El sábado 19 en Casa de la Cultura de Libertad estrena “El niño invisible”, una obra unipersonal escrita y dirigida por Aldo Pérez e interpretada por Agustín Benzano. El autor, al hablar del proceso creativo de la propuesta dijo que “arrancó el año pasado, tenía alguna ideas y no las había podido concretar, el año pasado no hice teatro, lo último que había hecho había sido ‘Los Juguetes’ y si bien está buenísimo trabajar para niños, hay algunas ideas que no se pueden desarrollar tanto”.
Aldo agregó que “comencé con la idea de hacerlo para varios actores, pero lo fui reduciendo hasta que lo condensé en una persona sola, la historia de alguna forma refleja mucha cosa del cine o la literatura a través de un personaje que se refugia en ficciones para sobrevolar o a veces estrellarse de lleno contra cosas que le rodean”.
PERSONAJE| En cuanto a las características del personaje, Pérez dijo que “es casi una referencia a Dorian Gray, es una obra muy referencial, algunas referencias son más obvias y otras no tanto, por eso me llevó mucho tiempo poner todo lo que quería, fue un trabajo muy minucioso de instalar esas referencias en el trayecto de la obra”.
Sobre el por qué un unipersonal, el escritor y director dijo que “siempre tuve como la idea de reducir el número de personas con las que trabajaba, porque a mí siempre me quedó como en el debe que todas las obras que hice eran con muchos personajes, a veces hasta 10 y me daba la sensación de que no podía trabajar con cada personaje con la profundidad que yo quería por aquello de tratar de sostener muchas pelotas en el aire”.
En ese sentido agregó que “de entrada tenía la idea de cuatro, tres personas, y por ahí me dije ¿y si fueran dos?, ¿y si fuera una?, fue como ese trabajo, al tiempo que escribía ir condensando las ideas para que fuera solo una”.
Pérez dijo ser consciente que “para una persona es una tremenda carga, el trabajo que está haciendo Agustín es muy impresionante, pero no dejaba de ser un desafío, porque tiene múltiples tareas y entonces nunca dejé de verlo como si trabajara con muchas personas porque si bien hay un personaje que es como la columna vertebral de la historia, ese personaje a la hora de hablar de su vida o al traernos momentos de su vida se desdobla en los otros protagonistas que también fueron parte”.
SINOPSIS | A modo de breve sinopsis Aldo Pérez dijo que “el concepto del niño invisible salió a partir de conversaciones de filosofía y hablar de todas esas cosas, la idea de la vida como línea, este niño en realidad para no ver la muerte directamente a los ojos va buscando juguetes, como metáfora, cosas como para distraerse, es un niño que vivió una tragedia y adquirió unas habilidades extrañas como para poder sobrellevar esa tragedia que se le vino encima”.
Respecto a la elección del actor, Pérez dijo que “sabiendo el material humano con el que me manejo cuando estoy en el proceso creativo individual ya sabía a quién le podía encomendar esa misión, y Agustín me gustaba por un montón de motivos, incluso porque si bien es una ficción hay bastantes cosas personales y además nos pasa que a Agustín lo confunden mucho conmigo y viceversa y entonces un día me cayó la ficha de que era Agustín el actor”.
Sobre Agustín Benzano el director agregó que “es un actor súper generoso y me parecía que era la persona indicada además porque el trabajar con una persona sola implica estarla sicopateando constantemente, porque no tiene donde esconderse, es sólo él y su presencia contantemente y me pareció que era una persona que podía soportar eso”.
Pérez dijo también que “en este caso en particular me gustó un montón porque también te permite equivocarte; por ejemplo, arrancamos con tantas hojas de texto y terminé sacándole tres o cinco hojas, no se trataba de defender ese texto a como fuera, sino que él me dio la posibilidad de irlo corrigiendo a medida que avanzábamos, y eso también es importante porque a veces se plantea como una batalla, sobre todo cuando uno es autor y director. Sí defiendo el texto pero también me puedo dar la libertad, con un actor como él de decir, esto no va, o profundicemos lo otro y eso juega para el proyecto”.
Sobre la puesta en escena Aldo Pérez dijo que “va a ser una obra muy íntima, no será con el público en las butacas sino sobre el escenario, serán funciones de capacidad limitada, para unas 20 o 25 personas, propone algo muy cercano con el actor, incluso el diseño de la iluminación, todo acompaña la historia y todo lo que hay en escena cuenta una parte de la historia, tratamos de sacar todo lo que no aportara realmente, que no hayan adornos, que todo esté en función de la historia”.
EL ACTOR| Agustín Benzano por su parte dijo que “con Aldo siempre trabajamos bien en las obras que me ha dirigido, es un texto que al principio me apabulló por decirlo de alguna forma. Habíamos tenido una charla y yo andaba con ganas de algún proceso que me desafiara bastante a nivel actoral, tenía ganas de hacer algo que no estuviese vinculado con niños, que habían sido mis últimos personajes, y se dio un poco todo eso, yo me quería exigir y el texto me plantea mucha exigencia”.
En referencia al formato unipersonal, Benzano dijo que “veníamos los dos con ganas de hacer alguna obra con menos cantidad de gente a como nos hemos acostumbrado en Querubín, con muchas personas es complicado durante el año poder juntarnos a ensayar y esto nos permitió que en el último tiempo pudiéramos ensayar tres veces por semana y a la hora que los dos podíamos, nos juntábamos igual a las once de la noche, eso nos dio un abanico de posibilidades mucho más grande para trabajar”.
Respecto al proceso creativo, Agustín dijo que “fue diferente a otras veces, porque ahora tomábamos una escena y la trabajamos hasta quedar conformes, después seguimos con otra, que generalmente antes buscábamos pasar la obra entera, el texto y empezar a pulir las partes más flojas, los dos buscábamos un desafío importante”.
INVESTIGACIÓN | El trabajo para encarnar el personaje y sus múltiples facetas requirió “mucha investigación, a mí me gusta absorber lo que el director quiere mostrar, fue muy raro porque a mí me sacó de mis zonas de confort como actor y ahí estaba el desafío y lo bueno, fue un proceso intenso, de ver muchas películas, Aldo tiene muchas referencias al cine, tuve que ponerme en eso, difícil porque al ser un proceso tan íntimo, sólo nosotros dos, no hay un comentario de otro, algo que acotar que te puede guiar” y agregó que fue complejo también lograr “diferenciar a cada personaje es bien interesante, porque hay que mantener la esencia del personaje principal y asumir los roles mientras va contando la historia, fue agotador mentalmente, un proceso muy minucioso, mucho ensayo ante el espejo y tratar de marcar bien a cada personaje”.
Benzano dijo finalmente que “sostener solo un espectáculo de una hora o un poco más es agotador física y mentalmente, es un reto a la concentración, para que el espectador esté pensando en lo que se le está contando, la proximidad del público también te consume mucha energía”.
En este sentido el actor explicó que “Aldo me pidió que al público lo agarre de la mano y lo saque a pasear, porque está tan cerca que se tiene que meter en la historia, eso demanda un montón y las reacciones hay que manejarlas en el momento”.
Esta será la primera vez que Agustín Benzano actúe una puesta unipersonal. “Yo hago teatro desde los 18 años en Querubín y no hicimos nunca una obra unipersonal, en lo personal estoy muy conforme, más allá que con Aldo somos los dos muy obsesivos con estas cosas, en los detalles, siempre sabemos que podemos mejorar, pero estamos conformes con el piso que logramos, yo particularmente estoy ya con la ansiedad de estrenar cuanto antes porque el público me da ese plus extra, generalmente se llega con un piso estable y en las siguientes funciones se va aceitando la máquina”, comentó.
El niño invisible es una obra de aproximadamente una hora de duración y se presentará desde el próximo sábado 19, el domingo 20 y viernes 25 de octubre, también habrá funciones el 2, 3, 9, 10, 16, y 17 de noviembre a las 20:30 horas.
La Puesta en Escena cuenta con Iluminación de Ana Fernández, Vestuario de Pía Reyes, Fotografía de Francisco Ancheta, Dibujos de Aldo Pérez, Color de Daniel Morales y Diseño Gráfico de Martín Schwager.
Se recomienda al público reservar entradas con anticipación ya que las localidades son limitadas, entre 20 a 25 personas por función, las reservas pueden hacerse por Instagram @invisible.juguete o al celular 091082829.
Por Jorge Gambetta.
