Las verduras en general, son siempre indispensables para llevar adelante una dieta balanceada. Dentro de su gran variedad, cada una de ellas presentan determinadas características, que las hacen indicadas para potenciar algunas funciones del organismo. Muchas se agrupan en familias que, a pesar de tener diferentes formas, colores y sabores, ofrecen algunos nutrientes similares.
Una en particular es el rábano, el que junto a otras de su especie, forman parte de un grupo con interesantes propiedades que, al incorporarlas a la dieta, ayudan a mantener un organismo sano.
CARACTERÍSTICAS | El rábano, cuyo nombre científico es Raphanus sativus, es un tipo de hortaliza de raíz comestible que pertenece a la familia de las brasicáceas, o también conocidas como crucíferas, estando emparentado con las coles, los berros, el brócoli, la lombarda, la coliflor y el nabo.
Algunas variedades son el Daikon, o rábano blanco, chino o japonés, con forma de zanahoria grande, color blanco y de sabor suave. Se lo emplea en la gastronomía japonesa, en platos de sushi o cocido a fuego lento. Otra variedad son los rabanitos, caracterizados por su piel rosada, morada o blanca; son esféricos u ovalados, y tienen la carne blanca.
Y también están los rábanos negros, cilíndricos y redondeados. Su carne es blanca y digestiva, a pesar de que su piel negra es difícil de digerir. Su uso más habitual, es con fines terapéuticos.
Los rábanos en general, tienen su origen en China, aunque se considera que han sido los antiguos egipcios y babilónicos los primeros que supieron aprovechar sus virtudes.
Por su parte, también fue muy valorado en las culturas griega y romana, siendo éstos últimos los responsables de la difusión de su consumo por toda Europa.
Indudablemente que se trata de una hortaliza muy valorada desde tiempos ancestrales. De todos modos en la actualidad y a pesar de sus importantes nutrientes, su consumo no es tan habitual como otras verduras, sobre todo en occidente ya que, en tierras orientales, el rábano es muy utilizado y valorado para incorporar a los diferentes platos.
Se trata de una hortaliza de fácil acceso y durante gran parte del año gracias a los cultivos en invernaderos.
Generalmente se consume solo la raíz, pero hay quien utiliza sus hojas como hortaliza o para la elaboración de infusiones. Normalmente, la raíz se consume cruda en las ensaladas, aunque también se puede cocinar.
Los rábanos se conservan mejor en la heladera, guardados en una bolsa de plástico con agujeros para que estén oxigenados; y hay que evitar lavarlos hasta que no se vayan a consumir.
NUTRIENTES | Estas hortalizas, resulta especialmente beneficiosa para la salud en base a su alto contenido en agua, vitaminas y minerales. Contiene entre el 90 y el 95 % de agua y destaca por su contenido en Vitamina C y Vitamina B.
Por otro lado, el rábano es una buena fuente de potasio y de yodo, aunque también contiene ciertas cantidades de calcio, fósforo, hierro, magnesio y azufre, responsable este último del ligero sabor picante del rábano.
Al pertenecer a la familia de las Brasicáceas, se le atribuye propiedades anticancerígenas en base a su riqueza en isotiocianatos y enzimas de detoxificación. El rábano y las especies Brasicáceas también destacan por su poderosa función como antioxidantes frente a los radicales libres, estimulando así el sistema inmunológico. Sus compuestos como glucosinolatos e isotiocianatos, también facilitan la eliminación de toxinas, metales pesados y con ello la depuración del organismo.
También los rábanos poseen ciertas propiedades antibióticas y antivíricas, gracias a la presencia de compuestos orgánicos azufrados como el rafanol y la rafanina (este último en el rábano negro).
Con respecto a su función inmunológica, el rábano actúa como un potente antimicrobiano, con capacidad para neutralizar bacterias, virus y hongos. Tradicionalmente se ha utilizado el jugo de rábano en las estaciones frías del año (otoño e invierno) para evitar infecciones respiratorias.
En este sentido, destacan los rábanos en general pero especialmente el rábano negro, por su capacidad para drenar y depurar el hígado y la vesícula biliar, con la consiguiente eliminación de toxinas y desechos acumulados en el organismo.
Su poder depurativo se debe, entre otros compuestos, a su alto contenido en agua y potasio. De este modo, el rábano contribuye a prevenir la formación de cálculos, así como a eliminarlos. El efecto depurativo del rábano también se extiende a la sangre, las mucosas gástrica e intestinal, eliminando sustancias dañinas que tienden a acumularse como son el ácido úrico, la urea, el colesterol, etc.
Asimismo y dentro de su gran potencial sanador, presenta un alto poder diurético ayudando a reducir la presión arterial a través de la eliminación de líquido y sustancias a través de la orina. Desde el punto de vista de la digestión, también tiene mucho para aportar.
Ejerce una beneficiosa influencia despertando el apetito, estimulando la producción de jugos gástricos, (lo que lo convierten en un excelente aperitivo), además de contribuir a los movimientos intestinales. También influye positivamente en la flora intestinal, contribuyendo a prevenir las distintas infecciones que se pueden producir a ese nivel.
Al presentar fibra, el rábano también contribuye a la regulación intestinal ejerciendo un suave efecto laxante que permite aliviar el estreñimiento crónico. Otro beneficio es su poder relajante y antiinflamatorio, pudiéndose utilizar como calmante ante problemas articulares, y como facilitador del sueño.
Por todos sus aportes, incorporar rábanos en la alimentación en todas las etapas de la vida, resulta una interesante y saludable opción.
Composición Nutricional de los rábanos (por cada 100 gr).
Agua 95 gr.
Calcio 22 mg
Calorías 21 Kcal
Fibra 1,6 gr.
Folacina 26 mg
Fósforo 19 mg
Grasa 0,53 gr.
Hidratos de carbono 3,58 gr.
Hierro 0,28 mg
Magnesio 9 mg
Niacina 0,310 mg
Potasio 234 mg
Proteína 0,61 gr.
Sodio 25 mg
Vitamina A 8 IU
Vitamina B1 (Tiamina) 0,0051 mg
Vitamina B2 (Riboflavina) 0,046 mg
Vitamina B6 (Piridoxina) 0,072 mg
Vitamina C 22,7 mg
Vitamina E 0,001 mg
Zinc 0,31 mg
Por Yudith Píriz.
