El organismo requiere de una variedad de alimentos que específicamente, tienen como función principal, ayudar a mantener una flora intestinal saludable, lo que se traduce en un buen estado de salud en general.
Ellos son los probióticos, los que, de acuerdo a la OMS, “son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, generan beneficios en la salud del organismo huésped”.
Son llamados probióticos las bacterias lácticas repartidas en 4 géneros diferentes (Lactobacilos, Bifidobacterias, Estreptococos, Lactococos).
Por su parte, estos necesitan de los alimentos prebióticos, que estimulan el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas en la flora intestinal. A diferencia de las bacterias vivas de los probióticos, los prebióticos son solamente sustancias sin vida, que ayudan a potenciar los efectos beneficiosos de los microorganismos probióticos.
Agustín Molins, médico barcelonés, especialista en nutrición y dietética, explica que “muchas enfermedades están siendo estudiadas en la última década por su relación con lo que llamamos el microbioma intestinal. Así, un correcto aporte de probióticos, ayuda a mantener una buena salud intestinal, así como a prevenir el desequilibrio en el microbioma y, por tanto, numerosas patologías”, señala Molins.
APORTES | Los probióticos se encuentran sobre todo en alimentos fermentados, pero existen otras fuentes para incluir este importante suplemento en la dieta.
Expresa el Especialista, “si llevamos una dieta equilibrada y variada, con alimentos de temporada y proximidad, a ser posible de cultivos biológicos, junto con algunos alimentos fermentados, ya deberíamos tener una salud intestinal adecuada”. El Médico recuerda que además es importante incluir también en la dieta los prebióticos, que define como “la comida de los probióticos”, es decir “compuestos de la dieta que sirven para el crecimiento de los microorganismos del microbioma”. Explica que éstos se encuentran en algunos azúcares de la fruta, así como en las legumbres, los espárragos y, en general, los vegetales ricos en fibra.
“Como el 70% de los sistemas de nuestro organismo están relacionados con el intestino, y, además, el intestino es un órgano inmenso que ocupa entre 5 y 8 metros, si funciona bien, nuestra salud será mucho mejor. De ahí la importancia de alimentar nuestra flora intestinal con abundante fruta y verdura, alimentos prebióticos, y suplementarnos con probióticos”.
Algunos de los alimentos que permiten mantener saludable la Microbiota son por ejemplo el yogur natural sin azúcar ni edulcorantes, las aceitunas, pepinillos y demás encurtidos en vinagre son una fuente de probióticos.
El queso elaborado con leche cruda (en cuanto se pasteuriza pierde su contenido en bacterias) y los kéfir tanto de leche como de agua. El repollo o col fermentada, es un alimento vivo, teniendo el plus que combina de forma excelente la acción prebiótica-probiótica. Otras fuentes son el miso, tempeh y la kombucha.
Molins recuerda combinar estos alimentos con otros que contengan prebióticos. “La inulina presente en espárragos, alcachofa, puerros y verduras de hoja ancha, es una fibra soluble que ayuda de forma importante al desarrollo de la flora bacteriana intestinal. También las legumbres, avena, cereales integrales, arroz, son importantes para una buena salud intestinal”.
Por su parte, explica que ciertos productos contribuyen a dañar la Microbiota. “En general, irritantes intestinales como los picantes, las bebidas carbonatadas, el alcohol, el café en exceso o el tabaco, además del abuso de carnes rojas, grasas y alimentos procesados, contribuyen a dañar el equilibrio del microbioma, aumentando la permeabilidad del intestino, lo que disminuye la inmunidad y nos llena de toxinas”, explica Molins.
Por Yudith Pìriz
*Imagen Ohlala.