Durante el acto de colación de grado de Formación Docente que tuvo lugar en el Teatro Macció de la capital departamental, la consejera por el orden docente en el Consejo de Formación en Educación (CFE), Nirian Carbajal, habló con La Semana sobre los desafíos y dificultades que enfrenta la formación docente a raíz de la transformación educativa en curso. Las modificaciones implementadas, tienen “un impacto significativo” en la formación de los futuros educadores, lo que genera preocupación a docentes y estudiantes.
Una de las principales dificultades señaladas por Carbajal es la disminución en el número de inscripciones en formación docente. Según dijo, en 2024 se registró una matrícula de 4.150 estudiantes, una cifra que muestra un descenso en comparación con años anteriores, cuando la inscripción alcanzaba los 5.000. Esta caída ha encendido alarmas en el sector educativo, dado que la reducción en la cantidad de estudiantes que ingresan a la formación docente podría tener implicaciones en la calidad y cantidad de los educadores disponibles para el sistema educativo.
Carbajal identificó los factores que han influido en esta disminución. Uno de ellos es la implementación de nuevas regulaciones para el ingreso a las carreras de formación docente, que incluyen pruebas de admisión y requisitos adicionales que, en ocasiones han limitado el acceso de estudiantes. “Este año se mostró una matrícula de 4.150 estudiantes. Veníamos de 5.000. En algunos momentos había sido mayor el ingreso a primer año, por primera vez, a una carrera”, explicó Carbajal. Esta tendencia a la baja se ha visto agravada por la aplicación de pruebas de ingreso que los estudiantes deben aprobar para continuar con su formación. Aquellos que no se presentan o no logran superar estas evaluaciones ven restringido su acceso a las carreras docentes.
Otra dificultad es la exigencia de que los estudiantes que tienen asignaturas pendientes del bachillerato regularicen su situación antes de una fecha límite. Según la normativa actual, los estudiantes deben haber aprobado todas las materias previas de secundaria antes del 30 de abril del año en que ingresan a formación docente. Esto ha afectado a una parte significativa de los postulantes que, debido a dificultades académicas, no lograron cumplir con este requisito y por ello quedaron fuera del sistema.
Además, para ciertas especialidades, como el profesorado en idiomas, se ha establecido una prueba de admisión que también genera exclusión de estudiantes. «Aquellos que tienen pruebas de admisión por idioma, si la pierden, tampoco pueden ingresar», comentó Carbajal. Estas medidas han contribuido a la disminución de la matrícula. Esto genera inquietud entre los actores del sistema educativo, que ven con preocupación el futuro de la formación docente.
CARGA HORARIA| Otra de las dificultades mencionadas por Carbajal es el aumento de la carga horaria que trajo consigo el nuevo plan de estudios. Según informó, la reforma educativa introjudo mayor cantidad de horas de clase para los estudiantes, lo que genera problemas de compatibilidad con la vida laboral y familiar de muchos de ellos, “Hay que revisar un plan que está siendo muy extenso en el horario”, dijo.
“Es una carrera con mucha dedicación horaria, se van a las 15 horas para los estudiantes de primer año”, comentó la consejera. El aumento en las horas de clase afecta de manera particular a las estudiantes, ya que la mayoría de quienes cursan formación docente son mujeres mayores de 25 años que compaginan sus estudios con trabajo y responsabilidades familiares, tal cual lo establecen los datos proporcionados por el CFE al detallar el perfil promedio de los estudiantes de formación docente.
“Tanto horario volvió mucho más difícil también ubicar a los distintos grupos y cursos, extiende los turnos y complejiza la permanencia de los estudiantes en los institutos”, comentó.
PARTICIPACIÓN | Otro de los problemas identificados por Carbajal es la falta de participación de docentes y estudiantes en el diseño y elaboración del nuevo plan de estudios. Según la consejera, el actual fue propuesto e implementado por las autoridades políticas sin tomar en cuenta la voz de los educadores ni de los propios estudiantes, lo que ha generado dificultades adicionales, ya que las personas directamente afectadas por los cambios no han tenido oportunidad de expresar sus preocupaciones o sugerencias antes de que se implementaran las reformas.
«Es un plan que llegó y se propuso por las autoridades políticas. No ha sido escuchada la voz de los estudiantes ni la de los educadores. Por lo tanto, ha sido muy complejo intervenir en la construcción y diseño del plan», dijo Carbajal. La falta de consulta y consenso derivó en la imposición de un modelo que no responde adecuadamente a las necesidades reales de quienes participan en el sistema de formación docente, según Carbajal.
Dijo que la implementación de este nuevo plan ha impactado en la organización interna de los institutos de Formación Docente. Carbajal mencionó que se han suspendido o cesado varias instancias de coordinación académica. Entre los cambios que los docentes más cuestionan está la inactividad de las comisiones de carrera, que eran responsables de supervisar el desarrollo académico de cada especialidad.
A su vez, las comisiones encargadas del desarrollo curricular, que permitían a los docentes participar en la construcción de los planes de estudio, también dejaron de convocarse, lo que ha generado, según Carbajal, una ruptura en el proceso de mejora continua de la formación docente, ya que las comisiones solían ser espacios en los que se discutían y evaluaban posibles cambios para mejorar la calidad de la educación. «Se modificó totalmente lo que veníamos intentando construir», dijo.
REVISIÓN | A la luz de estas dificultades, Carbajal habló de la necesidad de revisar el plan de estudios actual. Esa revisión, dijo, “es fundamental para garantizar que más estudiantes puedan acceder y permanecer en las carreras de formación docente”. La situación actual, en la que muchos estudiantes se ven obligados a abandonar sus estudios debido a la excesiva carga horaria o a las exigencias administrativas, plantea un desafío que, según Carbajal, debe ser abordado de manera urgente.
Sin embargo, la posibilidad de modificar el plan no parece cercana, dado que, según Carbajal, las autoridades educativas han impuesto una estructura rígida que no permite demasiada flexibilidad. «Ha sido muy poca la licencia que hemos tenido en esos cambios o en esas mejoras. Y entendemos que el plan necesita una revisión profunda», afirmó.
Imagen cedida.
Por Katherine Martínez.
