Procesos y Ciclos naturales
Desde diferentes filosofías, se habla de la unidad, de que todos somos uno y que provenimos de una única fuente universal. De ese centro, surge la energía que da vida a todo lo que se desarrolla en el plano físico, como materia. Desde esta perspectiva, al sentirnos parte de ese todo, es que se puede entender que todo ser viviente, tiene sus mismos o similares procesos y estados evolutivos.
Los seres humanos, al igual que plantas y animales, transcurren sus vidas a través de ciclos, los que están ordenados de acuerdo a las leyes de la naturaleza y del cosmos.
Dicha estructura, se establece a partir de desarrollo y transformación, en un círculo que nunca se detiene.
Al igual que la naturaleza, los seres vivos, se desarrollan desde diferentes estados cíclicos, a los que su propia conformación se adapta; frío y calor, día y noche, lluvia y sequía.
La adaptación a ellos, es imprescindible para vivir en armonía con el todo y con el propio ser interno.
De esto vienen hablando los orientales desde hace más de 2000 años, a través de la Tradicional Medicina China, la que ofrece diferentes formas para preservar la salud en la estación fría.
Invierno, una pausa
Al llegar el solsticio de invierno al Hemisferio sur, ajustarse a las bajas temperaturas, forma parte del fluir con el ciclo que marca la naturaleza.
Para la Medicina China, el invierno predispone a vivir con más calma, al reposo, a estabilizar las emociones, es un momento donde todo parece ocultarse en la naturaleza, muchos animales hibernan, las plantas y árboles quedan sin su follaje. Es decir, todo parece ir hacia adentro, en una especie de recogimiento, una pausa.
Adaptarse a esta estación, también pasa por permitir que la esencia vital se acumule dentro del organismo, para resurgir en la próxima estación del Equinoccio de primavera. Por ello, se aconseja en invierno, tomar las cosas con calma, es tiempo de almacenaje, interiorización y reserva de energía.
De acuerdo a la Medicina China, en este momento del año, no es adecuado derrochar energía con un exceso de actividad física.
Se aconseja por el contrario, practicar Tai-chi, chi kung, yoga, ya que permiten estar activos pero de forma relajada y tranquila, debido a que estas prácticas utilizan la respiración como elemento principal. También la acupuntura, masajes y relajación, ayudan a calmar los nervios y tonificar los órganos.
Se entiende además, que para acompasar los ritmos del período frío, es conveniente nutrirse del amor y el calor, dado que es el momento propicio para reuniones en torno al calor del fuego, con la familia o amigos, degustando alimentos calientes.
Es tiempo también para estabilizar las emociones, evitando trabajar en exceso y tener emociones como el miedo, la tristeza, ansiedad o irritabilidad, intentando mantener una mente tranquila y alegre.
Los Alimentos en Invierno
En todas las estaciones del año, la alimentación es un aspecto fundamental para lograr el equilibrio en las funciones del organismo. Cuando llega el ciclo donde las temperaturas bajan, es prioridad consumir ciertos alimentos, que brindan calor y energía.
Según la Medicina Tradicional China, a la estación fría, la gobierna el elemento agua, que representa los riñones, la vejiga y el aparato reproductor, su color es el negro, su sabor el salado y la emoción asociada a este elemento, es el miedo.
Con una alimentación adecuada, se logra proteger estos órganos. La esencia fundamental se almacena en el riñón, al que se le llama “el guardián de la fuerza” porque es la fuerza motora que propulsa las funciones básicas de todo el organismo. A lo largo de la vida va disminuyendo y uno de los síntomas físicos, es el envejecimiento. El exceso de trabajo, el estrés, trasnochar y no alimentarse adecuadamente, aceleren ese proceso. Son considerados el almacén de energía para toda la vida. Por ello se entiende que es imprescindible cuidar este sistema para mantener la vitalidad y retrasar el envejecimiento.
Por su parte, a la vejiga se le llama la “Ministra de Reservas” ya que se encarga de almacenar y excretar la orina, asociándola con el equilibrio del sistema nervioso.
Los alimentos que tienen afinidad con el riñón y favorecen su función son, frutas y frutos secos, limón, mandarina, naranja, mora, frambuesa, ciruela, nueces, pistachos, girasol. En la época más fría del año, todos los alimentos oscuros (sésamo negro, castañas, etc), y salados (peces y algas), ayudan también a nutrir los riñones, la vejiga y el aparato reproductor. Las raíces como el nabo, la zanahoria o la remolacha, son muy recomendables.
También el invierno es el momento de nutrir la parte más interna del organismo (huesos, médula y cerebro). Para hacerlo, es necesario comer alimentos calientes como el trigo sarraceno, los ajos y la avena, y también ligeramente picantes, que ayudarán a movilizar la energía hacia las extremidades. Se pueden consumir además, apio, cebolla, puerro, calabaza, espárragos, hinojo, maíz, mijo, porotos azuki, lentejas, col y cebada.
También se recomienda ingerir pescados, mariscos, sardinas, pescado blanco, mejillón, pulpo, cangrejo, pato, cerdo y pollo
Son ideales para el invierno, los huevos cocidos y la leche de cabra, el café y las especias como pimienta negra, comino, canela, clavo, romero, perejil, anís estrellado y ginseng.
En cuanto a la forma de cocinar, son recomendables las cocciones largas como sopas, guisos, estofados y horneados. La sopa es ideal, en especial con huesos y algas. Para no sobrecargar a los riñones conviene evitar el exceso de proteínas, sobre todo las de origen animal; embutidos y lácteos, así como disminuir la ingesta de medicamentos, laxantes y diuréticos, la sal refinada y cruda, las bebidas muy frías y los azúcares refinados.
En cuanto a los alimentos que tienen afinidad con la vejiga, se encuentran la alfalfa, espinacas, brotes de soja orgánica y algas.
Para esta milenaria medicina, es recomendable la ingesta de tónicos durante el invierno, ya que es el periodo del año en que se aprovechan mejor los nutrientes.
Otros consejos de la Medicina china
Para la filosofía oriental, el agua y el fuego son símbolos de las propiedades Yin y Yang. El Yin se relaciona con la oscuridad, frialdad, tendencia a descender y el Yang con el calor, brillo, luz y tendencia a ascender. El agua nutre, el fuego produce energía, el agua simboliza la quietud y el fuego la actividad.
Como el elemento agua representa el riñón y la vejiga, es necesario cuidar de ellos en la estación del frío.
En invierno es recomendable ir a dormir temprano para favorecer la energía yang mientras es mejor levantarse tarde para proteger la energía yin y la Esencia.
Es aconsejable mantener la temperatura de las habitaciones, ya que ayuda a prevenir los ataques de frío que bloquean el yang.
En cuanto a la vestimenta, usar prendas de algodón es lo más adecuado, sobre todo en la ropa interior, ya que es un tejido suave, cómodo y que conserva muy bien el calor. Se deben evitar las prendas de texturas muy finas y la ropa demasiado apretada, ya que tenderá a agitar la energía yang, impidiendo su preservación en el interior. Los zapatos y medias deben ser algo más amplios en esta estación para favorecer la circulación de la energía de manera ligera y armoniosa, lo que da comodidad y calor a las piernas.
Con respecto a las manos y los pies, es importante que estén siempre calientes. En las puntas de los dedos de manos y pies es donde se hace el relevo energético entre los meridianos yin y yang completando el circuito.
De acuerdo a esta filosofía de vida, el invierno es la estación para estar tranquilos, descansar, estar contentos, abrigados y bien nutridos, como forma de preservar la energía interna, evitar enfermedades y preparar el organismo para la próxima primavera.
Por Yudith Píriz.
