A pocos kilómetros del centro de Libertad -kilómetro 45.500 de la ruta 1-, se encuentra un nuevo emprendimiento agroindustrial, que pretende llegar con su producción de queso de leche de oveja a toda Latinoamérica. Se llama Gran Molino y su administradora Valentina Jiménez de Aréchaga, conversó con La Semana sobre las características de este emprendimiento familiar, que cuenta con asociados en el exterior.
Valentina es contadora y comentó que “Gran Molino es una sociedad anónima uruguaya, que tiene además un socio español, que es el principal comercializador de quesos de leche de oveja en su país, lo que nos da un gran apoyo en la parte de producción del queso y también en lo comercial. Es un gran proyecto de inversión, que llevó mucho tiempo hasta que se logró el contacto con el inversor español, lo que ha sido algo muy positivo”.
Profundizó la administradora de Gran Molino diciendo que “el proyecto surgió hace seis o siete años” y fue idea de su padre, un viajero frecuente y detallista que al ver que en Europa el queso de oveja es un producto muy conocido, de consumo diario, decidió iniciar un proyecto para producirlo en el país e intentar imponerlo en la región.
Contó Valentina Jiménez de Aréchaga que la leche con la que producen sus quesos es propia, “las ovejas son nuestras, el sistema de alimentación de las ovejas también es nuestro; se alimentan de cultivos propios y los campos para esos cultivos se riegan”. Por ello la empresa presentó ante DINAGUA (Dirección Nacional de Aguas) un proyecto para represamiento que embalsa aguas de un curso sin nombre, tributarios del arroyo Sarandí, con destino a riego de pasturas.
Contó luego Valentina que “el proyecto está pensado para exportación, pero siempre tuvimos el interés que los productos estuvieran también en Uruguay. Somos un país muy chico, con un consumo mínimo, pero igual ya estamos desde mediados de año en el mercado y el consumo viene bien. Hace poco nos dieron también la habilitación para exportar y a la brevedad comenzaremos con los registros en cada país, que son diferentes según el destino”.
La administradora de esta empresa agroindustrial cercana a Libertad, contó que “el objetivo es hacer conocer el gusto del queso, el sabor; es un sabor nuevo, un sabor distinto; mucha gente lo asocia al queso de cabra, pero en realidad es un sabor bien distinto. Queremos que se vuelva un producto de consumo habitual en la región y en el Mercosur, que son los primeros destinos a los que aspiramos llegar, pero la idea es extendernos por toda América, incluso llegar a Estados Unidos”.
ETAPAS | Este emprendimiento está en una etapa de inicio, según lo contado por la contadora. “Nosotros empezamos a producir en julio de 2019, pero una vez que se empieza a producir, luego de unos meses de ya estar en funcionamiento, comienzan las habilitaciones. Para exportar, es un mercado muy exigente. Somos la primera planta exportadora de productos de origen ovino. Fue un trabajo muy en el detalle y lo consideramos como un gran logro, no hay algo así en Uruguay”, comentó.
En cuanto al personal que tiene Gran Molino, dijo Valentina que en estos momentos son 10 funcionarios de la zona y “es probable que en unos años sea necesaria la incorporación de más personas”, en función del crecimiento del proyecto.
Respecto a la elaboración de los quesos, dijo Valentina Jiménez de Aréchaga que “es muy similar a la elaboración de un queso de leche de vaca, no tiene nada distinto” y comentó que en Gran Molino tiene “queso con leche de oveja solamente y quesos mezcla -leche de oveja y de vaca-, y el proceso de producción es muy similar”.
Luego explicó la contadora que “en cuanto a los productos que ofrecemos tenemos dos tipos, que son el puro y el mezcla, y dentro de cada tipo los clasificamos de acuerdo a la maduración, con lo que varía el sabor. Los más tiernos, los más suaves, son los que tienen 30 días de maduración, después están los más intensos y fuertes que tienen hasta un año de maduración. Entre medio tenemos los que tienen cuatro y seis meses de maduración”.
Prosiguió comentando la administradora de Gran Molino que en el mercado local “no hay competencia que esté presente en las grandes superficies (su empresa ya está presente en dos cadenas), si hay pequeños productores que hacen queso de oveja, pero uno de los puntos fuertes de nuestro proyecto es que las ovejas están organizadas en grupos de forma tal de asegurarse que la cantidad de leche sea la misma durante todo el año, lo que hace que podamos ofrecer un producto similar durante todo el año”.
“Esto es posible gracias a la inversión que hay atrás, es un proyecto grande que nos permite aumentar el número de ovejas y organizar grupos que paran cada cierta cantidad de tiempo, lo que hace que la consistencia de la leche sea distinta. De esa forma aseguramos tener una calidad de leche estable en el tiempo, lo que nos permite tener una oferta continua del producto”, explicó Jiménez de Aréchaga.
CAPACIDADES | Prosiguió contando la administradora de “Gran Molino” que en sus campos cercanos a Libertad (propiedad de su familia desde hace más de 30 años), “tenemos un número aproximado de tres mil ovejas Milchschaf, que son las mejores en cuanto a producción de leche” y añadió que “la capacidad productiva va a ir aumentando; estos son los primeros años de producción y va a tender a crecer, tanto en número de ovejas como en producción”.
Consultada sobre si tienen intenciones de llegar al mercado europeo, dijo que “tenemos algún interés en Rusia, pero Europa tiene mucha oferta y llevar productos desde acá es más caro, por eso apuntamos al mercado de Latinoamérica, para imponer nuestro producto”. Dijo por último que en Libertad, los productos se pueden encontrar en “El Campo Parrilla”.
Por Javier Perdomo.