Sociedad

Fiscal Raúl Iglesias fue trasladado a Artigas; antes de irse, deja sus impresiones sobre su función en Libertad

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El año 2018 estuvo marcado por distintas polémicas en materia de seguridad y la vigencia del nuevo Código Penal transformó a los fiscales en figuras de mayor exposición pública, por el peso que les otorga la nueva normativa. En Libertad, el fiscal Raúl Iglesias muchas veces fue un vocero judicial importante para los medios en un departamento en que la información policial y jurídica se limita a los escasos datos que brinda la Policía a través de sus partes y lo poco que se puede rescatar de “fuentes”, y también fue el oído que encontró la gente para presentar sus quejas y malestares.

Pero la Justicia es un mundo tan dinámico para sus trabajadores que cuando se adecúan a un lugar y la gente se adecúa a ellos, deben partir. Es lo que pasa ahora con Iglesias, quien desde febrero pasará a desempeñarse en la Fiscalía de la ciudad de Artigas. Más allá de la expectativa de su nuevo destino, Iglesias comentó prometiendo a La Semana que “no hay dos sin tres, así que volveré en algún momento. Me van a tener acá de vuelta”. Iglesias tuvo dos etapas como Fiscal en Libertad y por ello la promesa.

Estos cambios bruscos, reconoce Iglesias, son “la parte más difícil de esta profesión, porque uno pretende irse con la familia -a algunos compañeros no les sucede eso y les genera complicaciones-, y también porque cuando uno se acostumbra a un lugar tiene que cambiar toda su vida. Hace amistades, ya está acostumbrado a los ritmos del trabajo, con la Policía, con los jueces. Es un nuevo empezar, cuando te amoldás, volvés a cambiar, por eso decía, no hay dos sin tres y espero -y deseo-, volver por acá en algún momento”, dijo.

Al retirarse, quedan muchos asuntos sin resolver: “al dejar un lugar decís, esto no lo pude terminar, esto me quedó pendiente, pero el que venga los va a seguir y a su vez cuando vas al nuevo destino, te vas a encontrar con lo mismo, que tu colega te deja cosas sin terminar. Es muy dinámico”, comentó Raúl Iglesias.

El, por ahora, Fiscal libertense no tiene problemas de hablar y polemizar sobre el nuevo Código Penal y declara abiertamente que se siente “muy a gusto” trabajando con él, aunque reconoce que “los fiscales debemos tener una mayor capacitación en lo que es la investigación y en la negociación para llegar a mejores acuerdos, porque para negociar se estudia o debería estudiarse”.

FORMACIÓN | Para Iglesias, “la parte más difícil es la del litigio, acostumbrarse a litigar, que es algo que no aprendemos en la facultad y creo que las facultades van a tener que rever eso porque si no vamos a salir con una base jurídica buena, pero nos va a faltar la práctica de litigar y en la cancha demostrar cómo logramos convencer al Juez para ganar el caso, porque si nosotros no ganamos el caso, todo el trabajo previo, realizado a veces durante años, queda en la nada, y con una persona que presumimos culpable, en libertad”.

“Sería bueno que en el futuro exista un espacio donde los fiscales podamos estudiar”, opina Iglesias y comenta luego que “a la Fiscalía se ingresa por concurso, pero sólo necesitás ser abogado. No hay un lugar para estudiar ser Fiscal, estudiás para ser abogado, después tenés que adaptarte a este rol que te toca”.

Consultado sobre qué le atrajo de la profesión, dijo que el sueldo de Fiscal es “aceptable” (unos 140 mil pesos, según la página web de la Fiscalía), aunque sabe que “muchos colegas en la profesión liberal o en empresas ganan mucho más que nosotros. Creo que el atractivo mayor, además de la estabilidad económica, es que me gusta lo que hago, hacer la investigación, llegar a las condenas. Vos te anotás, ves qué pasa y le vas tomando el gustito a lo que estás haciendo o no, hay quienes abandonan la profesión casi de inmediato, pero yo no, yo pienso seguir acá”.

Vio Iglesias como natural el hecho de tener contacto con la comunidad y con los vecinos que solicitaban encontrarse con él. “Nosotros somos servidores públicos y tenemos que rendir cuentas de lo que hacemos, sin dejar de hacer el trabajo. Yo lo hago con gusto, con una cuestión de orden para poder trabajar. Es parte de mi trabajo”.

Si bien reconoció también que con la Policía hubo diferencias en su momento, aclaró que “con ellos somos un equipo y como parte de un equipo a veces hay fricciones naturales y obvias, pero las diferencias se deben hablar y se solucionan”.

Se negó a comentar casos de pública notoriedad, porque del trabajo de otros colegas no habla, aunque sí reconoció que como “fiscales debemos ser humildes y decir que a veces nos equivocamos. Uno a veces piensa que el mejor acuerdo es tal y al otro día, con el diario del lunes, se da cuenta que no. A veces la vorágine te lleva a cometer errores”.

ACUERDOS | Insistió en la necesidad de recibir más capacitación. “Nosotros hemos tenido capacitación, tanto para la investigación y el juicio, tal vez nos ha faltado capacitación en negociación. Hay compañeros que vienen de otros organismos del Estado y tienen otro bagaje en negociación. Toda la capacitación es bienvenida, nosotros estamos en capacitación permanente porque las cosas van cambiando, no podemos quedarnos sabiendo solo lo que aprendimos en la Facultad”, opinó.

Defendió también la existencia de acuerdo, porque si no los “el sistema colapsa si no tenés una válvula de escape, no podés vivir de juicio en juicio, porque no es viable, no es posible, sería mucho menor el porcentaje de éxito. Un juicio, vos no lo hacés en 24 o 48 horas, hablamos de meses o años”. Por eso opina que no hay que tirar “la herramienta por la ventana (el nuevo CPP), reparémosla, ajustemos”.

Aclaró que esos ajustes deben ser flexibles para el trabajo de los fiscales. “Si el legislador acota demasiado, esto se tiene que hacer de esta manera o de esta otra, no pasen tales límites, no hay negociación, no hay margen. Si te ponen límites amplios, el arte de la negociación está en que obtengas el mejor acuerdo posible. El operador tiene que tener margen e independencia técnica, no puede ser todo estructurado. Nada se soluciona con una bajada de línea a partir de la cual no puedas moverte”.

VIOLENCIA DOMÉSTICA | Consultado por último sobre si se verifican muchos casos de violencia doméstica en Libertad, dijo que en la ciudad particularmente no, pero sí hay muchos casos que llegan desde Ciudad del Plata. Respecto al tema dijo que “es una problemática muy grande, creo que nos faltan medios, muchos más asistentes sociales, más personas que estén en el campo, porque desde la Fiscalía a veces las medidas son muy drásticas, o blanco o negro, no hay soluciones intermedias. Creo que el abordaje puede ser más efectivo si es más educativo, más social. Nosotros tenemos que ser el último eslabón de la cadena”.

Dijo por último que en general, el mayor cúmulo de casos que se dan en la Fiscalía libertense provienen de Ciudad del Plata y del “penal”. También comentó que no sabe si tendrá sustituto en el cargo que desempeña en Libertad.

Por Javier Perdomo.

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