A la espera del dictamen del Tribunal de Apelaciones respecto al levantamiento o no de la medida cautelar de no innovar que imposibilita que OSE pueda firmar el contrato con el Consorcio Aguas de Montevideo para la construcción de la planta potabilizadora conocida como Proyecto Neptuno en Arazatí (recién el 6 de setiembre llegó al tribunal la apelación), las novedades han estado en la esfera de las declaraciones y la presentación documental.
El pasado martes 10, cuando la edición de la pasada semana estaba en la calle, el Nodo “Acá el Neptuno No”, difundía un comunicado en el que anunciaba que había realizado una denuncia al Ministerio de Ambiente, ya que “a través de imágenes satelitales se detectó la tala de árboles en el sitio propuesto para la instalación de la Estación de Bombeo de Agua Bruta (EBAB), uno de los componentes” del proyecto. El comunicado agregaba que, “además de la falta de autorización ambiental, el Poder Judicial ha suspendido la firma del contrato entre el consorcio y la OSE”.
El colectivo dice luego que siguen “firmes” en su “compromiso por proteger el medioambiente y luchar contra este proyecto, que atenta contra la preservación de una zona natural de enorme valor”.
A la denuncia del nodo, se sumó una publicación en la red social X (Twitter), del abogado de las organizaciones sociales Juan Ceretta. “El seguimiento de las imágenes satelitales da cuenta que se ha comenzado el talado y preparación de terrenos para la planta potabilizadora de Neptuno-Arazatí en flagrante violación a la normativa vigente que prohíbe cualquier actividad preparatoria hasta tanto quede firme la autorización ambiental”.
RESPUESTA | El ministro de Ambiente, el colorado Robert Bouvier, también mediante X le respondió a Ceretta, diciendo: “Lamentamos tener que aclarar información falsa que circula en redes. La tala de eucaliptus en San José no está vinculada a Arazatí. Fue realizada en 2023 por el dueño del terreno. Seguimos fiscalizando y garantizando el cumplimiento de la normativa ambiental”.
Además de en la cuenta de X del Ministro, el Ministerio de Ambiente difundió un comunicado en el que expresaba que se realizó “una inspección inmediata en el lugar, constatando que la tala corresponde a la cosecha de eucaliptus realizada por el propietario del terreno en los meses de noviembre y diciembre de 2023, sin relación con el proyecto Neptuno-Arazatí y antes de la adopción judicial de una medida cautelar”. La comunicación oficial dice también que “no se ha llevado a cabo ninguna actividad vinculada al proyecto, el que continúa en trámite de evaluación de impacto ambiental, cumpliendo con todas las exigencias correspondientes” y que por esto la información que circulaba en redes sociales (el posteo de Ceretta), “sugiriendo una violación de la normativa vigente, es incorrecta”.
SUPOSICIONES | Consultada por La Semana, Florencia Cesilia, integrante del nodo dijo que no se está “respondiendo a la denuncia formal que hicimos. El Ministro está respondiendo a un post que hizo Juan Ceretta en Twitter, pero nuestra denuncia dice otra cosa. Nosotros no decimos que tiene vinculación directa con el proyecto Neptuno, nosotros suponemos que la tiene, pero no lo afirmamos ni lo damos por hecho si se lee con detenimiento el comunicado”.
“Lo que denunciamos es que esa actividad se hizo en faja de defensa de costa, sin autorización ambiental previa. Esa es la denuncia concreta que hicimos las organizaciones sociales al Ministerio de Ambiente; que la tala de árboles se realizó en un padrón que está expropiado parcialmente por la OSE, que la tala se realizó sin autorización ambiental previa y eso es irregular porque el padrón está dentro de lo que corresponde a la faja de defensa de costa”, agregó la integrante del nodo “Acá el Neptuno No”.
PREGUNTAS | En paralelo a esta polémica de redes sociales, la organización ambientalista REDES-Amigos de la Tierra, difundió un documento en el cual da su parecer sobre el Informe Ambiental Resumen (IAR), que está disponible en la página web del Ministerio de Ambiente y sobre el cual toda la población puede opinar hasta finales del presente mes. Para la organización no gubernamental, el documento publicado en los últimos días de agosto “tiene básicamente las mismas graves carencias de sus previos Informe de Viabilidad Ambiental de Localización (VAL) y Estudio de Impacto Ambiental (EIA)”.
El informe fue realizado por las consultoras CSI Ingenieros SA y Seinco SRL, para el consorcio que integra a las empresas Saceem, Berkes, Ciemsa y Fast. Los científicos que trabajan con REDES realizaron “un estudio pormenorizado del IAR” que les lleva a realizar tres afirmaciones. La primera es que este IAR, “mantiene todas las mismas carencias y los problemas teóricos, metodológicos, de revisión bibliográfica, conceptuales y estructurales que caracterizaron” a informes previos realizados por esas firmas.
La segunda afirmación es que “se identifican en el IAR más de 200 problemas de manejo de información, carencias conceptuales y metodológicas que deben ser resueltas antes de otorgar la Habilitación Ambiental Previa, o en su defecto negarla”, mientras que la tercera afirmación es que “en todo el IAR la información se presenta en forma tendenciosa, sin profundizar en los aspectos sustanciales del proyecto y extendiéndose en aspectos menores”.
Las preguntas que al IAR realizan los especialistas de REDES son un total de 215 y abarcan diversos aspectos del cuestionado proyecto. Terminada esa etapa de consulta abierta -fines de setiembre-, la evaluación de impacto ambiental pasaría por una audiencia pública a la que la DINACEA (Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental), del Ministerio de Ambiente debería convocar con antelación y de forma pública (también en medios locales y nacionales), para que pueda concurrir la mayor cantidad de personas interesadas.
Que esto ocurra conociéndose o no el dictamen del Tribunal de Apelaciones, dependerá de los magistrados que lo conforman. Cuanto más tiempo demore ese dictamen más incertidumbre habrá respecto a si avanzará o no el proyecto.
Imagen de la zona talada, difundida por colectivos ambientalistas.
Por Javier Perdomo.