Lluviosa noche del viernes 5. En el porche de una casa ubicada en la calle Marconi, en pleno barrio María Julia, cuatro o cinco personas conversan y controlan que la fogata encendida en el piso cumpla su función y por supuesto, no se propague en el espacio. Avisadas las vecinas que están al frente de la olla de la llegada de La Semana, salen a conversar.
La charla ya se había iniciado antes, más precisamente el miércoles 3, cuando concurrieron al Municipio de Libertad pidiendo la cesión de un espacio para construir una plaza (ver nota aparte), oportunidad en la que se refirieron a la olla que llevaron adelante el invierno pasado y que ahora, llegados los primeros fríos, volvieron a prender todos los viernes.
En el año 2022 el promedio de viandas entregadas estaba en 75, pero en este 2022, el número se elevó hasta unas 125 viandas. En una olla que compró el Municipio de Libertad a fines del anterior invierno -y que por ello se llegó a usar poco-, es el principal útil de cocina que tiene el grupo de gente que lleva la olla en este nuevo año. Un guiso es lo que en el fuego se cocina y que en pocos minutos saldrá de allí en viandas de una cantidad de vecinos.
Laura, la dueña de la casa en que se cocina por el momento están pudiendo cocinar gracias a diferentes aportes. Comentó que la gente del comité Vinelli del Frente Amplio siempre les está aportando comida de distintas actividades internas que realizan. Raúl Piaggio y Esteban Núñez son los dos militantes que más cerca de la olla han estado. “Nos llevan carne, papas y otras cosas”, dice Laura, quien luego agrega que “los jueves salimos a recolectar en distintos comercios de la ciudad que nos dan algo”. A esto hay que agregarle que “la Intendencia nos da lentejas, arroz, fideos, pero es cada 15 días o a veces cada un mes”.
En la nota que se les realizara el miércoles fuera del Municipio, a la consulta de por qué entendían que se había producido el incremento de personas que comen los viernes en la olla, Laura había dicho que “hay mucha gente sin trabajo, hay muchas madres solas sin trabajo y gente que se ha venido sola de San José, que son madres solas y se dan a ver porque están ahí. También hay personas viejitas que se han venido, por eso hay más gente en la olla”.
“Son 125 y a veces más”, dice Laura, pero reconoce que lo que hacen ellos no es suficiente, ya que pueden cocinar un solo día a la semana. Hay quienes sí lo consideran importante, en particular teniendo en cuenta que la comida se entrega los viernes, de cara a los fines de semana cuando las familias no cuentan con el apoyo de los comedores escolares.
PEDIDO | Si bien el motivo oficial de la reunión del miércoles 3 con el Concejo Municipal era pedir ayuda para un espacio público, por supuesto que la actividad de la olla estuvo presente y así fue que se le planteó al alcalde Matías Santos la posibilidad de que la Intendencia entregue viandas a diario en el barrio, lo que motivó que el alcalde Matías Santos quedara en realizar gestiones ante la Dirección de Políticas Sociales de la Intendencia, según dijeron en la olla a La Semana.
De todas formas, Florencia Pérez, otra de las impulsoras de la olla, dijo que sería bueno que la gente continuara apoyando. “Si todas las verdulerías pusiera una papa, una zanahoria y cebollas, si cada panadero pusiera un pan, ya estarían ayudando mucho. No pedimos cantidades grandes, solo un poco cada uno para que la olla funcione”, comentó.
Comentaron además que también están juntando ropa y calzado, para distribuir entre las familias más necesidades del barrio y quien desee donar puede hacerlo, escribiendo al 099 755 004 o acercándose a la calle Marconi las noches de viernes y estacionar donde arda un fuego y haya seis o siete personas a su alrededor.
Un mensaje por WhatsApp es el aviso que reciben los comensales de los viernes. La comida está pronta y lentamente, saldrán de entre la oscuridad, decenas de personas en busca de su vianda. Mientras esto ocurre, las luces están enfocadas en otros escenarios, donde las reales necesidades de la gente, poco parecen importar.
Por Javier Perdomo.
