A pocos días de los festejos de Navidad y Año Nuevo, tener presente a los frutos secos para incorporar en las mesas de las tradicionales fiestas, siempre es una buena opción. Si bien es correcto afirmar que la amplia gama de frutos secos que existen en el mercado, no se ajustan precisamente a la época del año en que, por estas latitudes, se levantan las copas, también se puede agregar que, aunque demasiado calóricas, a muchos les apetece disfrutarlas aunque sea en pequeñas cantidades.
Desde los tradicionales budines, pan dulce, todo tipo de postres, cremas o salsas, o simplemente como aperitivos, los frutos secos, son el plus que les da ese toque único y especial a todas las preparaciones, y por tanto, las que no pueden dejar de asistir a las mesas navideña.
Además de su sabor, son una excelente alternativa desde el aspecto nutricional, ya que aportan importantes y destacados beneficios para la salud.
Para deleitarse, se puede elegir entre las almendras, avellanas, maníes, nueces y castañas y en todas ellas, siempre está presente, un aporte saludable para todas las edades, aunque existe una que se destaca en especial, las castañas. El único inconveniente que los frutos secos pueden acarrear, es que contienen muchas calorías debido a que presentan poca agua en su composición, por lo que su consumo debe ser moderado. De todas formas, y teniendo ese aspecto en cuenta, siempre existen alternativas y dosis recomendadas a su consumo, para no dejar de disfrutarlas.
APORTES | Una alternativa puede ser el consumo de una en especial, que presenta diferentes características que la hacen mucho más saludable que las demás, sobre todo referido a su aporte calórico. Las castañas representan uno de los frutos más nutritivos y sanos.
A diferencia de los demás frutos secos, tienen la característica que poseen casi el 50% de agua además de que la cantidad de grasa que contienen, es bastante inferior a los demás de su especie.
Aportan muy pocas calorías y a pesar de que su contenido en hidratos de carbono es alto, (36 g de hidratos por cada 100 g de fruto), se trata de hidratos de carbono complejos, los más saludables ya que el organismo puede absorberlos lentamente.
Representa un alimento ideal para todas las edades y en especial para adultos mayores, niños, estudiantes, deportistas, personas convalecientes, embarazadas y en etapa de lactancia, personas con depresión y en casos de anemia y en general para todos aquellos que requieran de un aporte extra de energía. De hecho, las castañas se vienen recomendando para estados de decaimiento físico y mental, cansancio y falta de energía, por ser un alimento nutritivo, energético y de fácil digestión. Son altamente saciantes y además son una buena fuente de compuestos fenólicos, muy beneficiosos por su acción antioxidante.
En cuanto a los minerales, destaca su aporte en potasio, que ayuda a controlar la retención de líquidos, evita la hipertensión y favorece la diuresis. El hierro es otro de los minerales destacados en las castañas, que ayuda a prevenir la anemia.
Este fruto es especialmente rico en vitamina B y su aporte se puede aprovechar totalmente si se consumen crudas, teniendo un papel muy importante tanto en el rendimiento cerebral como en el físico.
En general se las puede consumir además de crudas, tostadas o cocidas y aunque al cocinarlas pierden parte de sus nutrientes, su contenido en taninos las puede hacer más difíciles de digerir para algunas personas. Para evitarlo, se aconseja eliminar la piel marrón que tienen junto a la corteza y masticarlas muy bien.
Más allá de la forma que se las utilice, en todas sus presentaciones transmitirán al plato, su excepcional y único sabor, además de sus importantes nutrientes. Son indicadas como complemento de platos o como ingrediente de postres dulces, como un saludable aperitivo o también se pueden emplear como relleno de diferentes carnes.
TIPOS | Quizá una de las más utilizada sea la llamada Castaña de cajú, la semilla del fruto del Anacardo (Anacardium occidentale), un árbol tropical nativo de la cuenca del Amazonas. Las castañas de cajú presentan gran parte de los minerales y vitaminas que tienen muchas de su especie. Son una valiosa fuente de ácidos grasos insaturados, los cuales ayudan a equilibrar los niveles de colesterol y triglicéridos, beneficiando la salud cardiovascular.
Son antioxidantes y favorecen el restablecimiento de calcio en los huesos. También se les atribuyen propiedades afrodisíacas. Por su riqueza en magnesio y vitaminas del grupo B, suele recomendarse en caso de irritabilidad, nerviosismo, depresión y cansancio o debilidad física.
Su elevado aporte energético hace que deba consumirse con moderación. Según los expertos, de 2 a 4 unidades al día por persona resulta suficiente.
Las Castañas de cajú tienen forma de “C”. Su sabor es dulce y mantecoso, muy parecido al maní. El color varía entre blanquecino y castaño claro, dependiendo del calor utilizado en el proceso de extracción de las cáscaras.
Esta variedad, es utilizada principalmente para la elaboración de turrones, chocolates, tartas, pastas rellenas, etc. Y también para imitar la textura cremosa de los lácteos en los platos veganos. Tostadas y saladas, son muy populares como snack.
Por todas sus destacadas propiedades, tanto las castañas comunes como las de cajú, son siempre una buena opción para darle a los platos, ese sabor inigualable que ofrecen los frutos secos.
Por Yudith Píriz.
