Como en la variedad está el buen gusto, en lo que se refiere a quesos, son muchas las opciones a la hora de elegir. El queso representa un alimento de gran importancia dentro de la dieta diaria. Aporta proteínas de alto valor biológico, las cuales contienen aminoácidos esenciales que el organismo no puede fabricar y en consecuencia resulta necesario incluirlos a través de la alimentación.
Pero más allá de sus nutrientes y del buen sabor de algunos tipos de quesos, es necesario tener en cuenta otros factores que puede llevar a consumir unos u otros.
Muchos de estos productos representan un aporte demasiado alto en grasas y sodio por lo que, para no dejar totalmente de disfrutarlos, optar por los menos calóricos, es una buena opción.
CARACTERÍSTICAS | El queso ricota, puede ser una de esas opciones. Se trata de un tipo de queso de subproductos. Su nombre “ricota”, significa cocinar otra vez, por lo que hace referencia al método específico utilizado para su elaboración. Y es que este queso se hace a partir del suero drenado de quesos como muzarella, provolone y otras variedades, aunque normalmente se combine con leche, tanto entera como descremada de vaca, para obtener el producto final.
Contiene un alto valor proteico pero, a diferencia de otros, tiene la ventaja de ser bajo en grasas, conteniendo aproximadamente la mitad de calorías que otros quesos. Se trata de un producto de sabor suave y delicado, levemente ácido, apto para una gran cantidad de preparaciones culinarias, a las que trasmite un toque muy especial. Tiene la propiedad de ser muy versátil ya que combina muy bien tanto en platos dulces como salados.
Tiene otra condición, es bajo en contenido de sodio. Esto permite que pueda ser consumida por personas hipertensas o para quienes padecen otras patologías y no pueden consumir sal.
NUTRIENTES | Si bien el queso en general, especialmente el hecho de leche de vacas alimentadas con pastura, es una excelente fuente de varios nutrientes importantes, la ricota es aun más recomendable que los demás quesos. Se trata de un queso que contiene importantes beneficios nutricionales, entre ellos la de ser un alimento ideal para los huesos, por su proporción de vitaminas.
La ricota se compone de 68,3% de agua, 14,9% de proteínas, 12,6% de grasa, 2,7% de carbohidratos y 1,5% de minerales. Por su parte, al ser bajo en grasa, es ideal para dietas de control de peso. La vitamina B5 de la ricota, ayuda a proteger las glándulas que regulan la respuesta del cuerpo ante el estrés. De esta forma ayudan a controlar el metabolismo de las grasas, las proteínas y los carbohidratos.
Contienen además vitaminas A, B12, D, calcio y proteínas. Si se consume con alimentos ricos en magnesio (almendras, vegetales de verdes de hojas) y vitamina C, se potencian sus propiedades.
Una porción de media taza de ricota, aporta 14 gramos de proteína, lo que constituye un 28 por ciento del valor diario necesario, recomendado para ayudar a aumentar la masa muscular. En cuanto al calcio, una porción de media taza, contiene 257 miligramos de calcio, o un 26 por ciento del valor diario recomendado.
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6, nutrientes que ayudan a prevenir las enfermedades cardíacas y el cáncer, y son saludables para todo el cuerpo, también están presentes en la ricota, tiene 139 miligramos de omega-3 y 339 de omega-6 por cada porción de media taza.
En lo que respecta a los minerales, una porción de media taza de ricota es una importante fuente de fósforo (20%), zinc (10%) y selenio (26%). Todos los beneficios que ofrece, hacen de este tipo de quesos, una sana alternativa para incorporar en diferentes preparaciones.
Imagen ilustrativa tomada de la web.
Por Yudith Píriz.
