La medicina a través de los siglos, ha tenido profundas transformaciones dentro de las cuales, los avances tecnológicos han marcado gran parte de esos cambios acaecidos sobre todo en las últimas décadas. Muchos especialistas han dejado grandes legados, como importantes descubrimientos, que fueron permitiendo que la medicina pueda en la actualidad, desarrollar tratamientos, curas y cirugías basadas en dichos avances.
Unido a ello, la sensibilidad y el respeto de un médico hacia sus pacientes, forma parte también de muchos éxitos en los procesos de curas y/o cirugías.
La literatura en ese sentido es muy amplia y variada, sobre todo en lo que respecta a las vivencias de muchos médicos que han dejado a través de sus trabajos, conocimientos y experiencias que muestran los años dedicados a cierta área de la medicina.
TRABAJO | Uno de esos médicos que dedicaron su vida a investigar y trabajar en el campo de la medicina, es el neurocirujano británico Henry Marsh, reconocido como uno de los mejores del mundo en su especialidad.
Henry Marsh (Oxford, 1950) estudió Medicina en el Royal Free Hospital de Londres, se convirtió en miembro del Colegio Real de Cirujanos en 1984 y, desde 1987, ejerció de especialista en neurocirugía en el ala Atkinson Morley del St. George’s Hospital de Londres.
Marsh, actualmente retirado, trabajó durante más de 25 años en Neurocirugía, a la cual según explica, le debe gran parte de sus más profundas emociones. Todo lo vivido durante su larga trayectoria, lo dejó plasmado en un libro “Ante todo, no hagas daño” (2016), que es el título de un libro de memorias, un trabajo testimonial de un especialista que estudió Medicina en el Royal Free Hospital de Londres (1984), y que hasta hace poco ejerció como especialista en neurocirugía, en Londres.
El título del libro fue extraído del principio supremo de la medicina, atribuido a Hipócrates en torno al 460 A.C., “primum non nocere”. En él, Marsh acerca a los lectores a sus experiencias, su día a día en el trabajo de operar cerebros, una detallada y fascinante experiencia, cargada de emotividad, tanto de dolor como de dicha, entre misterios, riesgos, dudas y conflictos morales, a los que se enfrentan los neurocirujanos al operar.
Está compuesto por una serie de capítulos en los que el Médico incluye una anécdota o un episodio ocurrido a lo largo de su trayectoria profesional.
En el texto, cuenta la precisión que se debe tener en el momento de intervenir un cerebro, además de explicar las sensaciones ante una operación exitosa, así como la compasión hacia el enfermo y la relación que se da entre paciente-médico y sobre todo, la situación que se presenta frente a la familia del paciente.
Relata en él, muchos de los casos que ha atendido durante su carrera y en el momento de su retiro, es que decide escribir los testimonios de su práctica médica, los que le permiten celebrar sus logros y reconocer sus errores.
Utiliza en su libro un lenguaje médico, aun así, es un texto profundo y a la vez escrito con una gran humildad, a pesar de lo serio y complicado del tema. El Médico responsabiliza mucho al azar en cuanto al éxito o fracaso de una cirugía, entendiendo que muchos pacientes no tienen presente la condición humana de los médicos, quienes no son héroes ni villanos.
Otro aspecto que se menciona varias veces y que tiene gran importancia tiene que ver con que el éxito de la intervención no solo depende de la pericia, habilidad y experiencia del cirujano, sino que existe un componente de suerte que siempre está presente.
Con esta consideración, el mismo Marsh afirma: “Gran parte de lo que ocurre en los hospitales es cuestión de suerte, y la suerte puede ser buena o mala; a medida que adquiero más y más experiencia, me doy cuenta de que la suerte es cada vez más importante”.
Por otro lado, también existe la acostumbrada posición de muchos especialistas, con determinados rasgos distantes, y por momentos arrogantes, Marsh ha seguido otra línea. Se caracterizó durante su práctica por ser una ser persona abierta, que supo exponer sus dudas, miedos y debilidades que todo ser humano tiene, con profundos sentimientos de empatía frente a sus pacientes, sus familiares, pero también ante sus equipos de trabajo.
Expresa Marh: “se debe tener presente que cuando se trata a un enfermo, se está tratando a una persona. Es lo primordial en el aprendizaje médico; ello explica que para desempeñarse en el campo de la salud debe ser una prioridad, aprender a ser objetivo ante lo que ve y, al mismo tiempo, no olvidar que está tratando con personas”.
La carrera de un cirujano, es un acto que consiste en intentar encontrar el equilibrio entre el “necesario distanciamiento y la compasión, entre la esperanza y el realismo”, equilibrio en el que insiste el doctor Marsh, a medida que ofrece al lector una narración sobre su experiencia de tantos años como neurocirujano. Dice Marsh, “La neurocirugía es peligrosa, que, sin ser aburrido, puede resultar gratificante, aunque no deja de cobrarse su precio”.
Sus experiencias, vivencias cotidianas, momentos alegres y muy difíciles, plasmados en su libro, intentan dar un broche de oro a su larga trayectoria y dejar un trabajo para futuros médicos.
Por Yudith Píriz.