Los problemas de abastecimiento de agua para los habitantes de los departamentos de Montevideo y Canelones como consecuencia de la mayor sequía que ha vivido el país en el último siglo, comienza involucrar de manera directa al departamento de San José y en especial al territorio del Municipio de Libertad, ya que en las costas del río San José, a la altura de Buschental, se comenzará a construir en breve un dique separador que permitirá acumular agua que mediante una bomba y por cañerías será derivada hasta Paso Belastiquí y de allí a la usina de Aguas Corrientes.
La decisión de construir el dique en el río San José fue anunciada por el presidente de la República Luis Lacalle Pou en la conferencia de prensa del lunes 19 de junio -al cierre de la anterior edición de su periódico-, en la que se declaró la “emergencia hídrica” en el país, pero en ella no especificó detalles de dónde ni cómo se haría, más allá que anunció que se trataría de una inversión de 20 millones de dólares.
Quien no contaba con mayor información que la difundida en la conferencia de prensa era, al parecer, la propia intendente de San José Ana María Bentaberri, que el martes pasado el mediodía, anunciaba mediante comunicado de prensa que “la comuna había elevado oficios a OSE y al Ministerio de Ambiente con el objetivo de conocer los detalles del proyecto” anunciado por el Presidente.
El comunicado ampliaba la información diciendo que desde el Ejecutivo Departamental se había establecido comunicación con el presidente de OSE Raúl Montero, “para conocer los pormenores de las obras previstas” y este había informado que en ese momento se efectuaban “los estudios correspondientes para la ejecución de un dique de corte que se construiría con tierra, tendiente a evitar la salinización del agua del río Santa Lucía”.
Pasaron dos días y el jueves 22 la Intendencia difundía un nuevo comunicado en el que ampliaba la información sobre la obra anunciada, a partir de la respuesta a los oficios presentados. El organismo que respondió fue OSE y en su respuesta le dijo a la Intendencia que el “dique separador” a construirse, “permitirá independizar el agua dulce que escurre por el río San José de la influencia del agua salada proveniente del Río de la Plata”.
Respecto a su localización, informó la Intendencia en su comunicado lo siguiente: “el dique de tierra estará ubicado en la zona de Buschental, tendrá una longitud total de 50 metros, un paseo superior de 10 metros de ancho y un nivel de 2,50 metros con respecto al cero oficial, con el objetivo de que puedan pasar una o dos mareas altas en los próximos tres meses”.
El último párrafo intenta brindar “seguridad” a la población al decir que “OSE aseguró que el dique es provisorio” y que éste “se removerá en cuanto llueva lo suficiente para recomponer los caudales de los ríos Santa Lucía y Santa Lucía Chico”. Para rematar, dice el comunicado que “el organismo asegura que la estructura no provocará la inundación de predios”.
ACTORES LOCALES | Consultado el alcalde Matías Santos sobre si el Municipio tendrá alguna injerencia o deberá apoyar en el proceso de construcción del dique, dijo que no, que el único rol que él cumplió fue como facilitador de contactos de algún vecino de la zona de Buschental a quien había que pedir permiso para ingresar maquinaria para el inicio de los trabajos.
Dijo además que sí conversó telefónicamente con el Ingeniero Regional de OSE, con quien mantiene contacto fluido, para mantenerse al tanto de la obra y éste le aseguró que no traerá ningún tipo de complicaciones para la población ribereña ni para los vecinos de Libertad. Matías Santos dijo que le consultó qué pasaría si llueve en abundancia, si eso no generaría inundaciones, a lo que respondió que la propia cantidad de agua que va a fluir se encargaría de desarmar el dique y que hay previsto un plan para evitar cualquier contingencia que se pueda dar.
PREOCUPADOS | En donde mayores dudas había -y aún las hay-, sobre la pertinencia del dique es en el comité Vinelli del Frente Amplio de Libertad. Por ello es que pidieron una reunión con el director de OSE en representación del FA Edgardo Ortuño (VA-FA), quien les invitó para concurrir a su despacho el pasado viernes 23 de junio. Hasta allí fueron José González y Raúl Piaggio, en representación del concejal “Titer” Dearmas, la edila Ana María Piñeyrúa y el actual presidente del Vinelli Osvaldo Espinosa.
Consultado José González sobre lo dialogado con Ortuño, éste comentó que el Director de OSE les brindó un panorama muy complejo de la situación que vive el área metropolitana, además de contarles detalles de la obra que se hará en Buschental, zona de la cual los técnicos que la están planificando, no tienen mayor información y aprovecharon la visita de los libertenses para informarse sobre sus características.
En síntesis, dijo González, lo que van a hacer es “el represado del río San José con una bomba en el puente Valdez, que va a mandar agua hasta Paso Belastiquí por cañerías (13 kilómetros y medio de largo), y de ahí la mandan por otro entubado a la Aguas Corrientes”. El represado, dijo González, llegaría hasta la zona de Buschental (en el establecimiento Santa Esmeralda).
Decretada la emergencia hídrica, el Estado se libra de realizar una licitación, que es un proceso largo, y por ello se decidió que la que definía qué empresas trabajarán en la obra, fuera la Cámara de la Construcción, que ya seleccionó a cinco empresas que van a trabajar de día y de noche.
La obra, que es provisoria, les informó Ortuño, tendrá un costo de 30 millones de dólares más IVA, más imprevistos. A eso luego habría que agregarle mantenimiento, corriente y personal.
La bomba que se utilizará para realizar el traspase de agua será “prestada” por una empresa del rubro arrocero (por eso los técnicos que participaron del encuentro con la delegación libertense creían que esa era zona arrocera), y quedarán pendientes los estudios de impacto ambiental.
Según González, Ortuño les comentó que la obra no es buena, pero “es la única solución que tiene OSE, ya que si no, dentro de 20 o 25 días, no hay agua ni potable ni bebible para los vecinos de Montevideo y Canelones”.
Pero que sea la solución no quiere decir que no tenga problemas antes de empezar. El primero de los problemas es el plazo de ejecución. Según lo anunciado por el Presidente, es una obra que se ejecutaría en 30 días, aunque Ortuño y los técnicos que estaban con él durante el encuentro con la delegación libertense, dijeron que mínimo llevaría dos meses hacerla. Como decíamos más arriba, queda menos de un mes de agua en Montevideo.
MÁS CONSULTAS | “Otra cosa que tienen que estudiar antes de empezar es qué pasa con el río San José, porque de él toman el agua para la ciudad de San José y el río tiene muchas bajantes y eso les va a bajar el agua en el puente Valdez también, entonces de repente se encuentran con que no tienen más agua para el embalse y además dejan sin agua a la capital departamental”, comentó José González.
Agregó el referente del comité Vinelli que consultaron sobre qué pasaría en la zona si viniera un gran temporal de lluvia y “nos explicaron que tienen medidas de contingencia, por si la cantidad de agua que cae se encuentra que hay represada una cantidad de agua importante y ésta pudiera llegar a provocar inundaciones que llegaran a Libertad; la medida de contingencia es tener contratadas una importante cantidad de máquinas retroexcavadoras para retirar la presa si fuera necesario”.
La delegación libertense regresó preocupada del encuentro con el director Ortuño quien les habló de un panorama muy complicado para el futuro inmediato para el 60% de la población del país y convencidos que no queda otra que aceptar esta obra, que puede terminar no siendo tan provisoria como se anuncia, ya que la situación es desalentadora.
Por Javier Perdomo.