Un grupo de medio centenar de personas aproximadamente, se movilizó el viernes pasado en el centro de San José de Mayo para protestar ante la falta de soluciones a la problemática de las inundaciones. Las familias que se congregaron en la plaza de los Treinta y Tres Orientales residen en áreas de la ciudad que se han visto afectadas más de una vez por la creciente del río San José.
Según explicó Leonardo Del Río, uno de los promotores de la manifestación, el fin de la convocatoria es conseguir que se concrete una mesa de negociación tanto con el Ministerio de Vivienda, con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, la Dirección Nacional de Hidrografía o con la propia Intendencia. Del Río fue muy crítico con respecto a ésta última, cuya importancia destacó sobre las demás opciones, “Es parte importante de la cosa, porque acá se paga el impuesto a todo pero cuando llega el momento de que reclamemos como sociedad para que trabajen sobre las problemáticas de muchas cosas en diferentes barrios, ¿en dónde están?”, cuestionó.
Sin embargo, Leonardo Del Río que con un micrófono y un parlante se dirigió a los presentes, aclaró: “no vamos contra la clase políticas, vamos a favor de la gente pobre”.
En ese marco, recordó que las inundaciones han afectado a muchas familias josefinas a lo largo de aproximadamente medio siglo, pero que nunca como lo hizo en abril de 2016, a la que se la recuerda como la mayor creciente de la historia por llegar a lugares que jamás lo había hecho antes. “Los que estamos vivos somos conscientes de que nunca habíamos pasado algo semejante. Arrasó con cuanta casa había, llegó a lugares inesperados, mucha gente perdió absolutamente todo”, recordó.
“¿Alguien piensa verdaderamente en nosotros? La historia dice que no; ya son 40 o 50 años que pasa lo mismo y nunca se hecho ni una sola obra que nos brinde la tranquilidad de que la creciente no nos llegue”, sentenció Del Río en la oportunidad.
El impulsor de la movilización consideró que aquella inundación de abril era una “señal de la naturaleza” a los que de una forma u otra poseen las herramientas para buscar una solución para todos los damnificados que, tal como lo reiteró varias veces en su oratoria, son “parte del pueblo” y por tanto tienen los mismos derechos que toda la sociedad a vivir dignamente. No obstante “recién aparecen algunas luces de algunas pequeñas soluciones”, dijo haciendo referencia a los varios proyectos que se han manejado públicamente en los últimos meses.
OTRAS OBRAS | Manteniendo su postura crítica, Del Río calificó a la falta de respuestas como un acto de exclusión hacia todos los que viven en esa situación: “Todo el mundo habla de inclusión, pero en realidad, ¿somos incluidos en alguna obra importante? (…), Hablar de inclusión es lindísimo, es una palabra hermosa, todos la dicen pero pocos la utilizan. Díganme si somos incluidos los que vivimos de Lavalleja para abajo y ¿en qué?, ¿Cuándo se preocuparon por la gente pobre? (…). Ahí radica la primera exclusión de nosotros: los pobres no se merecen nada”, afirmó.
En ese contexto y para justificar tal idea, Del Río recordó distintas obras que se han realizado en San José de Mayo, como las que en ese momento se encontraban a su espalda; el Teatro Bartolomé Macció y el Espacio Cultural, obras que implicaron importantes sumas de dinero: “se invirtió una cantidad de plata para traer a nuevo el Teatro Macció, se compró el Espacio Cultural que antes era un banco, para eso se invirtió un fardo de plata – yo trabajé en esa obra -, pero no hay plata para arreglar el río, para profundizarlo o para buscarle soluciones habitacionales a la gente pobre”.
No obstante, consideró que la clase política si los recuerda cuando necesitan el voto: “se acuerdan cuando llega el momento del votito, porque el voto nuestro vale lo mismo que los que viven acá en el centro y suman lo mismo”, dijo.
Allí los presentes demandaron acciones que, según entienden, desde el ámbito político deben cumplir para garantizar la igualdad de derechos en la sociedad maragata, ya que tal como lo manifestaran han pasado años “sufriendo la misma calamidad”.
Sin embargo, Del Río recordó que la que realizaron, no fue una movilización política, sino una “movilización del dolor de la gente, un tirón de oreja para que vean que aunque somos pocos, somos parte del pueblo”. Agregó a continuación que “el día que el pueblo despierte y se den cuenta de que tenemos este derecho, a salir a protestar por tantas cosas que no se cumplen, nos vamos a dar cuenta que la clase política se va a poner a trabajar por nosotros”.
Además en la oportunidad, se recordó la única obra que en San José de Mayo se realizó para los damnificados, se trata del complejo de viviendas ubicadas en Picada de las Tunas y que hoy en día se las denomina como “las viviendas de los inundados”, por haber sido construidas en una zona inundable: “Llegamos a estar inundados en donde supuestamente se gastó para que la gente no se inundara más”, ironizó.
“Acá no la hacemos ‘facilonga’, yo quiero compromiso de la clase política, porque somos personas, a nosotros el dolor, la angustia, el sufrimiento nos acaba como seres humanos”, culminó.
PROPIETARIOS EXCLUIDOS | Por su parte, Virginia Calcagno, también impulsora de la concentración hizo referencia – al hacer uso de la palabra-, al proyecto del diputado del Partido Nacional, Ruben Bacigalupe, que pretende una solución habitacional para los afectados a través de algún tipo de financiamiento.
Calcagno dijo sobre este proyectos que los beneficiarios no deberían ser propietarios ya que, según entiende, los que más necesitan una vivienda son las personas que alquilan debido a que no pueden comprar propiedades en consecuencia, en parte, a sus trabajos inestables, “Esa es la gente que realmente necesita una vivienda”, dijo.
Críticó, además, el alojamiento que reciben los damnificados tras las evacuaciones. Según dijo son llevados a gimnasios en donde deben dormir “como perros tirados en un colchón” y tanto mujeres como hombres deben compartir los baños.
Por Katherine Martínez
