Culmina este domingo la temporada de trabajo 2020 -2021 del servicio de guardavidas en las playas del departamento de San José. Tras un verano atípico por donde se lo mire, Maximiliano Carlini, vocero de los rescatistas asignados al balneario Kiyú, evaluó que fue un año de mucho trabajo para ellos, que finalizó con el rescate de una tortuga marina, el pasado jueves 1° de abril.
En su página de Facebook, la Agrupación de Guardavidas de San José, publicó el sábado 3 un posteo en el que informaba que sobre las 16 horas del jueves pasado, un grupo de personas se acercó a la torre de vigilancia de Ordeig, dando aviso a los guardavidas allí apostados que una tortuga de gran porte estaba siendo arrastrada por la corriente sin poder resistirse al leve oleaje lateral, que esa tarde presentaba la costa. “Por lo tanto, los guardavidas de dicha bajada se dispusieron a acercarse para socorrer al animal en apuros. Se encontraron con una tortuga de gran porte que apenas podía levantar la cabeza, en un comprometido estado de debilidad que no le permitía regresar a su hábitat”, informaban.
“Con gran esfuerzo –proseguía la publicación de los guardavidas-, se retiró al animal hacia una zona segura donde pueda descansar y se contactó a las ONG Karumbé (que ya ha actuado en anteriores rescates de tortugas y lobos en Kiyú), y a Fauna Marina para que los expertos en el tema dieran instrucciones. En el momento se supo que se trataba de una Tortuga Cabezona (Careta Careta), de joven edad y de sexo femenino. Se nos instruyó resguardarla en la caseta hasta el día siguiente para organizar su traslado a un clínico. Pasada la noche, nos encontramos con la criatura en mejor estado y se procedió a su traslado y tratamiento requerido. Dándonos aviso de que nuestra bautizada ‘Mabel’ se encuentra en estado de recuperación”.
Maximiliano Carlini fue uno de los guardavidas que actuó en la oportunidad y a La Semana brindó más detalles de la situación generada. Comentó que el jueves era un día tranquilo, como fueron todos los de la pasada semana, ya que las condiciones del tiempo dan más que nada para que la gente se acercara a la costa a tomar mate y a recrear la vista, en lugar de bañarse.
“Nos llamó la atención que un grupo de personas venían hacia nosotros por la costa y nos pidieron que les prestáramos ayuda para rescatar a una tortuga gigante que estaba sobre la costa, muy débil. Concurrimos y logramos sacarla de la arena y tratamos de darle el primer auxilio a la vez que llamábamos a las ongs”, contó Carlini.
“El lugar se llenó de curiosos, gente que buscaba sacarse fotos con el animal agonizante (algo que consideró morboso), por eso desde las ONG nos pidieron que la cuidáramos y que en la noche la dejáramos en una de nuestras casetas, para protegerla de los curiosos y también de los perros callejeros que andan en la costa y que la podían atacarla”, agregó Carlini. En la mañana del viernes 2 llegó la gente de Karumbé y trasladó a la tortuga, que como decía el posteo en Facebook de los guardavidas, está ya en recuperación.
“Nos llena de alegría poder realizar estas acciones ya que consideramos que todas las vidas importan, y es nuestro deber como guardianes de la costa, socorrer a cualquier especie viviente que se presente ante nosotros con dificultades”, decía la publicación de los rescatistas de Kiyú.
TEMPORADA | Formalmente el domingo 4 de abril terminó la tarea de los guardavidas, quienes trabajaron desde fines de diciembre hasta comienzos de marzo en forma ininterrumpida y volvieron a sus puestos para la semana de turismo, algo que ocurre todos los años.
A la hora de evaluar lo que fue la temporada, Maximiliano Carlini mencionó que fue bastante “atípica” y recordó que cuando estaba por comenzar tenían “bastante incertidumbre” sobre lo que iba a pasar, por más que tenían contacto con guardavidas de otros países, por ejemplo España, a quienes habían consultado sobre “cómo trabajaron” durante el anterior verano europeo.
Dijo Carlini que en definitiva la temporada “transcurrió bien”, no hubo problemas en cuanto a aglomeraciones, ya que la “gente respetó el concepto de burbuja”, pero también informó que tuvieron mucho trabajo. En concreto mencionó que tuvieron que intervenir en dos situaciones de rescate y actuar en varias otras situaciones peligrosas. Destacó el vocero de los guardavidas que fue una temporada sin víctimas fatales en el balneario.
Algo que resaltó Carlini fue que el movimiento en Kiyú aumenta cada año. “En esta temporada hubo mucha gente de otros departamentos, en particular de Montevideo que visitó Kiyú. No sé si fue por la pandemia, porque las playas de la capital son más chicas y acá hay espacio para poder estar sin aglomeraciones, pero vino mucha gente. Eso es bueno porque el balneario se difunde y se vuelve más movido cada año”, comentó Carlini.
Claro que esto implica que se hagan necesarios más funcionarios para el servicio. “Nosotros estamos pidiendo que se instale una caseta en la zona del Surí o en la Boca del Mauricio, que es una zona cada vez más poblada. Aparentemente en la próxima temporada eso se logrará y es bueno porque son por lo menos dos fuentes laborales más que se generarán”, dijo Carlini, quien informó que en esta temporada trabajaron 10 guardavidas en Kiyú, aunque en los fines de semana de enero, hubo refuerzo de personal en los paradores Chico y Grande, que es donde la Intendencia considera que se concentra más gente.
Por Javier Perdomo.