La estación primaveral ya comienza a mostrar días más largos y soleados. Nuestra estrella principal nos regala más luz y calor, por lo que, es imprescindible comenzar a reconectarnos con sus beneficios.
El dios sol, como era considerado por varias culturas ancestrales, es el responsable de generar y mantener en la Tierra, la vida de todos los seres que la habitan. De todas formas, sobre todo en los últimos tiempos, se han cuestionado sus beneficios, mostrándolo como altamente perjudicial para la salud y del cual nos debemos resguardar y proteger.
Como sucede en la mayoría de los temas, no todos tienen la misma opinión y con respecto al sol, también está presente esa dualidad acerca de lo que éste representa para el ser humano.
Ni tan maligno, ni tan nocivo, el astro es también visto como un potente y beneficioso dador de luz, calor, energía y nutrientes del que nadie debería privarse. Tomado regularmente, y con prudencia, además de fortalecer el estado de ánimo y beneficiar la salud en general, presenta muchos otros atributos.
Los extremos son siempre negativos por lo que en este artículo quisimos acercar algunas interpretaciones y estudios que distan muchos de ver al sol como el responsable de tantos daños sobre el cuerpo de las personas, siempre tomado con las debidas precauciones. Por el contrario, entienden que él representa la base de la energía vital y aporta a la salud, muchos y fundamentales beneficios.
PRECONCEPTOS | Desde la perspectiva de un investigador que se ha dedicado a estudiar lo que el sol representa para las personas, podremos quizás, desterrar algunos preconceptos que se le atribuyen sobre todo en los últimos tiempos. Daniel Lumera, es licenciado en Ciencias Naturales, investigador independiente, escritor y se ha dedicado a estudiar los efectos medicinales de la luz solar sobre el ser humano. Es un gran defensor del Sol como modelo para mejorar nuestro estilo de vida en todos sus aspectos. Sus estudios se basan en la relación existente entre luz, salud y evolución de la conciencia.
Según él, “tomado en su justa medida, el sol sintetiza la vitamina D, previene los resfriados, las enfermedades autoinmunes y el asma. Protege el corazón, regula el buen funcionamiento del hígado y los intestinos y ayuda a no engordar. Lo que le convierte en la gran terapia natural”, afirma.
Gracias al contacto y el estudio de diferentes tradiciones, culturas y corrientes filosóficas, Daniel Lumera se enfoca hacia una nueva visión, que según él, puede ser más consciente, más pacífica y ecosostenible, basado sobre la cooperación entre ciencia y conciencia, tecnología y ética, materialidad y espiritualidad.
Desde muy joven experimenta espontáneamente estos estados y esto le impulsa a dedicar su vida a una profunda búsqueda interior.
Ha desarrollado varias investigación sobre cuáles son los aportes para la salud del astro rey, pero principalmente su influencia para la evolución individual y colectiva.
Lumera es oriundo y vive en Cerdeña, Italia y su trabajo se basa en establecer los efectos terapéuticos de la luz solar y del sistema solar como modelo de evolución. Colabora con varias universidades italianas enseñando “Desarrollo de las habilidades comunicativas e interrelacionales” y “La educación medioambiental como modelo de crecimiento personal”.
En 2005, después de más de 12 años de experimentación, crea la disciplina evolutiva de la Conciencia Solar, que utiliza el sol como modelo para el desarrollo de las cualidades del ser humano y para mejorar nuestro estilo de vida en todos sus aspectos. A la Conciencia Solar han adherido médicos, psicólogos, artistas y varios profesionales para profundizar el estudio sobre la naturaleza y potencialidades de la luz.
Desde los 14 años practica los principales sistemas de meditación oriental, siguiendo un intenso aprendizaje, basado sobre la constancia en la práctica, la humildad y la paciencia. Asimismo realizó un estudio minucioso de las tradiciones paganas de Cerdeña y de las costumbres y modalidades de la medicina antigua, recuperando un enfoque mágico e intuitivo hacia la naturaleza.
Desde que comenzó a investigar los poderes del sol, ha ido asimilando las tradiciones matriarcales de la isla donde nació restableciendo un sistema de relación intuitiva con la naturaleza. Según el Investigador, aprendió de las abuelas a entender el sol como modelo y medicina y decidió investigar. En su libro El Código de la luz, analiza el poder terapéutico de la luz solar y recoge casos documentados de autotrofia, personas que han vivido sin comer, nutriéndose de la luz solar.
SU LIBRO | Con su libro El Código de la Luz, intenta básicamente definir un nuevo modo de ver, de sentir y de vivir nuestra relación con el Sol y con la vida misma. Según el autor “las diferentes frecuencias de la luz solar contienen información valiosa para nuestra salud, nuestro bienestar y nuestra evolución. El Sol es una puerta, un núcleo de conexión a través del cual el universo comunica con el ser humano, y lo hace mediante un lenguaje particular y propio. De este código dependen todas las cosas que nos suceden, los acontecimientos que vivimos, nuestra capacidad de ser feliz, nuestras enfermedades y nuestro potencial para curarnos. La luz conoce el lenguaje del alma que regula la evolución de la persona”, dice Lumera.
Este libro ofrece, según el escritor, las claves para acceder al lenguaje de la luz que nos brinda el sol. “Existe un código de la luz, es decir, un lenguaje mediante el cual la luz consigue influenciar y modificar la materia, las emociones y los pensamientos y de este modo crear la realidad. De este código dependen las cosas que te suceden, las personas con las que te encuentras, las situaciones que vives, las enfermedades y la sanación, tu prosperidad y tu capacidad de ser feliz”, comenta.
Lumera trabaja desde lo que se llama la Conciencia Solar que representa una disciplina evolutiva que utiliza el modelo que nos ofrece el sol y la luz, para el bienestar y el desarrollo de las cualidades y potencialidades del ser humano.
“Cualquiera puede vivir la Conciencia Solar, sea cual sea su edad, credo o forma de pensamiento. El sol, representa una enseñanza extraordinaria para todos”.
Dice Lumera que “así como existe un código genético que determina tu forma física (el color de tus ojos, tu altura, el color de piel e incluso tu inclinación a ciertas enfermedades), también existe un código luminoso en ti, que, en función de la luz que emanas (cantidad, calidad y constancia de ésta), va determinando la realidad que vives.
“La Luz Solar es uno de los medicamentos más potentes que el ser humano puede usar de forma gratuita, pero esta posibilidad se desconoce o no se utiliza en amplia escala. Las frecuencias de su luz nos ofrecen acceder a un nuevo nivel de conciencia, de salud, de autosanación, de equilibrio mental y emocional”, afirma Lumera.
Agrega el especialista que la luz es un verdadero alimento para nuestro cuerpo y nuestro ser. “Tan es así que una mala iluminación causa los mismos efectos de una mala alimentación: el hombre se pone pálido, apático, tiende a la depresión y reduce su energía vital, la eficiencia del sistema inmunitario disminuye. Rigurosos estudios científicos demuestran el enorme potencial terapéutico de la luz y evidencian cómo la cantidad de luz a la cual el hombre se expone diariamente influencia enormemente en su vitalidad y su estado de salud”, dice.
En definitiva la atención no debería concentrarse en los efectos terapéuticos de la luz del sol, sino en los desequilibrios determinados por su ausencia. La luz solar es un remedio simple y gratuito y además cumple una acción preventiva hacia todo tipo de desequilibrio. Por medio de un equilibrado estilo de vida «solar» las personas podrían llevar una vida más saludable, enfermarse menos y consumir menos medicamentos.
Por Yudith Píriz.
