La salud mental es cada vez más, una necesidad que urge a toda la sociedad. La depresión es una patología que amenaza peligrosamente y que requiere de forma urgente, tratamientos adecuados para intentar superarla. Sobre el tema, la literatura es extensa y muchos especialistas han trabajado en él.
Uno de ellos, es el español Jesús De la Gándara, que durante más de cuatro décadas se ha dedicado a investigar y trabajar en el tema. Es Jefe del Servicio de Psiquiatría y Profesor de la Escuela Universitaria de Enfermería de Burgos. Además, posee una amplia trayectoria como miembro de numerosas Sociedades Científicas de Psiquiatría y Medicina y es autor de libros como “Trucos y tretas para vivir bien: Sesiones prácticas de autoterapia (Psicología y psicoterapia)”, “Demonios en el teclado”, “Los apellidos de la libertad” o “Comprar por comprar”, “Me Comunico… Luego Existo”.
En una entrevista reciente, el Psiquiatra dice que “la salud mental es un estado tan perfecto que es casi imposible de conseguir, nadie nunca tendrá toda la salud mental ya que todos más acá o más allá, tendremos alguna enfermedad mental o ya la hemos tenido”.
Continuó diciendo que “la salud mental se puede definir como un equilibrio de funciones psicológicas, físicas y sociales a la vez, lo que es muy difícil de conseguir realmente. La mente, la sociedad, el estado del cuerpo, son como las tres patas de un taburete que hay que tener muy afinadas para tener eso que llamamos salud mental”.
PANDEMIA | Según De La Gándara, la pandemia que sufrió la humanidad, ha dejado un verdadero problema de salud. El Psiquiatra explicó las tres etapas que se dieron desde el comienzo de la crisis sanitaria. “Al principio existía mucha alarma, una gran tensión, y pasó que la salud mental en esos primeros meses, era casi una cuestión secundaria, era imposible mantener la adecuada atención a estos problemas, la prioridad en ese momento era cuidarse en un panorama donde la constante era el pánico, el miedo, la inseguridad, las fobias, la gente estaba horrorizada, con angustia. Después vino una etapa de agotamiento con dificultad, los asuntos sociales, la adaptabilidad, los cambios en el trabajo, las pérdidas, la familia, esa etapa duró un par de años. Luego, en este último año y medio estamos viendo las secuelas de todo eso”.
Según De La Gándara, las personas que han perdido mucho y no han sido capaces de adaptarse a un nuevo estilo de vida, “fueron desembocando en ansiedad y depresión. Esto ha sido la gran marea del último año, un aumento enorme de las demandas de salud mental”.
Para De La Gándara, es un tema que se ha desbordado y que todos pueden ayudar a revertir la situación, observando a los seres queridos y su comportamiento. “Todos podemos estar tristes en ciertos momentos, va y viene a veces es más intensa pero no te impide vivir. En cambio la depresión, que es la tristeza patológica, no es tanto sentirte triste sino es no poder ponerte alegre. Cuando se está en el agujero de la depresión no te puedes poner alegre por nada. Hay mucha desesperación, sufrimiento, angustia, pesimismo, desgano. Lo que inunda en esos casos es la palabra NADA, no me apetece nada, no tengo ganas de nada, no sirvo para nada, soy inútil”.
Según De la Gándara ante una depresión el primer paso es reconocerla. “Muchas veces se les dice: tendrías que hacer terapia (…), pero esto es un poco palabrería mediática que son buenas porque se habla del tema pero no son la esencia. Lo importante es que la familia, pero también los médicos, el centro de salud, sepa entender ese lenguaje o sea que vea que lo que padece la persona es algo más que tristeza o nervios”.
El segundo paso, dice, es atreverse a decir que sí, “que sí puedo tener una depresión, que sí puedo estar padeciendo un problema de salud mental. Yo les digo a mis pacientes, usted es muchísimo más valiente que yo, usted está sentada ahí y yo acá, para sentarse acá, es necesario saber, pero para sentarse ahí donde está usted, es necesario tener mucho valor y sufrir mucho y usted ha sufrido mucho, el sufrimiento es enorme”.
HACER | El Psiquiatra cree que es importante entablar un diálogo abierto con la persona que va a la consulta, porque ese es el camino para entender lo que le sucede y cómo puede darse una solución a su caso. Según el profesional, lo primero que intenta en la consulta es que comiencen a hacer algo, lo que puedan y que hay que cuidar mucho lo que se les dice ya que dar consejos de que hagan ejercicios o lean, muchas veces lo que se hace es incapacitarlos más aun.
“Al comenzar lo primero que les digo es que hagan lo que puedan, después aquello que quieran y bueno lo que deben, que en estos casos es seguir un tratamiento. Después les recomiendo tres cosas, primero que muevan los pies, si lo intento, si le doy la orden al cerebro que debe mover mis pies, quién manda sobre sus pies, la persona. O sea la importancia de que la persona mande sobre sí mismo, pueda gobernar su vida y tener una sensación de control. Otro punto es que empiecen a hacer algo (…), ponte a cocinar o abrazar, plantar un árbol, deben hacer algo con las manos, algo que les guste hacer, siempre con la premisa de hacer aquello que puedan, aquello que quieran y lo que deban hacer. Y por último, la comunicación, aunque sea por teléfono, es muy importante usar el lenguaje, puede ser hablado, escuchado, escrito, leído, pero siempre que el lenguaje sea un intermediario”.
Jesús De la Gándara dice que lo importante es atreverse y agrega que la estima siempre puede aumentarse. “La clave es fijarte y estar atento”, dice y añade que algo importante “es la satisfacción, que cuando me vaya a dormir sienta que hoy he hecho algo que sirve y que puede ayudar a los demás, eso te hace feliz. Utilizo siempre tres lemas que son significativos, seguridad, satisfacción y serenidad”.
Imagen tomada de la web.
Por Yudith Píriz.
