interna y su sobrina de 9 años, fue diagnosticada con cáncer cerebral. A partir de ese suceso, Costa entendió que debería existir otra forma de hacer medicina, algo que diera otras respuestas en el proceso de tratamiento de una enfermedad.

“En ese momento comenzó mi búsqueda porque entendía que la medicina lo curaba todo y ahí radicó mi gran decepción. En ese momento comprendí que faltaba algo y lo que faltaba era una medicina más humana. Necesitaba encontrar una medicina más humanizada, donde el paciente formara parte del proceso de curación”, contó.

Fue así que se acercó al camino trazado por Hipócrates. Dice Costa: “Hipócrates decía que hay enfermos y no enfermedades,  pero a nosotros en medicina nos enseñaron que solo hay enfermedades, nos adiestran para ver enfermedades y es un error”.

Lo más importante, cree, es siempre tomar en cuenta la realidad del paciente, cómo vive, qué emociones tiene y en qué ambiente se mueve, para comprender y llegar a la raíz del problema que desencadenó la enfermedad.  Entiende que a eso se llega con una relación médico-paciente, comprometida. “Tiene que haber un vínculo natural y el paciente tiene que sentir confianza para poder dialogar con su Médico y en ese espacio es que puede narrarle todo lo que siente, y eso es lo más rico”, dice Costa.

En ese contexto, afirma, que podrá llegarse a un entendimiento general del paciente y de esa forma, encontrar las causas reales de la enfermedad. De todos modos, dice que “en la Facultad nos enseñan que cuando el paciente empieza a hablar de él, de su problemática, hay que cortar el diálogo, como que eso no interesa y sólo interesaría la enfermedad. De esta forma, lo que se destruye es ese intercambio que ayuda a la curación”.

El trabajo de Jesús Costa tiene mucho de vanguardista, de revolucionario, uniendo lo eficaz y necesario de la medicina convencional con diferentes tratamientos específicos para cada paciente y su enfermedad. Como sucede con estos tratamientos, a pesar de estar avalados por el Ministerio de Salud Pública y ser reconocidos internacionalmente, son vistos como prácticas alternativas.  Costa dice que “lo que yo practico no es medicina alternativa, porque alternativa sería entre esto o aquello, y yo no digo eso, hago una armonización. Si una persona tiene una crisis del tipo que sea, tendrá que tomar algún medicamento, y desde la medicina integral se intentará armonizar, integrar todas las partes  y darle al paciente lo que necesita en ese momento, a partir de tratamientos más inocuos desde el punto de vista de los efectos secundarios”.

Cree que muchas veces “lo que puede llamarse tratamiento alternativo puede ser de vanguardia” y opina que existe cierta ignorancia al ver a la Homeopatía y a otro tipo de medicinas como alternativas. “Muchos las llaman despectivamente medicinas alternativas o pseudociencias  y yo digo <alternativas a qué? ¿A un grupo creado por la ciencia, la industria la política, el periodismo? El poder de la medicina convencional está determinado por esos sectores, hay una estructura muy grande, cerrada, que emana de los intereses económicos que mueven al mundo y eso es lo único verdadero, real, todo lo demás es llamado alternativo”.

“No soy critico por serlo, tengo mis  argumentos, investigaciones, estudios, pero tampoco soy fundamentalista, soy médico y si tengo que recetar un antibiótico o tomarlo yo, lo hago sin problemas”, dice.

Sus trabajos se centran en ese aspecto, en tomar de la medicina tradicional aquello necesario en cada momento, pero incorporando otras prácticas que aportan y son muy válidas. “Yo no dejo de reconocer los importantes adelantos tecnológicos en medicina, ese avance se puede ver y es real. Lo que digo que no es lo único y que trabajar a partir de otro tipo de medicina, como la china, o medicinas ancestrales, incorporando los avances actuales, ayuda mucho en los resultados finales”.

Cree que es importante tener conocimientos, hacer investigaciones, pero no cree que eso sea la llave única para llegar a la sanación y que debemos ser más abiertos a otras cosas y no quedarnos con lo oficialmente establecido. “Lo que veo es que hay muchos conocimientos y a nosotros en la Universidad nos transmiten eso, que si se tienen  mucha experiencia, muchos conocimientos, son eruditos, son sabios y ser sabio es cuando ese conocimiento se plasma en la vida propia y la de los demás, afrontando las circunstancia adveras  con tranquilidad, esa es la verdadera sabiduría”.

Cree que es fundamental transmitir esos saberes a la población, al paciente, sino de poco vale. “El medico tiene que ser pedagogo, tiene que enseñar, promover la salud, tienen que educarnos”, dice.

Para Costa la medicina ideal debería estar en un plano horizontal, “que haya un vínculo en el que el paciente tenga también poder de decisión, que pueda preguntar, que sea proactivo, que participe en su propia curación y que el médico tenga el deber de informar y no tome un papel rígido, vertical, sin hacer partícipe al paciente de su propia salud; eso es básico”.

Su concepción de la salud y la enfermedad, va por otros carriles: “no soy yo el que lo va a curar ni el fármaco, va a ser usted mismo”, dice a sus pacientes. Pero para despertar su conciencia debe entender. Las herramientas más importantes están en cada uno, uno se transforma y va madurando, cambia hábitos y se hace cargo de su enfermedad, es su cuerpo. En eso, radica gran parte de la curación” (continuará).

Por Yudith Píriz.

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