La primavera, ofrece interesantes alimentos. Tanto las habas como las arvejas, ofrecen el punto óptimo en cuanto a la composición de sus nutrientes, lo que determina que sea el mejor momento para aprovechar al máximo, su potencial vitamínico.
Desde lo nutritivo y medicinal, las arvejas son consideradas uno de los alimentos más completos, esto las convierte en un complemento ideal para incorporar a ensaladas o como parte de cremas y salsas, otorgando a éstas, un toque dulce y especial, además de interesantes nutrientes.
DATOS | Desde la antigüedad este vegetal representó una planta particular y habitualmente utilizada en la cocina de muchas partes del mundo. Su origen se sitúa en Asia Central y el cercano oriente. Las arvejas, también conocidas como guisantes, pertenecen a la familia Leguminosae, y su nombre científico es Pisum sativum.
La planta de arveja es trepadora, posee un sistema vegetativo poco desarrollado, sus semillas (arvejas) se encuentran en vainas, que contienen entre 4 y 10 unidades. Cuando las arvejas son tiernas, tienen un sabor ligeramente dulce y se pueden consumir crudas; también se consumen cocidas, guisadas, como guarnición o crema.
Este tipo de legumbres son muy sensibles a las alteraciones ambientales o de manipulación. Esto es importante tenerlo en cuenta a la hora de comprar arvejas, ya que en el proceso de envasado en latas, pierde gran parte de sus saludables propiedades además de su rico y característico sabor, textura y color. Las mismas, pierden mucha vitamina C durante el proceso de enlatado, además de tornarse insípidas y de color grisáceo.
Esto se debe a que en el momento en que se corta la vaina, el azúcar natural de las arvejas comienza a transformarse en almidón. En cuanto a las arvejas congeladas, como el proceso se lleva a cabo poco después que las vainas se han recogido, los cambios químicos son mínimos. Esta es la razón por la cual es recomendable optar por las arvejas congeladas a las enlatadas.
En su época, son una joya de nutrición y si se las consume en su estado natural, en lo posible recién cosechadas y orgánicas, aun mejor. Esto es así debido a que no han recibido ningún proceso de manipulación por lo que son más apetecibles, más sabrosas, pero además, más nutritivas y sanas.
Estas verduras aportan, entre otros nutrientes, cantidades considerables de hidratos de carbono, constituidos en su mayor parte por hidratos de carbono complejos como el almidón, y una pequeña proporción de sacarosa. No obstante, cuando la arveja es fresca, recién recogida, presenta un sabor más dulce, debido a la presencia de azúcares simples. Por todo esto, se recomienda consumirlas frescas, o en su defecto congeladas, ya que estas mantienen sus nutrientes y están libres de conservantes químicos que sí contienen las de lata. También se recomienda cocinarlas al vapor para evitar una gran pérdida de vitamina C.
NUTRIENTES Y PROPIEDADES | Es interesante saber que las arvejas tienen una buena cantidad de vitaminas y nutrientes muy beneficiosos para el organismo. Representa un vegetal rico en vitamina C, fibra, proteínas y luteína.
Al igual que todas las legumbres, son una importante fuente de fibra. Contienen fibra de los dos tipos: soluble e insoluble. La fibra soluble ayuda a reducir niveles elevados de colesterol y azúcar en sangre, así previene cardiopatías y enfermedades arteriales. Por su parte, la fibra insoluble contribuye a regular el buen funcionamiento del intestino, evitando el estreñimiento. Además, la fibra en general, produce sensación de saciedad, con lo cual es muy útil para un control y pérdida de peso.
Las arvejas presentan también vitaminas como tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina, piridoxina (B6), ácido fólico, vitamina K y vitamina C, así como pequeñas cantidades de alfa y beta-carotenos (precursores de la vitamina A). El complejo de vitaminas B que posee, ayuda a proteger los huesos de la osteoporosis. Además, por su alto contenido en luteína y zeaxantina protege los ojos de la degeneración macular.
Entre los minerales presentes en su composición se encuentran el hierro, fósforo, magnesio, cinc y potasio. Unos 150 gramos de arvejas frescas cubren aproximadamente la cuarta parte de las necesidades diarias de hierro, la quinta de las de fósforo y la sexta de las de magnesio.
En cuanto a la vitamina C, se ha comprobado que las arvejas poseen 40 mg de vitamina C por cada 100 gramos, igualando a la naranja.
Pero las buenas noticias no terminan acá, ya que las arvejas son unos de los vegetales más ricos en proteínas y calcio, siendo ideales para los vegetarianos y las personas que no consumen leche vacuna y derivados.
Son recomendadas para varias patologías o síntomas ya que son considerados uno de los alimentos más completos, lo que las hacen ideales para incorporar en los platos diarios, tanto de dietas para los más pequeños como para las personas mayores.
Ayudan a mantener sano el corazón, porque no tienen casi grasa ni sodio. Por su parte, son ideales para controlar la diabetes, debido a su azúcar natural, la poca grasa y el elevado contenido de fibras. Se las considera además, preventivas de algunos tipos de cáncer, debido a su aporte de fibras, betacaroteno y vitamina C.
Debido a todas sus excelentes propiedades, las arvejas representan un plus vitamínico ideal para un consumo en todas las etapas de la vida.
Por Yudith Píriz.