¿Nunca oyó hablar de la colina? Bueno, es un espacio en las afueras de la localidad de Puntas de Valdez de la cual jóvenes de todas las edades se han apropiado los sábados de noche y que hoy está en el debate público luego de las quejas que algunos vecinos han realizado. Si uno se lleva por los comentarios que surgen en las charlas de almacén, estamos ante una especie de caos incontrolable, pero la visión de gente de mediana edad -que aún recuerda lo que era ser joven-, la situación no es para tanto, por más que como en toda aglomeración de gente, algún inconveniente siempre se genera.
Desde la aparición del coronavirus, las posibilidades de diversión para las generaciones jóvenes quedaron absolutamente limitadas, debido al cierre de los centros de esparcimiento. Por ello han ido encontrando espacios al aire libre donde reunirse, escuchar música, tomar algo y reírse. Pero esto siempre provoca malestar en alguna gente -como ocurrió en Libertad hasta hace un mes atrás-, por más alejado de los centros poblados que estén los puntos por ellos elegidos.
En la sesión de la Junta Departamental del pasado lunes 6 de setiembre, la preocupación por lo que pasa en “la colina” fue presentada por cuatro ediles, tres de ellos de Puntas de Valdez (los tres suplentes). Se trata de Lorena Rodríguez, Mauro Daveri, María Benzano y el colorado Alfredo Lago, quienes habían participado de una reunión que se había realizado el jueves 2 de setiembre con el jefe de Policía Orestes Leles en el salón Horacio Hernández.
Según lo informado por la edila María Benzano (suplente de la lista 33 del PN), en esa reunión fue que se planteó “la preocupación por las reuniones que se dan los sábados en la colina”. Si bien se realizaron cuestionamientos a la Policía por no contar con presencia policial permanente en la localidad del kilómetro 61, buena parte del encuentro se centró en hablar de lo que ocurre en las noches de sábado en “la colina”.
Según lo narrado por María Benzano hace un tiempo que allí “comenzaron a haber inconvenientes; se realizan picadas de motos y de autos, la música está por encima de los decibeles permitidos, se han dado roturas de vidrios en casas de vecinos y eso ha generado preocupación de muchos vecinos”.
Es por eso que junto a los otros tres ediles, “presentamos una moción en la Junta Departamental para informar a las diferentes autoridades para ver de qué manera se puede encaminar la situación para que mejore”, mencionó Benzano, quien añadió luego que “se presentó una moción simple en la que se solicita al Centro Coordinador de Emergencia Departamental (CECOED), al Ministerio del Interior, al INAU, para que tomaran conocimiento de la situación y ver de qué manera intervenir de forma de mejorar la situación que allí se registra”.
PARA MEJORAR | La Edila aclaró que el grupo de ediles no quiere ir en contra “de nadie, mucho menos de los jóvenes. Entendemos que quizás del 100% de la gente que se reúne ahí, sea una minoría los que generan inconvenientes. De lo que se trata es de mejorar la situación y que todos podamos tener una convivencia pacífica”.
Luego de una discusión intensa en el deliberativo y a instancia del Frente Amplio se resolvió enviar una solicitud para que se haga una “intervención interinstitucional”, con participación del Ministerio del Interior (MI), la Oficina de la Juventud, la Junta Local de Puntas de Valdez, al MSP, al INAU y el CECOED, para que en conjunto puedan encontrar una solución.
Volvió a aclarar la representante nacionalista que “nosotros entendemos que los jóvenes necesitan reunirse y tener un lugar donde hacerlo, pero también es válida la preocupación de los vecinos”. Insistió en que es probable que quienes causen los problemas, ni siquiera sean vecinos de la localidad de Puntas de Valdez.
OTRA MIRADA | Una visión muy diferente tienen de la situación los jóvenes, que por redes sociales han expresado su rechazo a los cuestionamientos surgidos desde las personas mayores y otros, no tan jóvenes, pero que tienen una visión más amplia, no tienen la misma visión que los ediles denunciantes y que los vecinos que cuestionan a los jóvenes, aunque prefieren mantenerse en el anonimato para no enfrentar los cuestionamientos de esos mismos vecinos que están molestos.
“Yo no lo veo como lo ven ellos. Los que se reúnen en ‘la colina’, en su gran mayoría son gurises que quieren divertirse y que van a pasarla bien. El predio donde se juntan está apartado del pueblo (para orientarlo, se ubica donde estaban hasta hace poco tiempo los restos de un avión de Pluna). Se fueron para ahí porque los corrieron de donde se reunían antes. Ellos se juntaban frente a un supermercado en el medio del pueblo y los fueron sacando, naturalmente se fueron para allá”, comentó un vecino que habló con La Semana.
Este vecino coincidió con la edila Benzano en que se dan “algunos disturbios, porque viene gente de otros lados, pero pienso que con un poco de control de la Policía estaría bueno como lugar de encuentro de los jóvenes”.
“Le metieron un color bárbaro a la situación. Es como sucede siempre acá, en lugar de canalizar lo que ocurre para hacer algo bueno, le buscan la vuelta por el lado malo, les quieren serruchar el piso a los jóvenes”, añadió el vecino consultado.
En opinión de esta persona, la localidad de “Puntas de Valdez es un lugar genial para que haya algo para los jóvenes de todo el departamento. Está a medio camino de todo; de Kiyú, de Libertad, de Rafael Perazza”.
En definitiva, como siempre ocurre, los que pierden son los jóvenes, que mientras esperan que las autoridades sanitarias permitan las reuniones en lugares cerrados, no tienen dónde encontrarse, porque siempre molestan a alguien.
Por Javier Perdomo.