Un centenar de vecinas y vecinos de todas las edades acudieron a la convocatoria de “La Olla de los Profes”, que tomó la iniciativa para que por primera vez, en la hoy Ciudad del Plata, el 20 de mayo quedase en las retinas y la memoria colectiva de quienes muchas veces en silencio lo pedían.
El problema no era no ir a Montevideo, a Libertad o San José de Mayo, el punto son los rastros que dejó la dictadura en la hoy urbe platense. “Las dolorosas huellas de la dictadura que marcaron para siempre a una barriada como Delta El Tigre con la desaparición de un vecino, un obrero de la construcción, alguien que expuso su vida por sus ideales y principios ideológicos y que cometió el error de pensar distinto al gobierno represor: José Arpino Vega”, se leyó en la proclama.
“De creer en nuevos amaneceres y predicar sobre el hombre nuevo desde una concepción revolucionaria y solidaria, a no saber más nada de él”, agregaba la proclama.
Como si fuese un altar en forma de herradura se colocaron las fotos de cada una, cada uno de los desaparecidos. Entre los presentes, algunos resaltaban esta primera vez y el fuerte significado que tiene y miraban los más viejos a cada uno que llegaba y por ahí algún socarrón comentario “mirá vos, parece que se están despertando” o frases similares. En una redondilla donde participaban el sindicalista Diver Zocolini, el artista local Engel Cardozo y otros vecinos se hacían memoria y se contaban anécdotas de las distintas formas que vivenciaron el 20 de mayo desde aquel no tan lejano 1976, cuando aún no pasó medio siglo de los asesinatos de Rosario, El Toba, Zelmar y William.
Desde 1996 se viene realizando la marcha, 27 veces el pueblo ha marchado en busca de “Verdad y Justicia” y en este 2022 la consigna fue: “¿Dónde están? La verdad sigue secuestrada, es responsabilidad del Estado”. La proclama leída en todos lados, fueron los casi 200 veces repetidos “presente”, ante la lectura de cada uno de los nombres de los 197 desaparecidos registrados. La unión de vecinas y vecinos que concurrieron y dejaron su línea de confort en una noche fría que encontró su silencioso grito desde el dolor de quienes aún no aparecen y alguien o algunos saben “dónde están”.
Fue conmovedor y un paso más para la ciudad. El pasado año fueron intervenciones, este año la gente en la plaza pública y vaya ironía con el nombre del público espacio “El Reencuentro”.
A nivel de los organizadores de la marcha, los integrantes de “La Olla de los Profe”, quedaron conmovidos y agradecidos por la cantidad y calidad de público presente. La actividad cerró con canto a la esperanza como alargando el encuentro en búsqueda de una quimera, por parte de Engel Cardozo.
Por Carlos García.
