Los constantes cambios de estrategias que ha motivado la pandemia en el ámbito de la enseñanza, están afectando la calidad de la educación de los niños uruguayos y es de suponer que en el resto del mundo también. La virtualidad comienza a ser un lujo (el Plan Ceibal no tiene actualización y las “ceibalitas” se están volviendo obsoletas o se rompen), y hay miles de niños que no pueden conectarse. Eso, sumado a que tienen unos días de clases presenciales y después vuelven al confinamiento, genera un combo que afecta a la educación y la socialización de las futuras generaciones.
De todo eso habló con La Semana Sebastián Rodríguez, actual principal referente de la Asociación de Maestros del Uruguay (ADEMU), en San José, quien comenzó refiriéndose a cuáles son las dificultades con la virtualidad. La principal, dijo Rodríguez, “tiene que ver con la conectividad en algunas familias por los escasos recursos que tienen de todo lo que rodea la virtualidad”, ya que “la virtualidad no es solo el tema de la computadora, que en el mejor de los casos puede estar bien, sino que es todo lo que gira en torno a ella”, como por ejemplo “la capacidad que puedas tener internet en tu casa o la capacidad de moverte o no para obtenerlo”.
ANTECEDENTES | “Nosotros estamos en una etapa donde la movilidad está restringida en las escuelas, que pasaron de ser lo más seguro a lo más inseguro. Son las escuelas las que están cerradas y no hay una orientación respecto a que vayan a cerrar otras cosas, porque tenemos los bares abiertos, oficinas, shoppings o centros comerciales están abiertos. Nosotros entendemos que la virtualidad es un recurso paliativo ante la no presencialidad, pero lo que debería suceder ahora es ver cómo todos los niños pueden tener conectividad y entrar a buscar un camino hacia la presencialidad segura, porque si la virtualidad se extiende en el tiempo, corremos grandes riesgos”, dijo el dirigente de ADEMU San José.
Para ello, entiende Sebastián Rodríguez, “Primaria debe conocer en detalle cómo están los edificios escolares y ahí ver cuál es la población que tiene y la estrategia que se puede usar para que esa población pueda asistir. Para nosotros el error que tuvo la administración fue haber anunciado que se iba a tener un 100% de presencialidad en 2021. Cuando en febrero se salió a decir eso, parecía una locura. Primero se dijo que se iban a contratar o adquirir aulas móviles, de las que no se adquirió ninguna, y después que se iban a contratar con otras instituciones locaciones externas. Pero de eso no se hizo nada”.
Por eso es que “nosotros insistimos con la creación de un ámbito de conversación, porque esto no es de negociación, porque el que gobierna es Primaria, pero sí queremos abrir un ámbito en el que todas las partes sepan de qué forma vamos a volver”.
EL REGRESO | Para el regreso, dijo Rodríguez “hay que cambiar las rutinas. Entiendo que me digas que la distancia entre alumnos debe ser de un metro, pero es imposible en grupos de 36 o 37 alumnos mantener esa distancia, porque los salones en la mayoría de las escuelas, están lejos de poder cumplir esa distancia”. El dirigente gremial dijo que después del 3 de mayo, “se va a volver de una forma gradual, salvo que en este período Primaria tenga un plan de retorno serio y comprometa a todas las partes”.
Al especificar qué entiende por gradualidad, Rodríguez puso un ejemplo: “si un quinto tiene 36 gurises, no van a ir los 36 juntos, vamos a subdividir los grupos, trabajaremos en dos turnos si es necesario, es decir buscar la mecánica para poder empezar de alguna forma la presencialidad; porque ellos apuntan a que todo se soluciona con la vacunación. Está bien, es una forma de dar cierta tranquilidad a las familias, pero la vacunación no brinda 100 % de seguridad”.
Consultado sobre si un niño puede estar largo rato concentrado, estudiando, frente a una computadora, Sebastián Rodríguez dijo que “el proceso de enseñanza y aprendizaje está precedido de un ambiente escolar desde el punto de vista institucional. La institución escolar tiene un contexto, un ambiente. Eso desde la virtualidad se pierde, que el niño pueda estar concentrado durante determinado tiempo no lo dudo, pero los agentes externos son otros; los estímulos externos que están alrededor, son diferentes del que te brinda la escuela”.
VINCULACIÓN | “El ambiente escolar está al servicio del niño para apoyar su desarrollo y en el ambiente de la familia pueden estar o no. Hay otros condicionantes. A veces nosotros vemos esas situaciones que frente a una pantalla, el niño puede o no captar la atención, pero después entran en juego otros indicadores: una conexión que se te puede trancar, que las herramientas del programa Crea -al ser de uso masivo-, en determinados horarios se está trancando; es decir, hay que tener en cuenta todas esas cosas”.
Según Rodríguez “a lo que se está apuntando es a mantener la vinculación de los alumnos; los niños y la familia deben estar vinculados con la enseñanza, porque vos podés tener una problemática mayor cuando se desvincule la familia, esos chicos desaparecen del sistema y costará retomarlos nuevamente”.
“Ahora al implementarse un sistema de guardia en las instituciones, básicamente se va a tratar de llamar y hablar con las familias que la tienen jodida desde la virtualidad. La guardia está pensada para que sea un mínimo de horas y la mínima cantidad de personas posibles presentes en las escuelas. Hay que ser muy cuidadosos con el tema de las familias que asisten a las escuelas, porque aquellas familias que tienen problemas con la conexión, pueden contactarse con la escuela para que de una forma u otra, tener alguna solución a la hora de conectarse y si van todas juntas se pueden generar problemas”, dijo el docente.
LOS PROBLEMAS | Respecto a cuáles entiende que son las principales dificultades que sufrirán los alumnos con la virtualidad, Sebastián Rodríguez, dijo primero que los docentes sabíamos que el cierre de las escuelas se iba a hacer -no había forma de no hacerlo-, producto del crecimiento de la pandemia y también sabíamos que se iba a dilatar hasta fines de abril el regreso cuando anunciaron que la vuelta a la presencialidad sería el 12 ¿Cuál es la dificultad principal? Tiene que ver con el aprendizaje. En Educación Inicial, por ejemplo, tenemos una generación de 3 años que el año pasado tuvo tres días de clases, que este año ingresó a 4 años y que tuvo a lo sumo 10 días de clases. Estamos hablando de una etapa de iniciar a aprender la lectura y escritura con la que ya estamos en una situación bastante compleja”.
“Si la virtualidad se extiende en el tiempo va a hacer una mella enorme en esos niños, agregó Rodríguez, que luego aclaró que “esto no tiene que ver con la capacidad que tengamos los docentes de dar las clases en forma virtual, hay algo que te da la presencialidad que no es posible con la virtualidad porque el sistema educativo nuestro está hecho para ser presencial. El contexto escolar enseña. Si esto se profundiza, la brecha se profundiza cada vez más”.
Dijo por último que “con condiciones óptimas de conexión y con una familia que pueda apoyar, se puede hablar de un proceso de enseñanza y aprendizaje mixto positivo, pero esos son los menos casos”.
