Variedades

Los cítricos, sabores para el otoño

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Entre las frutas de potente sabor y aroma, la mandarina es la que se destaca. Representa uno de los cítricos que más propiedades nutricionales presenta, además de sus otros variados usos como en la industria farmacéutica, homeopática o alimentación.  Para resaltar esas cualidades, haremos un recorrido para acercarnos a las propiedades más destacadas de esta humilde pero potente fruta.

CARACTERÍSTICAS | La mandarina (Citrus reticulata), fruto del mandarino y que pertenece al grupo de frutos llamados hesperidios y su pulpa está formada por un considerable número de gajos llenos de jugo.

Es el cítrico más parecido a la naranja, de menor tamaño, y que presenta un sabor y aroma más intenso. Este fruto fue cultivado desde hace miles de años en China y según cuentan, la palabra mandarina se refiere al color anaranjado del traje que vestían los mandarines,  burócratas de la China imperial, que comerciaban con los portugueses que viajaban a China en busca de té, sedas y objetos exóticos.

La primera referencia data del siglo XII a.C. Su cultivo se extendió por el nordeste de la India y el sudeste de la China. Según el país, se la llama de diferente manera, en inglés y francés: tangerine y mandarin, en Italiano: mandarino, en gallego: tangerine al igual que en portugués. En la actualidad, los países productores son: Argelia, Argentina, España, Israel y Japón.

PROPIEDADES | Esta deliciosa fruta además de su peculiar aroma y sabor, proporciona  propiedades terapéuticas, conocidas ya desde la antigüedad pero que actualmente se siguen descubriendo otras potencialidades además de las históricamente conocidas. Al igual que todos los cítricos, contiene vitamina C, flavonoides y aceites esenciales, entre otros compuestos. Esos aportes hacen de ella, uno de los alimentos mas funcionales que existen.

El agua es el componente mayoritario de las mandarinas. El nutriente principal, son los hidratos de carbono, aunque a diferencia de otros cítricos, aporta menos cantidad de azúcares y por tanto menos calorías. La cantidad de fibra es apreciable y ésta se encuentra sobre todo en la parte blanca entre la pulpa y la corteza. Además contiene ácido fólico y  provitamina A, más abundante que en cualquier otro cítrico. También contiene cantidades destacables de ácido cítrico, potasio y magnesio. En menor proporción se encuentran vitaminas del grupo B y minerales, como el calcio.

En lo que respecta a su aporte de vitamina C, es altamente recomendada para todas las etapas de la vida aunque mayoritariamente es ideal para embarazadas, fumadores, lactantes y diabéticos. Además, como presenta importante proporción de antioxidantes, ayuda a prevenir enfermedades degenerativas y cardiovasculares, ademas de prevenir el estreñimiento y la obesidad. Por esta razón, los cítricos pueden ser una parte importante en una dieta de adelgazamiento, ya que da sensación de saciedad.

Esta propiedad antioxidante, se da en las mandarinas por su presencia en flavonoides, que son pigmentos naturales presentes en los vegetales y que protegen al organismo del daño producido por agentes oxidantes y sustancias químicas presentes en los alimentos y que el organismo humano no puede producir, por lo que deben obtenerse mediante la alimentación o en forma de suplementos.

Según investigaciones recientes, posee otro importante componente químico, del que presenta altos niveles, llamado Q40 salvestrol, elemento anticancerígeno que destruye los radicales libres, previniendo las células enfermas.

Este compuesto se encuentra principalmente en la cáscara de la mandarina, mayoritariamente cuando aún está algo verde, lo que podría actuar contra el cáncer debido a que es considerada como un purificador de la sangre, ayudando a eliminar  el ácido úrico, desintoxicar el organismo y ayuda a la absorción de nutrientes.

Por su parte, su jugo ayuda a reducir el colesterol, es ideal para problemas digestivos y ayuda a mantener los riñones sanos. Por su contenido en vitamina C, es bien sabido que mejora la inmunidad frente a gripes y catarros, entre otros beneficios.

La fruta integral, es decir la pulpa y la cáscara, se recomienda para expulsar metales pesados (plomo, cadmio, mercurio) por su alto contenido de ácido oxálico (la pulpa), de pectina y de antioxidantes (la cáscara).

Es cálida, pungente y amarga (actúa sobre la digestión y los pulmones); es carminativa (combate los gases), detiene la tos, disuelve la flema y refuerza el estómago y las funciones digestivas. En la  medicina tradicional china se considera un buen depurador del hígado. Las hojas contienen un principio amargo que determina su uso en infusión como tónico y aperitivo. El agua destilada de sus flores constituye el agua de azahar. Además, posee un efecto regulador de la energía vital. La cáscara y las flores contienen aceites esenciales de acción sedante, que son utilizadas en aromaterapia.

La aromaterapia forma parte importante de las medicinas herbales y consiste en el uso de los aceites esenciales. El aceite esencial de mandarina es obtenido de la cáscara sin la parte blanca. Es un fluido de color anaranjado, posee un aroma cítrico bien marcado, con perfume dulce y frutal.

Se lo utiliza principalmente para masajes corporales, ayudando a mejorar la circulación sanguínea, además de utilizarse como aromatizador de ambientes y ropa.

Este aceite esencial, ayuda además en terapias de masajes para tratar el estrés, cansancio mental y físico, promueve la claridad de pensamiento y estimula la creatividad. Puede emplearse en masaje a lo largo de la columna vertebral.

Para otros usos, es muy utilizado en perfumería y como saborizante en productos de confitería. Por todo esto la mandarina es un importante aliado para la salud general del organismo.

Tiramisú rápido de mandarinas

 

Ingredientes

6 mandarinas, 200 gr queso crema, 50 ml de crema de leche, 50 ml de licor de naranja, 4 cdas de azúcar, 15 – 18 plantillas, cacao en polvo, a gusto

Elaboración

Pelar las mandarinas, separarlas en gajos. Mezclar los gajos en una sartén junto con el azúcar. Dejar macerar un rato y cocinar a fuego suave unos minutos, hasta que el azúcar comience a fundirse y los gajos se ablanden. Agregar el licor de naranja, cocinar dos minutos más y retirar del fuego.

Aparte, en un bol mezclar el queso crema junto con la crema de leche. Endulzar a gusto. Reservar en la heladera.

Para armar el postre

Colocar en una fuente de vidrio una base de plantillas, encima las mandarinas a temperatura ambiente o ya frías y cubrir con la mezcla de queso. Para terminar, decorar con el cacao en polvo, con ayuda de un tamiz para que no queden grumos y quede una capa pareja en la superficie. Llevar a la heladera hasta el momento de servir.

 

Por Yudith Píriz

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