El pasado domingo fue el Día de la Niñez en Uruguay. A nivel familiar hubo regalos para los más chicos y chicas de cada casa; a su vez, también organizaciones y comercios realizaron eventos públicos para celebrar junto a los más chicos. En Libertad hubo pocos eventos relacionados con el festejo, algunos realizados por comercios y dos que se cumplieron en el barrio María Julia, uno el sábado y el otro el domingo.
La Semana se hizo presente en la movida del domingo, que se realizó en la casa en que funciona la olla popular de los viernes a la noche. Para esta movida, durante la pasada semana, quienes brindan la comida cada semana, se unieron con adherentes del comité Vinelli del Frente Amplio y vecinos de la ciudad, para conseguir los implementos necesarios para el festejo.
Juguetes, regalos, golosinas, refrescos, hamburguesas, tortas y alfajores, fueron reunidos para la jornada, gracias al aporte de varios comercios de la ciudad, del Municipio de Libertad, de militantes de la fuerza política y de vecinos y vecinas del propio barrio, para el domingo desde las 15 horas, convocar a los niños a acercarse a la calle Marconi casi Pasteur para ser parte de este festejo especial, que incluyó una foto “familiar” para ser publicada por este medio y a su vez, difundida entre los organizadores.
Fue una tarde muy especial para un grupo muy numeroso de niños y niñas del barrio María Julia, que jugaron y disfrutaron de una tarde distinta en su día.
LA OLLA | Florencia Pérez es una de las referentes de la olla de los viernes a la noche, que funciona ya hace más de un año y medio y contó que la cantidad de comensales continúa en aumento. Dijo que el promedio está en 140 personas por viernes. Vale recordar que cuando comenzaron a cocinar eran unas 70 las personas que retiraban una vianda.
En cuanto a las razones del incremento, dijo Florencia Pérez que tiene que ver con la llegada de nuevos vecinos al barrio. Gente de escasos recursos, muchas veces sin trabajo, que recala en el populoso barrio libertense.
Respecto a los implementos para realizar las comidas de olla que se entregan cada viernes, comentó Pérez que se reciben donaciones puntuales y aportes propios de los vecinos. Comentó que son pocas las personas que pueden dedicarle tiempo a recorrer comercios
para pedir donaciones, pero igualmente por el momento se puede continuar.
Agregó que las propias personas que comen en la olla hacen también sus aportes. “De repente algún vecino que hizo una changa y levantó unos 500 o 1000 pesos por el jornal, si falta algo va y lo compra”, dijo Florencia Pérez, que valoró ese tipo de gestos.
Por Javier Perdomo.