En el acto protocolar realizado en la plaza de los 33 Orientales el pasado domingo, con motivo del cierre de las actividades conmemorativas de los 150 años de la ciudad, hicieron uso de la palabra el alcalde Matías Santos y la intendente Ana María Bentaberri.
Santos, ataviado con ropas de gaucho ya que luego bailaría el Pericón Nacional Gigante, comenzó diciendo que lo que convocaba a los presentes era “la necesidad de honrar a esos primeros pobladores llenos de sueños y esperanzas; es también la idea de homenajear a los primeros inquietos que forjaron con esfuerzo aquellas cosas, aquellas primeras necesidades que le fueron dando forma al incipiente pueblo de Libertad”.
“Los años comenzaron a rodar, la ubicación estratégica comenzó a mostrar posibilidades de desarrollo económico, donde la fertilidad de las tierras de la zona fueron un socio excepcional. Los lugareños eran conscientes de las oportunidades y así, desafiantes, fueron dando dinamismo a la economía local”, leyó Matías Santos.
Luego siguió diciendo que así “empezaron las movilizaciones para obtener los primeros servicios: salud, educación y recreación. Las comisiones o grupos de vecinos estuvieron siempre a la vanguardia y a la altura de las circunstancias. Incluso, cuando embanderados con ese localismo que aún nos caracteriza, salimos en busca de la autonomía para Libertad. Aparecieron luego las primeras obras de infraestructura que daban solución a las demandas del momento y así transcurrió el tiempo”.
“Nombres, caras, momentos, fotografías, anécdotas, leyendas, han movido en estos días los corazones de las y los libertenses, que muy orgullosos defienden su identidad”, agregó el Alcalde.
Culminó su breve discurso diciendo: “seguimos desafiantes detrás de nuestro sueños; cuando la solidaridad nos convoca somos capaces de todo porque un vecino vulnerable nos moviliza hasta las entrañas y nos hace ser muy creativos para ayudar. Inflamos nuestro ego y hablamos de ciudad, pero en lo más íntimo y de la manera más cariñosa le llamamos pueblo. Así somos, en esta localidad, obrera, industrial, emprendedora, chacarera, pujante, solidaria, vanguardista y nostálgica; orgullosa de su pasado y protagonista de su presente”.
Dijo de inmediato la Intendente que “no hay historia que se pueda repetir, a lo largo de los años si no aprendemos primero que nada a ser respetuosos y tolerantes con nosotros mismos. Esas historias mal escritas, son las que siempre vamos a querer arrancar”.
“Acá se trabaja sin detenernos en de qué color político somos (muchos aplausos). Somos vecinos de San José, de Libertad, de los pagos chicos, de los que llevamos la camiseta puesta y que cuando hay que jugarse lo hacemos sin mirar etiquetas. Ahora nos toca a nosotros escribir nuevas páginas de esta historia. Ese compromiso debe ser y es cotidiano”.
“Aquí hay familias enteras, que día a día salen a trabajar buscando su propio bien, el desarrollo familiar y apostando al desarrollo de la comunidad. Nos jugamos la camiseta por una convivencia pacífica para nuestros hijos porque ese es el mejor legado que podemos dejar”, dijo más adelante la Intendente, que también recibió el aplauso de los presentes.
Culminado el acto, La Semana consultó a la Intendente sobre si sus palabras estaban dirigidas a quienes manifestaban, a lo que ésta dijo que no, que ella siempre habla de respeto y que quienes se manifestaban lo podían hacer sin ningún cuestionamiento de su parte.
*Imágenes de Sebastián Parentelli.
Por Javier Perdomo.