La expectativa por ver “El asesino de Carrasco” en Libertad tenía dos ingredientes, la historia en sí y que uno de los protagonistas fuera el actor libertense Fernando Hernández, quien regresaba a la Casa de la Cultura luego de un tiempo de no estar sobre las tablas de la sala María Búa.
Sin dudas que por eso, la principal sala de teatro del sur josefino estuvo repleta de público el sábado 14 de octubre para presenciar esta obra basada en una serie de entrevistas ficticias entre el periodista Néber Araujo, quien hasta mediados de la primera década de este siglo fue figura central de Telemundo 12, y el primer -y por ahora único-, asesino serial del Uruguay, Pablo Goncálvez.
Y las expectativas de los espectadores deben haber quedado más que colmadas, ya que la obra promete y cumple. Durante más de una hora, los dos personajes en escena mantienen un combate dialéctico en el que los intereses de cada uno van quedando en evidencia a medida que se desarrolla la historia, que tiene momentos de decidida tensión y otros de complicidad entre dos seres que parecen totalmente diferentes, pero que al final puede no serlo tanto.
Realmente una obra disfrutable, de comienzo a fin, que tiene un tercer protagonista, presente en toda la obra aunque casi no aparezca en escena: el guardia carcelario y todo el proceso que se vive al ingreso a una cárcel, muy bien representado y que parece surgido de la experiencia de Hernández como docente en distintos centros carcelarios del país.
En definitiva, quienes asistieron el sábado a la Casa, pudieron ver una buena obra teatral, con un actor local que desde hace mucho tiempo trabaja de forma silenciosa al más alto nivel en el teatro uruguayo y que cada tanto presenta buenos textos como es el de “El asesino de Carrasco”, sobre un caso que tuvo en vilo a la sociedad uruguaya a comienzos de la última década del pasado siglo XX.
Imágenes: Sebastián Parentelli.
Por Javier Perdomo.