Para los días del año en los que las altas temperaturas son la constante, existen consejos que parten desde los principios que la tradicional medicina china utiliza, para hacer frente a la estación veraniega. Diferentes prácticas, así como alimentos necesarios para permanecer además de nutridos, hidratados, forman parte del recetario que los orientales sugieren para los días de calor intenso.
La propuesta, parte de qué en cada estación del año, se tengan en cuenta algunos simples métodos, para hacer frente a las altas temperaturas, las que pueden causar desequilibrios en el organismo. Y en ese camino, las técnicas asiáticas, tienen mucho para aportar. Desde este enfoque, se deben tomar en cuenta todos y cada uno de los procesos que rigen el organismo humano, para poder así, entenderlo y mantenerlo sano. Su visión de la salud y la enfermedad, está determinada por una profunda y minuciosa comprensión de la naturaleza, lo que lleva a comprender también, los procesos biológicos de las personas.
Respetar esos ciclos y acompasarlos, es de vital importancia para esta disciplina. Se entiende que el organismo humano y la naturaleza, representan un todo indivisible, donde nada está sujeto al azar. Cada organismo responde a ese todo, por lo que, cuerpo, mente y espíritu se funden en una sola expresión que a su vez, se interrelaciona con las leyes del universo.
La capacidad de cambiar y de adaptarse a cada momento, es lo que hace de la especie humana, un organismo poderoso. Sentirse como parte de ese complejo entramado, es entender, de acuerdo a las prácticas orientales, la verdadera esencia de la vida, la apertura al despertar de la conciencia y el poder de estar y sentirse sanos, viviendo en armonía con el entorno.
RELACIÓN | De acuerdo a esta milenaria medicina, cada estación tiene un elemento asociado. El sistema de órganos representa una red energética; hígado, corazón, bazo, pulmones y riñones, a los que corresponde un color característico y una emoción especial.
En el caso del verano, se lo asocia con el elemento fuego y su órgano correspondiente es el corazón, además de estar involucrados el intestino delgado y la lengua. El corazón (órgano yin), y el intestino delgado (órgano yang), están relacionados con el elemento fuego, al que se asocian además dos meridianos importantes: el maestro corazón y el triple calentador, que no corresponden a órganos del cuerpo, pero regulan funciones de los órganos pertenecientes al elemento fuego.
La salud de los diferentes órganos, se logra a través del adecuado equilibrio entre el ying y el yang, los opuestos complementarios, dice la medicina china. La estación de calor, corresponde a la época del año que es más yang porque un yang potenciado, significa calor. El verano se corresponde con el color rojo, que se lo asocia con la pasión y la emoción específica del corazón, que es la alegría.
Entienden que el corazón es el hogar del espíritu, de la consciencia, sentimientos, pensamientos y memoria, interpretando que el mayor objetivo del corazón, es gobernar el yo consciente, emocional y espiritual.
Es necesario prestarles más atención y cuidado a estos órganos en verano ya que están más activos. Las horas del día de máxima energía son de 11 a 13 para el corazón y de 13 a 15 para el intestino delgado.
En el caso en que el corazón no esté equilibrado, se pueden manifestar otras emociones como la ansiedad, insomnio, falta de memoria o pensamientos confusos e inquietud. También el verano está asociado a movimiento, actividades y sobre todo, recreación, esparcimiento y contacto con la naturaleza.
Entienden que los días más largos y cálidos, se asocian con la capacidad de crear y motivar el amor por los demás, así como nuevas ideas y proyectos.
Se establece que es un momento de cambiar hábitos, por ejemplo, las largas jornadas de calor, invitan a acostarse más tarde, levantarse con las primeras luces del día y a mediodía, es recomendable tomar un breve descanso para reponer energías.
Otras de las recomendaciones es desarrollar alguna actividad física para evitar que los poros se cierren y que la energía se estanque, ayudando a esta a que pueda circular sin bloqueos.
Cuando el flujo de energía o Chi no circula, se pueden manifestar síntomas físicos, pero también emocionales. Por ello, la armonía del cuerpo y el espíritu es esencial para conseguir un proceso curativo.
Estos principios establecen que para ayudar a que el corazón esté fortalecido en esta época del año, se deben realizar ejercicios suaves como el Tai Chi, Yoga, o estiramiento, así como dedicar tiempo a la meditación.
Los orientales creen que cuando el elemento fuego está en equilibrio, el corazón es fuerte y sano, la mente se calma, el espíritu se alegra, se tiene un sueño reparador y aumenta la creatividad.
Todo este sistema de correspondencias, es establecido por la Medicina china, debido a su concepción de que el cuerpo humano trasciende su forma estrictamente física, para abarcar otros cuerpos que no son perceptibles ante los ojos físicos pero que existen e influyen en la correcta armonía de las personas, como su relación con el cosmos, así como con todos los demás seres vivos del planeta, a nivel energético. De ahí que, estar en armonía con ese todo, sería el estado ideal para lograr estar sanos a nivel integral, que es justamente a lo que apunta desde hace más de 3000 años, la Tradicional Medicina china.
ALIMENTACIÓN | En cuanto a lo necesario para ayudar al organismo a mantener el adecuado equilibrio, esta disciplina establece que es fundamental depurar el sistema circulatorio y justamente este es el momento, en verano. De acuerdo a la estación del año, la temperatura de los alimentos puede hacer la diferencia en el estado de salud y anímico de una persona.
De acuerdo a esa temperatura en los alimentos, se entiende que al consumirlos, pueden calentar o enfriar el organismo.
La mayoría de los alimentos que se cosechan en el verano son frescos por naturaleza. Al comer estos alimentos, se está enfriando el cuerpo y dando sensación de bienestar general, a pesar de las altas temperaturas. Para equilibrar el organismo en la estación más caliente, se deben consumir alimentos fríos o por lo menos algo frescos. Se recomiendan algunos alimentos como las frutas y verduras frescas y agua. Es ideal comer fruta local y de estación.
Entre los principales encargados de enfriar el organismo se encuentran algunos de colores rojos como las cerezas, sandía, arándanos, frambuesas, moras, duraznos, tomates y morrones rojos, otros que nos son rojos pero que aportan hidratación son los melones, los espárragos y pepinos.
También irán muy bien las hojas frescas de sabor amargo, que ayudan a disminuir la energía y a no acumular calor en la parte alta del cuerpo. También conviene ingerir alimentos ligeros, fáciles de digerir y ricos en agua, lo que favorecerá la hidratación, refrescará el cuerpo y no habrá pérdida de vitaminas y minerales. Se recomienda no exagerar con alimentos picantes, alcohol o cafeína porque todos estos alimentos calientan en exceso el organismo. Consumir con moderación carnes rojas ya que nutren el corazón. Las bananas son ideales, ya que enfrían el cuerpo.
Se aconseja proteína de origen vegetal como las chauchas y el tofu, así como alimentos que nutren tanto el intestino delgado como el corazón como el maíz, verduras de hoja grande, perejil, algas nori, alga kombu, alga agar-agar, nueces, raíz de bardana, semillas tostadas, berenjenas, y alimentos fermentados como el miso. Otros alimentos recomendados son los cereales integrales ligeros.
En verano también es necesario ayudar a que el organismo realice una limpieza o desintoxicación. Esto requiere una reducción de la ingesta de productos químicos y toxinas y, de alimentos sintéticos; optando por una dieta más natural y ligera. La alimentación general para el elemento fuego, desaconseja los alimentos con energías extremas ya que son nocivos para el aparato circulatorio y digestivo. Sustancias extremadamente yin como el azúcar, drogas, alcohol, chocolate, refrescos y helados debilitan los músculos cardíacos y los vasos sanguíneos.
Lo que se sugiere desde la medicina china, es adecuar el organismo a los cambios y procesos de la naturaleza, permitiendo que los elementos estén en armonía, que se traduce en un buen estado de salud y una plena sensación de bienestar.
Por Yudith Píriz.