El pasado 14 de agosto fue inaugurada la placita inclusiva Blanca Torres, una iniciativa de los vecinos del barrio Progreso en la que colaboraron en su armado hasta los propios niños del vecindario, que son los principales destinatarios de la idea.
La idea inicial fue de la vecina Natalia Saldaña, quien se mudó hace unos tres años a una casa ubicada cerca de la policlínica barrial, ubicada en 18 de Julio casi Lavalleja. Comentó Saldaña a La Semana que desde que llegó al barrio quiso darle utilidad a ese terreno baldío, que se ubica en 18 de Julio y Municipio. La propietaria del terreno era la señora en cuyo homenaje se ha denominado al lugar.
Dice Saldaña que cuando la homenajeada vivía había hecho un comodato con la policlínica para que ésta usara ese terreno. Hoy son otras personas las propietarias del terreno y cuando comenzó a cristalizar la idea de hacer la placita “fuimos a hablar con los actuales dueños del terreno, a comentarle lo que queríamos hacer y ellos nos dijeron que no había ningún problema, que lo hiciéramos”, contó la impulsora del proyecto.
Saldaña comentó que su idea inicial era hacer un merendero, pero entendió que un proyecto de esas características implica el trabajo de mucha gente y compromiso a largo plazo, por lo que prefirió dejar esa idea para más adelante.
UNIENDO INICIATIVAS | Cuenta Saldaña que a la primera persona que le contó sobre su idea fue a otra vecina, Gladys Marrero (madre del alcalde Matías Santos); eran épocas de elecciones e intentó interesar al futuro Alcalde. Luego, prosiguió narrando Natalia Saldaña, a ella se acercó el vecino Jorge Cuello, quien también quería hacer algo en ese lugar y juntos, comenzaron a pensar en qué hacer.
“Lo primero que hicimos fue conseguir tejido y cercar el predio”, comentó Saldaña. Ya con Marielino Rodríguez como tercer precursor de la placita, comenzaron a afinar el plano que en una hoja de papel, había diseñado la propia Natalia. “Una vez que empezamos a trabajar en hacer la plaza, los niños del barrio comenzaron a ayudarnos, no faltaban nunca”, comentó la precursora de la idea.
Lo que quedó claro desde un principio que lo que no querían “era hacer una cancha de fútbol porque así limitás la participación y en el barrio hay muchos niños de todas las edades y queríamos que se divirtieran todos”.
Natalia Saldaña destacó que desde el primer momento contaron con el apoyo del Municipio. Dijo que siempre estuvieron a la orden, ya sea para aportar o acarrear materiales. Aclaró que también hubo aportes de empresarios y de vecinos, que siempre estuvieron dando una mano.
Contó Saldaña que en la placita no hay comisión armada, sin embargo ante lo que era la inminencia de la inauguración muchos otros vecinos se han acercado y colaborado con los pioneros de la iniciativa. En la inauguración fue mucha la gente que se acercó hasta la placita y en muy poco tiempo ya se ha transformando en un punto de referencia no solo para los residentes del barrio Progreso.
SUS DUEÑOS | “El desafío es mantenerla y conservarla”, dijo Natalia Saldaña, que mencionó que eso se logrará en base a la identificación de los niños con el lugar. “Los niños del barrio, fueron parte de la construcción de la placita; en cada jornada de trabajo a la que convocábamos ellos estaban. Siempre estaban preguntando cuándo íbamos a pintar”, mencionó la vecina, que agregó que de esa forma ellos se “sienten propietarios del lugar y saben cuáles son las reglas. Ese era el sentimiento que queríamos crear, que puedan decir ‘esta placita la hice yo’”.
Añadió Saldaña que es “una placita inclusiva, ya que, por ejemplo, el subibaja es para sillas de ruedas, la entrada es con rampa para que puedan ingresar con sillas”. Destacó por último la seguridad que hay en el lugar, ya que las familias saben que está todo cerrado y que los niños pueden andar en bicicleta dentro, seguros.
Por Javier Perdomo.
