Esta quiso ser una nota sobre el mensaje que para las fiestas tenía para dar a los creyentes -y a los no creyentes también-, pero casi termina siendo una nota de despedida, porque a poco más de un año de estar al frente de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores y San Isidro de Libertad, el sacerdote Jorge Albergatti dejará su lugar y pasará a ocupar un lugar superior en la jerarquía de la congregación de los Oblatos de María Inmaculada, en la ciudad de Buenos Aires. Con esa noticia fue que comenzó el diálogo con el religioso nacido en Colonia Wilson y con fuertes lazos con Libertad.
Principio tienen las cosas. Jorge Albergatti comenzó el diálogo dando su parecer sobre lo que fue el trabajo que pudo desarrollar en el tiempo que estuvo en la parroquia libertense. Dijo el sacerdote que para él “este año fue diferente, salir de Ciudad del Plata y venir para acá, ha sido de mucho desafío, no solo por venir para acá, sino por también estar solo en una nueva parroquia, con mucha gente conocida, porque soy de acá y estudié acá”.
“Eso hace las cosas más fáciles en algunas cosas y en otras las vuelve más difíciles, a uno le cuesta ser más imparcial en ciertas cosas y también me exigen más porque me conocen, tengo compañeros de escuela y de liceo cerca”, contó el sacerdote.
Al ser un solo religioso en la parroquia, Albergatti cree que durante el año lo que hizo fue “ir tapando agujeros, porque había muchas cosas que se estaban haciendo porque eran dos padres y al irse los dos quedé solo para hacerlas yo, por lo que no fue fácil”, por eso es que en este tiempo dice, trató “de no hacer muchas cosas nuevas, sino que estuve tratando de mantener lo que ya estaba. Nuestra idea es ir marcando un camino y que los que vienen lo sigan”.
Albergatti piensa y continúa hablando, “fue un año muy particular en mi ser misionero en Libertad. Pude hacer las actividades de Semana Santa, la fiesta de San Isidro; la visita del cardenal Daniel Sturla fue algo muy interesante que hicimos, también hicimos varias campañas de medicamentos para Venezuela, también vinieron los de la Pastoral Carcelaria, pero no se pudo profundizar ese trabajo”, contó Albergatti.
Al consultarle sobre lo que es la “pastoral carcelaria”, el sacerdote Oblato dijo que es un grupo religioso que “en Uruguay trabaja en todas las cárceles pero acá en Libertad aún no lo hacen. Su presencia suponía que me tenía que comprometer en algo más, pero otra cosa más no iba a poder cumplir, entonces quedó medio detenido el trabajo, sin embargo es algo que nos están pidiendo porque tenemos una población carcelaria muy grande y es un debe que tenemos”. Estimó el sacerdote que seguramente sea una tarea que deberán encarar quienes lo sustituyan en el cargo después de febrero.
Otros objetivo cumplidos del año que culmina son -según Albergatti-, el mantenimiento de la catequesis y el haber retomado la tarea con los adolescentes, además de haber visitado los distintos sectores de la parroquia, Kiyú, Colonia Italia, Puntas de Valdez.
NAVIDADES | Para el sacerdote, el mensaje a transmitir en estas épocas de Navidad y balances es sencillo. Cree que “hay que estar atentos porque el Señor está, en muchos lugares lo podemos encontrar. Después que pasaron esos eventos atroces como la violación y muerte de niños y todo eso, que fue algo que nos chocó mucho, creo que hay que decir que hay mucha humanidad dentro nuestro que se mantiene, que queremos la vida, que la amamos”.
“A veces lamentablemente tienen que pasar estas cosas para que surjan los sentimientos más profundos y los valores de las personas. Tenemos que estar atentos. Tenemos que rescatar muchas cosas positivas provengan o no de la religión, porque hace mucho que entendemos que hay buenas intenciones en todos lados, por eso es que traté de colaborar con todo lo que me pedían, con todas las fuerzas sociales, sin importar si había o no religiosidad”, dijo el sacerdote Jorge Albergatti.
NUEVA RESPONSABILIDAD | El sacerdote aprovechó el contacto con La Semana para anunciar su ida de Libertad en el próximo mes de febrero, algo que anunciaba el mismo 25 a quienes fueran a la Misa de Navidad. Dijo que en setiembre de este año que culmina fue “elegido ‘provincial’ de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en una nueva provincia que vamos a crear”.
Explicó Albergatti que “hasta ahora Uruguay era una delegación de Italia, pero desde enero comenzaremos a formar parte de una nueva provincia, que integrará a Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Somos unos 80 oblatos en esos cuatro países. Paraguay es la primera presencia en América del Sur en 1925, la segundo fue Uruguay en 1930, de Uruguay se funda Argentina en 1935 y en Chile comenzó en el 40 y pico. Hasta 1977 estuvimos unidos Argentina y Uruguay, después Argentina va por su lado y llegan los italianos a Uruguay”.
Prosiguió informando el sacerdote que “debido a que no hay tantas vocaciones como antes, se decide unirse entre los países y así formamos la Provincia Cruz del Sur. La sede va a estar en Buenos Aires y fui electo por mis compañeros para ser el ‘provincial’. Teníamos que buscar una sede y lo más lógico era Buenos Aires, desde donde es más fácil moverse hacia cada uno de los lugares que forman parte de la provincia”.
La cercanía le permitirá venir seguido, dijo, aunque aclaró que “ahora no voy a estar en una parroquia, sino que estaré atendiendo a los Oblatos, será una especie de coordinación general la que haré, viendo planes de trabajo y proyectando la tarea en toda la ‘provincia’”.
Consultado respecto a la falta de vocación está afectando a su congregación, dijo Albergatti que es un problema de todos los grupos en todos los países de Occidente, no así en África y Asia, aunque dijo que es difícil que lleguen a América Latina porque no logran adaptarse.
En cuanto a quienes lo sustituirán, dijo que “vendrá un sacerdote de Paraguay y otro será de la zona que vendrá a ayudar desde Ciudad del Plata, así que tendrán un sacerdote paraguayo y otro italiano”.
Por Javier Perdomo.
