Allá por mayo del año 2015, La Semana publicaba una nota sobre un grupo de vecinos de Libertad, vinculados a la industria de la construcción, que querían conformar una cooperativa para fabricar y comercializar ladrillos ecológicos, usando una compresora hidráulica por ellos mismos fabricada. De aquel proyecto original al presente han pasado cuatro años y muchos cambios, pero el presente parece venturoso para las ocho personas que son parte del proyecto.
Aquella compresora artesanal inicial, pronto se vio que no permitiría tener una producción que redundara en un ingreso para todos los integrantes de la cooperativa, por lo que debieron apuntar a conseguir los fondos para la adquisición de maquinaria más apta para producir en grandes cantidades. El objetivo era montar una fábrica.
El siguiente paso fue lograr un terreno para instalarse y en ello tuvieron el respaldo de la Intendencia josefina, que les cedió en comodato un terreno sobre calle Rivera –esquina camino a Buschental-, en tanto iniciaban gestiones a nivel nacional para obtener los fondos que les permitieran adquirir la maquinaria para producir.
Fue así que llegaron a la elaboración de un proyecto para participar de un programa de fondos no reembolsables de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), y Biovalor, en el marco de un proyecto de economía circular, del que también participa la curtiembre Bader.
El proyecto de la hoy llamada Cooperativa de Ladrilleros Ecológicos Libertad, fue seleccionado, se les otorgó un fondo no reembolsable de 100 mil dólares y al cierre de marzo, se cumplió el primer trimestre de trabajo en esta etapa del proyecto, que permitirá que desde julio –quizás agosto-, la fábrica de la cooperativa comience a producir y poner a la venta sus primeros ladrillos.
PRIMEROS PASOS | Según contó Natalia Batista –que con su hija recibió a La Semana en el predio en que funcionará la fábrica-, durante el primer trimestre les otorgaron una primera partida de dinero, que ahora deberán rendir, para recibir una segunda. “Ya compramos algunas cosas, el elevador, que lo tenemos en el galpón de un vecino, ahora se compró la cinta transportadora, que nos saca los ladrillos de un lado hacia otro. Nos falta ahora la maquinaria grande y los materiales para hacer un galpón”, comentó Natalia Batista.
La nueva compresora debe ser adquirida en Brasil. “Tenemos que pagar un 50% por adelantado para encargarla, porque ellos la tienen que armar, y después pagar el otro 50% antes que la manden. Nos demora unos dos meses en estar acá, pero hasta que no tengamos el galpón no la podemos traer”, explicó Batista, que añadió que esa maquinaria tiene un costo de 60 mil dólares. La maquinaria adquirida permite producir 3800 ladrillos por turno diario de trabajo.
Precisamente el galpón al que se refiere Natalia Batista, lo irán construyendo en este tiempo los integrantes de la cooperativa, con materiales tradicionales, “porque la máquina que teníamos nosotros se rompió; la idea es arreglarla para que esté en funcionamiento pero no para utilizarla en la producción, sino para guardarla porque fue hecha por ellos (Santiago Terra y Hugo Rolando). Será algo como para el museo de la coope”, dijo.
“El galpón debe estar pronto para el segundo trimestre, o sea que para julio tendríamos que tenerlo pronto. Llegamos bien, nos está demorando el inicio de la obra la instalación de la luz, que demora unos 40 días”, dijo la integrante de la cooperativa.
BIOVALOR | Pero el galpón no es la única obra a hacer, ya que después hay que construir los “piletones” para almacenar los desechos –lodos y cenizas-, que aportará la curtiembre Bader, que es parte del proyecto de economía circular por el cual ganaron el fondo.
“Nosotros usamos tierra y cemento y con los lodos y las cenizas, se hacen las mezclas”, explicó Natalia, que comentó luego que la maquinaria adquirida no precisa que los materiales estén bien secos (como si los necesitaba la compresora armada por integrantes de la cooperativa), por lo que podemos trabajar con materiales más húmedos”, dijo Natalia Batista.
Consultada respecto a si ya han hecho pruebas con los materiales aportados por la curtiembre, Natalia Batista dijo que si, “cuando empezamos con esto de ver si podíamos trabajar con ellos, se trajeron algunas tarrinas para probar cómo eran”. Explicó que la conexión entre ellos y la curtiembre la realizó la Oficina de Desarrollo de la Intendencia, ya que para ellos (la curtiembre), el de los desechos es un problema grande.
“Hasta ahora los están enviando a Montevideo, pero querían reutilizar esos desechos y a nosotros nos servía. Nosotros no les cobramos el depósito y ellos se comprometen a ayudarnos económicamente a hacer los piletones. Después se irá viendo de qué forma iremos trabajando juntos, es algo a largo plazo.
Consultada sobre cómo está la cooperativa, Natalia dijo que “está bien, seguimos estando los ocho que comenzamos esta última etapa del proceso, todos trabajando en otras cosas, pero estamos locos de la vida, porque vamos avanzando; después de casi abandonar porque veíamos que estaba todo muy lejos, hoy está todo muy cerca”.
Pero este fondo no reembolsable no es el único que obtendrá la cooperativa porque, según comentó Natalia Batista, ahora están “trabajando con una cooperativa de consultores, que nos ayudaron a presentar un proyecto para el FONDES (Fondo de Desarrollo). Estamos a la espera para que lo firmen los ministros, pero casi está aprobado; ese sería otro aporte económico, que sí deberemos pagar, que se invertirá en terminar la fábrica y la compra de algún vehículo. Ahora tenemos más holgura”.
Natalia Batista se mostró sorprendida por el respaldo que han logrado. “Hay muchos fondos, muchas ayudas, es conocerlos y llegar a ellos; uno a veces no se da cuenta todo lo que te dan; tenés que buscarlos y presentarse. No te las vienen a ofrecer, tenés que buscar, pero las herramientas están”, dijo la integrante de la cooperativa.
NERVIOSAS | Comentó luego que ANDE y Biovalor harán un seguimiento del proyecto luego de comenzada la producción. “Es un seguimiento por un año y después por un par de años más seguiremos en contacto, quizás con algunas inspecciones, pero luego debemos seguir solos”, comentó.
Como corolario de esta etapa, este miércoles 3 de abril en Montevideo, en lugar a definir –iba a ser en el Teatro Solís, pero ADEOM está de paro y por ello al cierre de esta nota se buscaba un lugar alternativo-, Natalia junto a Eugenia Romero, presidenta de la cooperativa, serán las encargadas de presentar su proyecto, en la presentación de los ocho proyectos adjudicados en esta primera etapa y el lanzamiento del segundo nuevo ciclo de economía circular.
“Estamos nerviosas, porque habrá mucha gente, pero conocemos bien el proyecto que tenemos y esperamos poder contar bien en qué consiste”, comentó Natalia Batista, para culminar el encuentro.
Por Javier Perdomo.
