El operador inmobiliario Diego Perdomo realizó un balance sobre la situación del sector en la región, comentando que las inversiones hoy se están orientando a la adquisición de locales comerciales y para oficinas. Sobre la realidad de Libertad, dijo que están faltando terrenos grandes para la instalación de emprendimientos y hay una sobreoferta de terrenos para fincas.
El empresario del rubro inmobiliario comenzó informando de nuevas normativas que tiene el sector a partir del año pasado, que “intensifican los requisitos para el buen accionar de las inmobiliarias”.
“Ahora no solo es necesario estar inscriptos en el BPS, en la DGI o el Ministerio de Turismo -para aquellas inmobiliarias que trabajan en zonas turísticas-, sino que también se agrega el registro ante el Banco Central como operadores inmobiliarios, debidamente habilitados para llevar adelante la inscripción de compra -venta de inmuebles. A través de los decretos 379 y 380 y en forma paralela a la ley de inclusión financiera, que establece que toda operación inmobiliaria debe ser realizada a través de entidades financieras y registradas, los operadores inmobiliarios deben llevar un registro de cada una de las operaciones”, comentó Perdomo, quien explicó de inmediato que es “el Banco Central el que fiscaliza a las inmobiliarias, a través de inspecciones aleatorias, para verificar que se estén cumpliendo debidamente esos procesos. Si las inmobiliarias no están cumpliendo, serían pasibles de multas”.
En opinión del agente inmobiliario, “regularizar te da la tranquilidad de estar haciendo los procesos que la ley pone a tu cargo. El estar por fuera de los registros, sería estar trabajando por fuera de la normativa vigente. Eso implica que las partes -vendedor y comprador-, pongan en riesgo el negocio. La operación quizás pueda seguirse igual y no tenga dificultades, pero existen multas hasta el 25% del valor del negocio si el inmobiliario no hace la debida diligencia”.
Por eso es que “vemos con preocupación que operadores que están en la informalidad o que no están debidamente establecidos, no estén cumpliendo estos procedimientos porque ponen en riesgo los negocios”, dijo Diego Perdomo.
“Al no estar comprometidos con las exigencias de estar registrados, para evitar costos o para que les salga más barato funcionar, están poniendo en riesgo la salud de los negocios. A veces se pueden bajar honorarios o aranceles porque no tienen esos procedimientos, pero en contrapartida eso que al cliente aparentemente le sale barato, le puede salir caro”, añadió al respecto.
TRAS EL BOOM | Consultado respecto al número de operadores que trabajan en la informalidad, dijo que son pocos “pero es notorio que existen y no están registrados en todos los lugares donde es necesario. Son más de 600 las inmobiliarias que están hoy registradas, pero hay como 250 o 300 que no lo están”.
La empresa de Perdomo tuvo su gran crecimiento durante el boom inmobiliario que vivió el país durante entre los años 2008 y 2014-2015. Hoy ese boom ya no existe y los operadores inmobiliarios se adecuan a esa situación.
Recordó Perdomo que “ese boom se dio producto del crecimiento económico, también de todo lo que se generó en la actividad agropecuaria, de los buenos rendimientos que tuvo, que generaban que existiera liquidez o utilidades en distintas actividades que como inversión predilecta de los uruguayos, se orientó a la compra de propiedades. Como los inmuebles tenían un valor de oportunidad, se generó un desarrollo del mercado que fue muy explosivo”.
“También ayudó el tema de la globalización, porque uno se encuentra que en la zona, hubo clientes europeos y americanos, comprando, lo que generó que la actividad tuviera un crecimiento importante”, añadió el agente inmobiliario.
“Nosotros estuvimos en el momento oportuno para acoplarnos a ese desarrollo y ser operadores en ese desarrollo. Tenemos registros hasta 2015 de un mercado ascendente por la demanda. A partir de ahí empezó a verse un mercado más lento, con una cotización del dólar al alza y hace tres o cuatro años que el mercado ha cambiado y que vuelve a la normalidad, por lo que el desafío de las empresas ha sido mantenerse, innovar, especializarse y entender cómo es el nuevo comportamiento para mantener el nivel de venta”, dijo luego Perdomo.
Ese nuevo comportamiento, explicó, lleva a que “el que compra hoy es quien realmente necesita. Los compradores de inmuebles para renta se pusieron más exigentes, es decir que ya no van tanto a la compra de apartamentos y casas, sino que están más orientados a las oficinas o comercios. En años anteriores se habían orientado a la compra de tierras, por los buenos rendimientos y utilidades que tenía el sector”.
Comentó luego que “el que busca rentas comerciales es un inversor exigente y busca rentas seguras, locales rentados a empresas que tienen presencia a nivel nacional, a entidades financieras o a entes públicos”.
READECUARSE | Pero esta nueva tendencia también está teniendo problemas, porque “como toda actividad, cuando tiene mucha demanda, se trata de generar la oferta, por lo que se generó muchísima oferta de locales que hoy, al bajar la demanda, tienen menos cantidad de interesados, por lo que hoy los plazos desde que un local queda vacío hasta que se alquila son muchos mayores. Nosotros apostamos a vender el local con la renta incorporada”.
Pese a la sobreoferta, los alquileres aún no bajan y cree Perdomo que “tiene que haber una readecuación del mercado para que se tome conciencia de ello. Esto pasa mucho en Libertad, pero también pasa con mucha preocupación en San José, donde es impresionante la cantidad de locales vacíos y eso muestra claramente que los comercios no están pudiendo pagar la renta, entonces se disuelven o se van a locales más chicos o el propietario accede a bajar, que es lo que nosotros recomendamos, porque más vale tener una renta inferior pero segura, a tener el local vacío por tiempo indeterminado”.
FUTURO | Consultado sobre el desarrollo futuro para Libertad, dijo Diego Perdomo que representa “un desafío interesante. En los últimos años ha crecido bien, se sigue viendo a nivel nacional como una zona de crecimiento, una región en proceso de expansión, pero también es cierto que se ven distintas sobreofertas de inmuebles. Vemos con mucha preocupación las ofertas de terrenos, se nota que hay ausencia de terrenos más grandes de lo habitual, precisamos terrenos de 2000 o 2500 metros en zonas periféricas, donde se puedan instalar empresas, algo que sería de mucha utilidad, y vemos como contrapartida un exceso de oferta de terrenos regulares, de 500 o 600 metros y Libertad, entre los que ya están aprobados y en proceso de aprobación, tiene terrenos para el desarrollo de los próximos 20 años. Tendría que exigirse la instalación de servicios para todo ese desarrollo.
Por Javier Perdomo.