El CAIF Chiquilladas de Puntas de Valdez, cumple sus primeros 10 años y se prepara para celebrarlos con una actividad a realizarse este sábado 17 desde las 15 horas. Lucrecia Conde, maestra referente del CAIF, dio detalles del festejo e hizo una puesta a punto del trabajo que allí se realiza.
Contó que el Chiquilladas comenzó en abril de 2013, pero la fecha de inauguración fue en junio. Conde recordó que una organización social civil, integrada por un grupo de vecinos y vecinas de la ciudad, fue la que promovió la apertura de un CAIF en Puntas de Valdez. Ellos en su momento debieron mostrar la necesidad de un centro en la localidad del kilómetro 61.
Según la maestra referente, la asociación civil “nos da carta libre para trabajar porque entienden que apuntamos a la necesidad de los niños”. Esa OSC, ha intentado gestionar la construcción de un local propio para el CAIF. Se logró la cesión de un terreno, por parte de la Intendencia, como comodato en 2019. El terreno está ubicado sobre la calle Sauce, cercano a Saverio Romaso.
La maestra referente explicó que el Chiquilladas es un CAIF rural tipo 2, dada la localidad en que está ubicada, la cantidad de población y las características del lugar. Contó que atienden a unas 50 familias comprendidas entre Kiyú, Puntas de Valdez y zonas aledañas. “Es un CAIF chico, por lo que el vínculo estrecho genera un ambiente familiar. Se trabaja con una sala de tres años y una de dos años. La sala de tres años tiene una característica familiar”, contó.
La maestra referente contó que durante los 10 años de actividad “siempre tuvimos cupos llenos y familias en lista de espera. El acompañamiento de las familias ha sido formidable. Las familias que han pasado con sus hijos por el CAIF, lo recuerdan con mucho cariño”.
PROGRAMAS | Chiquilladas cuenta con tres programas: uno de ellos, es un programa para embarazadas. Está pensado para captar embarazadas y acompañar el desarrollo y crecimiento de esos niños y niñas, agregando que “se ha demostrado que impacta positivamente en su crecimiento”. En su trabajo, “coordinamos mucho con las diferentes instituciones de la zona (mutualista, la policlínica y las escuelas)”.
El segundo programa, es «experiencias oportunas» que está orientado a los bebés de 0 a 2 años, acompañados por un adulto referente. Es un espacio habilitado por la psicomotricista y una educadora, que acompañan el desarrollo del niño y la niña, en sus diferentes etapas. “El programa tiene un momento de juego donde se establece el vínculo entre el adulto referente y el niño. Allí, se pueden hablar distintos temas, de acuerdo a la edad del grupo, por ejemplo, si están dejando los pañales, la lactancia, las primeras comidas y alimentación complementaria. La psicomoticista acompaña el desarrollo”, explicó.
El tercer programa del CAIF, es el de educación inicial, en el cual la maestra referente, acompaña a las educadoras en el área pedagógica. Entre otras actividades, en el CAIF, “trabajamos la importancia de acostarse temprano, trabajar en la rutina del sueño y el buen descanso”.
Respecto a los egresos del centro, se elabora un informe de egreso y se coordina con la maestra de la escuela que los recibirá el siguiente año.
EQUIPO | El equipo de trabajo está conformado por una educadora alimentaria, que a su vez es la cocinera. Con ella, se trabaja en alimentación saludable y la alimentación perceptiva, relación que se crea entre el referente adulto y los niños, para observar sus necesidades de saciedad y también que el alimento interactúe con los pequeños, en su presentación y elaboración. Junto a la cocinera, se coordina la elaboración del menú diario, “se trata de que sea muy pensado, para que cubra las necesidades básicas del día, desayuno y almuerzo”, teniendo en cuenta que para algunos niños, “son sus primeras comidas”.
Comentó que “cuentan con una auxiliar de servicio, algo muy importante, porque son muchos niños y niñas compartiendo sala y la limpieza es fundamental”.
Hay tres educadoras: una que trabaja en el grupo “familístico”; otra educadora volante que es la referente del programa «experiencias oportunas» y una última que es la educadora del grupo de dos años. Las educadoras tienen una rutina establecida que se respeta mucho: hay momentos para el juego, la higiene y los momentos de descanso (es importante enseñarles a bajar, descansar y relajarse).
El equipo se completa con una psicomotricista, una trabajadora social, una psicóloga y la maestra referente.
Sobre su función como maestra referente, contó que su rol es “bisagra, porque tengo que coordinar con todo el equipo. Con el área pedagógica, con las educadoras. Estamos planificando siempre, qué vamos a hacer”, contó. También, cuentan con un coordinador de gestión, con el que se planifican las compras, los arreglos de mantenimiento y lo que necesita el establecimiento.
El CAIF, se sostiene por medio de dos partidas: una del INDA (Instituto Nacional de Alimentación), que va destinada exclusivamente para alimentos y otra, que proviene de INAU (Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay), y está destinada al mantenimiento del centro, con un porcentaje en materiales como papelería y juguetes, los sueldos, reservando a su vez otra parte para los imprevistos.
La maestra referente comentó que “esa partida se ve muy resentida”, ya que el CAIF paga alquiler en el local actual y eso, “no nos permite hacer otras inversiones”, pensando en el desarrollo de niños y niñas que concurren.
CELEBRACIÓN | Será el sábado 17 de junio a las 15 horas, en el Gimnasio de Puntas de Valdez. Participarán el grupo Tradicionalista de Rafael Perazza y un espectáculo a confirmar de la Intendencia de San José. Se invita a todas las generaciones que han pasado en estos 10 años, a la comunidad y a agrupaciones como, Manos Laboriosas, baby fútbol de Independiente, la escuela local y la policlínica.
Habrá un recorrido por las diferentes generaciones que pasaron por la institución y un reconocimiento, con presentes como cuadros y frases, “todo aquello que a todo el equipo nos llenó de amor. Hay que mostrarlo y que la comunidad entienda lo que recibimos a diario. Va a ser como un museo de afecto de estos años”.
La maestra referente dijo que “ellos y ellas llegan al centro y lo único que tienen para conocernos, es el afecto y lo que uno les va dando. Ahí se va generando ese cariño y esa confianza que es tan importante” entre educadoras y los más pequeños.
Por Nelson Guillermo.
