Comienza una etapa del año donde en reiteradas ocasiones, podemos excedernos en el consumo de alimentos y bebidas, lo que puede traer aparejado algunos problemas sobre todo en las personas que regularmente mantienen una dieta sana. Estos desajustes pueden llevar a muchas personas a padecer síntomas de alteraciones del aparato digestivo, debido a este consumo no habitual.
Para estos desajustes en las ingestas, nada mejor que acostumbrarnos a los tradicionales tés de yuyos o hierbas medicinales, tan beneficiosos según la ocasión.
El creciente uso de medicamentos, fue mermando la utilización de las plantas como verdaderas alternativas para el tratamiento o la prevención de ciertas enfermedades.
Sin embargo, poco a poco se ha venido registrando en todo el mundo, un resurgimiento de lo natural, tanto en lo que respecta a la forma de alimentarnos, o a estilos de vida en general, entre los que se incluyen, el consumo de hierbas medicinales las que, ayudan de forma natural y con escasos efectos secundarios.
Una de ellas es el boldo, planta que se ha venido usando desde tiempos remotos y que ha demostrado presentar importantes propiedades medicinales, principalmente relacionadas a problemas digestivos.
SU HISTORIA | La legendaria planta de Boldo (Peumus boldus), es originaria de Chile, el país de mayor producción y crece principalmente en las colinas secas y soleadas de las provincias de Valparaíso, Santiago y Concepción donde se distribuye desde los 0 a los 1000 metros sobre el nivel del mar. Además de Chile, crecen en los pastos interandinos y laderas de Perú y Ecuador. Sus propiedades medicinales son conocidas no sólo en Chile, también se aprecian en varios países de Latinoamérica y Europa.
Árbol o arbusto de la familia Monimiaceae, que mide entre 3 y 6 metros de altura y puede alcanzar hasta 8 metros. Sus hojas, que despiden un olor muy aromático, es la parte del arbusto que se usa con fines medicinales.
Antes de la llegada de los españoles, el boldo era una planta ampliamente usada por varios grupos indígenas de Chile, para diferentes dolencias. La corteza de este arbusto, rica en taninos, se emplea también en la curtiembre y su madera se usa como leña y carbón. Sin embargo, el más apreciado de sus productos son las hojas, utilizadas para la preparación de infusiones digestivas, para el tratamiento de la vesícula biliar y de las afecciones hepáticas.
PROPIEDADES | El boldo es una planta altamente valorada por sus efectos medicinales, y desde comienzos del siglo pasado, ha recibido la atención de naturalistas y científicos. Las infusiones acuosas de hojas secas de boldo se han utilizado por mucho tiempo como un digestivo casero y como terapia coadyuvante para las enfermedades crónicas de hígado. Su actividad hepatoprotectora se refiere a la regeneración de las células hepáticas, lo que quiere decir que aceleran la función natural del hígado de reemplazar las células dañadas.
De acuerdo a estudios realizados de esta planta, sus ingredientes activos son el aceite esencial, terpenos como el terpinol, alcaloides amargos como la boldina y la isoboldina, flavonoides y taninos.
Actualmente, el uso del boldo se encuentra difundido en muchos lugares del mundo, ya que tiene comprobadas propiedades curativas, las que además resultan excepcionales, pues es una de las pocas especies que posee, al mismo tiempo, alcaloides, aceites esenciales y flavonoides.
Entre los alcaloides que contiene, se destaca la boldina, que estimula la producción de jugos gástricos y de bilis, aumenta la secreción de urea y ácido úrico, y tiene un efecto ligeramente hipnótico. Las propiedades del boldo pueden resumirse en las siguientes: es un estimulante de la digestión, es colagogo, colerético, aperitivo, hepatoprotector, antiinflamatorio, antiséptico, vermífugo, diurético, analgésico y anestésico.
También tiene propiedades sedantes sobre el sistema nervioso. Hay coincidencia entre todos los investigadores en estas propiedades medicinales, aunque hay otros que también sugieren el uso del boldo para otros problemas de salud, como por ejemplo, para aliviar molestias dentarias, dolores reumáticos, cálculos biliares, cistitis, estreñimiento, etc. Favorece la secreción de bilis y contribuye a la regeneración de los tejidos dañados por la inflamación de casos de hepatitis y colecistitis o inflamación de la vesícula. Combate la migraña ocasionada por trastornos biliares y puede ser de gran ayuda para combatir infecciones en las vías urinarias como la cistitis.
Estas hojas curativas, se utilizan en infusión, al igual que cualquier té y se lo toma caliente, de preferencia después de las comidas. Al igual que todas las hierbas medicinales, su consumo debe ser moderado y de forma discontinua, a su vez, se desaconseja durante el embarazo y la lactancia, y su consumo debe estar siempre supervisado, en lo que respecta tanto a la forma como a la dosis de su ingesta, por homeópatas, los que determinarán en qué ocasiones su uso es adecuado.
Fuente: Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Ecuador. Facultad de Ciencias. Escuela de Bioquímica y Farmacia.
Por Yudith Píriz.
