Continuando con la charla mantenida con el médico especialista Jesús Costa, en esta segunda parte, realizaremos una síntesis de algunas de las principales líneas en los que se enfocan sus tratamientos.
Si bien Costa no es crítico de los avances y los tratamientos que emplea la medicina actual, sí intenta establecer que definitivamente existen otras formas de guiar a las personas en el proceso de curación y una de ellas ayudarlos a encontrar cada uno, su propio poder, para restablecer el equilibrio perdido tras una determinada enfermedad.
CONCIENCIA | En los procesos de curación se está abriendo una nueva esperanza; en occidente parece empezar a comprenderse que existen otras formas de curar, más humanas y en armonía con el todo. Jesús Costa dice que lo no podemos creer que sólo los medicamentos nos sanan: sin cambiar estilos de vida, pensamientos, emociones, es imposible cambiar una realidad que el organismo nos intenta transmitir, a través de cierta enfermedad. “Las personas debe comprender que lo más importante son sus pensamientos, que tiene que aprender a evitar los pensamientos negativos. Tomar conciencia de que lo que usted piensa, genera una sustancia química que puede ser positiva o negativa, que a su vez, genera una emoción que se traduce en una realidad y que cada uno ve el mundo no como es, sino como está por dentro”, dice Costa que cree fundamental ir a la causa, al por qué una persona se enfermó. “Que el paciente, pueda comprender y se dé cuenta que lo más importe es él, en el proceso de curarse, no es el medico ni las medicinas”, dice.
Opina que son demasiadas las ganancias que obtienen los laboratorios por la venta de medicamentos y que eso es lo que determina el desprecio por lo “otro”, lo mal llamado alternativo. “No conviene que se utilicen otro tipo de medicamentos o terapias, que se obtienen con mucho menos dinero y la mayoría de ellos, sin efectos secundarios de ningún tipo”, dijo.
Su enfoque lo han llevado a poder encontrar ese camino en el que el paciente hace su trabajo, se autoevalúa, se hace preguntas, se permite sentir qué le pasa, desde lo emocional y busca los mecanismos para restablecer su salud.
Con respecto al aumento de la expectativa de vida, Costa se pregunta: “vivimos más años, sí, pero, ¿cómo? Sólo son años que se agregan, no vida plena”. Ante esta realidad, dice “cada vez hay más enfermos, desde los 50 años o antes, ya las personas comienzan a tomar medicamentos y desde ahí, ya no dejan de hacerlo el resto de sus vida, hasta la vejez, eso no es calidad de vida para nada. Las personas mayores gastan toda su jubilación en medicinas y lo peor, nunca se curan totalmente y están como atrapados en ese sistema, yo no quiero vivir así”.
Siempre creyó que existía otra forma de hacer medicina, ese convencimiento fue lo que lo llevó a buscar sus métodos integrales para sanar.
Respecto a las causas que llevan a una persona a enfermar, dice Costa que uno de los más importantes es el estrés. “El estrés enferma y mata y hoy estamos viviendo una realidad que nos lleva a eso, si no nos centramos en lo que nos hace bien o mal, los resultados de todo tratamiento seguramente no van a ser eficaces. Es importante que la persona cada día se levante y trate de educar al cerebro y al corazón, tratando de tener un pensamiento y una emoción más elevada”.
Otro de esas causas tiene que ver con la alimentación, la que según explica, dejó de lado todo lo ancestral que era muy curativo. “La alimentación hoy no ayuda a curar, todo lo contrario, es una alimentación inflamatoria. Si volvemos a la sabiduría ancestral podremos vivir mucho mejor, eso es un pilar enorme. El mayor enemigo hoy, es el estilo de vida que hemos creado”, dijo.
Afirma que hay que estar atentos si estamos nutriendo al organismo realmente o sólo comemos para satisfacernos. “Desde la medicina china siempre se afirmó que el intestino es como un segundo cerebro porque tiene el 85% de neuronas, si el intestino se inflama, se altera, se hace permeable y pasan sustancias al cerebro, provoca ansiedad, depresión y hasta suicidio. En occidente recién ahora, han realizado trabajos al respecto que lo demuestran, recién ahora, 5000 años después”.
Como todo lo diferente, Jesús Costa ha debido hacer frente a críticas y obstáculos, ante lo que expresa. “Si sos diferente y pensás algo distinto ya te juzgan, te descalifican, pensar y buscar otras cosas está mal, pero mucho de lo que planteamos, ya lo decían los orientales hace milenios”.
HANSI Y OTROS | Sus tratamientos no solo están enfocados para los casos de cáncer, sino que, como Médico Homeópata, también trata pacientes con otras patologías, como un sistema inmunológico deprimido, el VIH, casos de asma en niños y otros desequilibrios.
Dice Costa que la curación en ciertos casos puede ser total, lo que no quiere decir que todos se curen, cada persona es única y también lo será su forma de afrontar su enfermedad. “Yo creo que el paciente que se cura es el que entiende que lo más importante es su actitud, de que todo depende de cómo se afronta la enfermedad y la resiliencia de que, frente a una situación adversa se la afronte y se salga fortalecido, transformado. El paciente que entiende eso, que cuida su alimentación, que se da cuenta que él puede y que adentro suyo, están las herramientas necesarias, se cura. Para mí, ese es secreto”.
Dice Costa que las evoluciones con sus tratamientos son diferentes, “vienen a la consulta ya con un diagnóstico muy corto de vida, pero viven muchos años y con una calidad de vida muy diferente. Por eso digo, el médico no puede darle la condena al paciente diciéndole que le quedan seis meses de vida, no, eso lo destruye…No tiene por qué ser así, estamos en el mundo de las probabilidades. Todo lo contrario, hay que reforzar la esperanza, sino le decretas que va a hacer así, es ahí cuando no se conecta con su poder de sanarse. Yo no me quiero poner en esa posición”.
Los tratamientos que sigue adelante el doctor Costa van de acuerdo a cada persona pero el método Hansi quizá sea el más reconocido y por el que la gente lo conoce más. Dice que es un tratamiento en base a diferentes plantas y minerales y que lo novedoso es que está hecho en forma homeopática.
“Trabajamos a partir de un medicamento físico no químico, donde se extrae la tintura madre de las plantas. Se trabaja con la memoria de cierta molécula, lo que se llama la memoria molecular y eso desde la medicina occidental no se aceptaba, pero nosotros pudimos demostrar a través de diferentes estudios que sí, que se puede”. Para su método Hansi, utiliza básicamente cactus, diferentes tipos de aloes, como el aloe arborescens y el californiano, minerales y veneno de serpiente diluida, la llamada Lachesis, también conocida como surucucú, originaria del Amazonas .
Utiliza otras herramientas para trabajar con los pacientes, uno de ellos es la Iridiología. Costa explica que “no es para hacer un diagnóstico, pero aporta características del individuo, por ejemplo nos muestra si en la persona hay toxinas, la fortaleza genética, si hay colesterol, estrés. Esto es así porque el iris es como un mapa, donde se puede identificar cada uno de los órganos”.
En su consultorio trabaja con un grupo de homeópatas, todos con el mismo paradigma, y que sus tratamientos pueden tratar cualquier tipo de enfermedades, con sus límites, al igual que la medicina convencional.
Otros de sus métodos es la Fitoterapia, y un estudio que se llama la Gota Viva, a partir de una gota de sangre, llevada a un microscopio, es aumentada 30 mil veces su tamaño y con un programa especial, se puede identificar la calidad de la sangre. Es un estudio predictivo que puede dar mucha información cualitativa; no cuantifica cuantos porcentaje tiene de algo, sino que observa la calidad de la sangre”.
Explica Costa que los tratamientos varían en su duración, pueden ir desde algunos meses a un año, pero siempre son individuales, no estandarizados. “Cada tratamiento es único, de acuerdo a la constitución de cada paciente, a cómo se relaciona, como siente, vienen 10 pacientes con asma y se van con 10 tratamientos diferentes, porque en realidad no es para el asma, sino para la persona. Tratamos enfermos no enfermedades”.
SU MISIÓN | Jesús Costa transmite mucho más que un tratamiento específico, va más allá y defiende como base fundamental, una filosofía de vida, que él mismo práctica. En estos 20 años de experiencia, ha podido encontrar esa llave que permite una transformación integral, donde siempre lo más importante es el paciente y su curación.
Una de sus experiencias más profundas fue el tiempo que vivió en la selva amazónica ecuatoriana, donde estuvo durante ocho años, con indígenas de la tribu Shuar. Esas vivencias significaron un antes y un después en su vida. “Ahí está la mayor sabiduría, la riqueza más grande. Aprendí mucho con ellos, aún hoy mantienen sus rituales y costumbres, y su sabiduría se da porque no perdieron el contacto con el ambiente, con su selva que les da vida. Cuando se actúa con humildad, con integridad, vivís con la emoción básica que es la alegría, es como que estás capacitado para ir recibiendo los misterios del universo, que existen cosas que son invisibles al ojo humano pero que están omnipresentes, que están ahí desde siempre y seguirán estando, el que no está preparado desde estos saberes, no lo puede entender”.
Cree que es necesario volver a conectar con nuestra propia energía vital, de la que tanto nos hemos separado. “La concepción de enfermedad es diferente, para la homeopatía, la Medicina China y lo que decía Hipócrates. Desde esta visión, hay una energía vital que es la diferencia entre algo vivo y algo muerto, si no está esa energía, no hay vida. Para que se cumplan todas las reacciones físico- químicas de todas las células, se necesita esa energía vital y esa es la que se altera por diferentes factores, ambientales, alimenticios, emocionales. De acuerdo a cómo se va alterando esa energía, según nuestra constitución, nos enfermamos, tenemos una manera de enfermarnos que es propia. Al ser nuestra medicación física, lo que hace es reequilibrar esa energía vital alterada, entonces se mejora en todo”.
Además de su enfoque médico, se agrega su profunda creencia espiritual, lo que entiende, no podemos dejar de atender porque es una parte nuestra. “No debemos olvidar que el espíritu adoptó un cuerpo para hacer la experiencia en el pasaje por la Tierra, pero ese espíritu es inmortal, y como dicen los indígenas, lo que le pasa al espíritu, le pasa al cuerpo, si el cuerpo está enfermo, es porque el espíritu está triste”.
Ante las interrogantes de la vida, también Costa expresa su opinión. “Muchos buscan cuál es su misión en la vida y yo digo que no tenemos que saber nada, sólo que venimos a ser felices, humildes y a ser buenas personas, sólo eso”.
Antes las críticas a su forma de entender la medicina y el mundo dice Costa, “muchas veces nos dicen cómo podemos hablar de espíritu siendo médicos y la realidad es que la ciencia perdió una gran parte cuando dejó el espíritu de lado, entonces hoy es una ciencia insensible y explica todo por la materia, pero la vida no es lineal”.
Por Yudith Píriz.
Foto Livia Cedeño.
