Sociedad

Restos fósiles encontrados en Kiyú podrían datar de 10 millones de años atrás

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Días pasados trascendió en algunos medios y redes sociales que vecinos de la zona de La Guitarra habían descubierto un sitio con eventuales restos fósiles. Llegó a la redacción de La Semana un video enviado por Daniel Campanella, uno de los vecinos que participó en el hallazgo, en las imágenes se apreciaban algunos elementos, fusionados al material sedimentario que sugerían se trataba de partes de un caparazón de algún animal tipo “mulita o tatú gigante”.

El día miércoles Campanella dijo a La Semana que se había comunicado con el equipo de arqueólogos que han venido trabajando en la zona en los últimos años para explicarles que “se habían encontrado huesitos y partes de lo que pudiera haber sido algún tipo de animal prehistórico. La razón fue aprovechar las condiciones climáticas por la gran bajante del Río de la Plata” que se verificó en los últimos días.

Según Campanella se trataría de parte o partes “de un caparazón, pero en un pésimo estado de conservación” y al menos “en la superficie de ese tipo de tosca amarilla no encontramos nada interesante”. Asimismo Campanella explicó que “quizás en ese lugar existan otras piezas pues es una zona como de mil metros por unos 80 a 100 de ancho”.

PROFESIONALES| Laura Beovide, directora del Centro de Investigación Regional de Arqueología Territorial (CIRAT), y coordinadora del equipo arqueológico que ha venido realizando trabajos en la zona de Kiyú donde se han establecido varios sitios preservados que significan vestigios importantes sobre civilizaciones de hasta de 10000 años de antigüedad, dijo a La Semana que no tenía conocimiento del hallazgo hasta ese momento, pero pasadas un par de horas del primer contacto comunicó que “el hallazgo de Kiyú es por el momento netamente paleontológico” y agregó que “por lo que hablé con los paleontólogos no sería contemporáneo con la presencia humana prehistórica en el área, que es el motivo de estudio arqueológico del CIRAT” y por lo tanto serán los paleontólogos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (UdelaR), quienes asumirán la investigación de los fósiles.

Como referencia Beovide explicó que “hay algunas especies de megafauna, asociadas especialmente al fin del Pleistoceno, que convivieron con los seres humanos más antiguos que poblaron el Uruguay” y advirtió que “siempre hay que ser cuidadoso cuando se encuentra un fósil porque se pueden dañar otras evidencias ubicadas en los contextos que ayuden a saber más, no solo del ambiente pasado sino de los animales y modos de vida de los seres humanos que habitaron el área desde los últimos 10 mil años, por lo menos”.

Beovide también resaltó las diferencias “entre la Arqueología, que estudia el modo de vida de los seres humanos en el pasado y la Paleontología, que estudia a los animales del pasado” y agregó que ambas disciplinas se juntan “cuando aparecen fósiles de megafauna en el entorno de los 10 mil años que convivieron con los seres humanos”, en cambio “cuando se trata de fósiles más antiguos como en este caso, solamente lo estudian los paleontólogos, porque ya no tienen relación con los seres humanos”.

PALEONTÓLOGOS| Fue precisamente Laura Beovide que proporcionó el contacto con el doctor Daniel Perea, de la Facultad de Ciencias de la UdelaR, ya que “él y su equipo ya hace años que vienen investigando este tipo de fósiles en Kiyú y desde el CIRAT, como centro de investigación siempre estamos en contacto con los investigadores que trabajan en el área”.

El doctor en Ciencias Biológicas Daniel Perea, Profesor Grado 4 de la Facultad de Ciencias, dijo que ya había tenido contacto con Daniel Campanella y que “estamos esperando que se presente viento Norte, además acá en la Facultad tener disponibilidad de un vehículo 4 x 4; por otra parte debemos gestionar una autorización del Municipio de Libertad para poder circular con ese vehículo en la zona del hallazgo”.

El doctor Perea dijo que “nosotros en la zona de Kiyú y toda la costa del Río de la Plata hasta Arazatí, en el Arroyo Sauce más o menos, estamos trabajando ya hace más de 30 años, tenemos una cantidad de investigaciones realizadas y publicadas sobre todo el material que se ha recogido a lo largo de décadas”.

Explicó que “este hallazgo forma parte de ese tipo de material que estamos estudiando, cada vez que aparece una cosa nueva nos interesa para agregar, puede tratarse de una especie ya encontrada, material nuevo que nos sirva, o puede también tratarse de una especie nueva, como ocurrió hace años con el cráneo de un roedor gigante Josephoartigasia monesi y otros casos que son de esa zona”.

Concretamente sobre este nuevo hallazgo Perea dijo que “lo que recibimos fue de parte de gente local, muy entusiasta y que con mucho criterio nos envió esa información, vimos un video y algunas fotos de lo que aparenta ser un armadillo que sin duda es un fósil porque está incluido en esos elementos basales de la playa que corresponden al período Mioceno, así que hablamos de una antigüedad próxima a los 10 millones de años”.

Respecto a la llegada de su equipo al sitio en la zona de La Guitarra el investigador dijo que “estaría bueno poder ir al sitio porque Kiyú es una localidad que si bien ha dado fósiles en otros momentos, ahora por el tema de la antropización (transformación ejercida por el ser humano sobre un medio), ya que es una zona poblada y turística, se ha cubierto mucho con vegetación sobre las barrancas, inclusive la topografía de la playa ha cambiado” y agregó que “se ha cubierto más de arena por diversas razones y no es tan frecuente hallar materiales fósiles allí entre el Arroyo Mauricio y el San Gregorio que es donde nosotros hemos relevado, por eso nos interesa particularmente poder ir a Kiyú y ver de qué se trata”.

Perea dijo que a su equipo le interesa “porque es una zona que últimamente no hemos podido estudiar en profundidad” pero para poder analizar el lugar se requiere que haya “viento Norte, de lo contrario ese lugar está cubierto por el agua, eso es clarísimo, es imposible trabajar ahí con viento Sur o Sureste, podemos ir cuando se dan ciertas condiciones y si hay bajante mejor”.

Cuando la visita se concrete el equipo científico requerirá que los vecinos “nos conduzcan hasta el lugar, estaría bueno recorrer toda esa zona siempre que el material no haya sido erosionado o depredado” y explicó que “a veces ocurre que cuando sale en la prensa alguna información hay gente que va y escarba o saca alguna cosa por curiosidad; hay que ser muy cuidadosos para no destruir la información más relevante desde el punto de vista científico”.

Sobre las imágenes que pudo observar Perea dijo que “ni en las fotos ni en el video aparece una referencia del tamaño, como podría ser una mano o algo para tener una idea, pero por lo que se dice en el video, se comenta que es como un tatú gigante, podría tratarse de un gliptodonte, seguramente se trata de un armadillo y no parece ser pequeño por lo que se dice en el video. Puede ser un tatú o mulita o puede ser un gliptodonte que también es un armadillo ya extinguido, de tamaño más grande con un caparazón diferente, más rígido, los gliptodontes son parientes de la mulita y el tatú, con un caparazón más sólido y sin movimiento”.

MIOCENO| El período Mioceno comenzó hace aproximadamente 23 o 25 millones de años, antes de que la Cordillera de los Andes impidiera el paso del aire húmedo del Pacífico. Fue hace 15 o 18 millones de años que el enorme obstáculo topográfico surgió originando la seca aridez actual de gran parte de la Patagonia y la consecuente desaparición de muchas especies vegetales y animales que habitaban el continente.

En su trabajo Fundamentos de Paleontologia, publicado por UdelaR, el doctor Perea y su equipo de investigadores establecen que “la búsqueda de fósiles macroscópicos suele efectuarse en forma visual, recorriendo el terreno minuciosamente y observando la superficie expuesta de la roca. De esta manera se puede apreciar alguna sobresaliencia o discontinuidad en el volumen o color que indique la presencia de objetos distintos al sedimento que forma la roca, los probables fósiles”.

El mismo trabajo agrega que luego de eso “antes de proceder a extraerlos, hay que registrar los datos de la roca que los contiene: color, textura, relación con otras rocas y profundidad (o altura) en la que se encuentra el fósil. Si es posible se deben realizar tomas fotográficas sobre el punto a diferentes distancias, o dibujos y esquemas en la libreta de campo, así como consignar la ubicación geográfica de la localidad lo mejor posible”.

El trabajo fino de separación del fósil de la roca generalmente debe realizarse en laboratorio, luego de estudiar minuciosamente el lugar del hallazgo para recabar información sobre los procesos que dieron origen al yacimiento fosilífero.

Por Jorge Gambetta.

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