El club de niños y niñas inclusivo Mitareko, realizará una actividad recreativa el próximo sábado 18 de marzo en la plaza de los 33 Orientales desde las 16 horas, para invitar a incorporarse a sus actividades para este año 2023, que en materia educativa está recién comenzando.
Blanca Hernández, quien está al frente de Mitareko, desde que fuera habilitado, contó a La Semana que la idea es recibir el año lectivo y “abrir un poco más el centro a la comunidad, porque nos conocían más antes como CANCADI (Centro de Atención a Niños con Capacidades Diferentes), y no nos conocen tanto como club de niños Mitareko”.
Hernández comentó que quienes asistan a la plaza libertense este sábado, “se van a encontrar con música, con juegos, llevaremos algunas golosinas para convidar, y estará todo el equipo de trabajo presentando la propuesta, contando lo que vamos a hacer en el año”.
Según la Directora de Mitareko, “este año que se renovó el personal y las propuestas” y el sábado en la plaza, la intención es que se vea lo que estamos haciendo porque tenemos cupos disponibles y la idea es que se arrimen más niñas y niños”.
Según dijo Hernández, si bien como club de niños tienen más cupos que cuando eran Cancadi (son 60 lugares), tampoco “la gente conoce y no tiene muy claro qué es un club de niños inclusivo. Recordó que para el INAU (Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay), “somos el primer club de niños y niñas inclusivo en el país, lo que implica que tengamos cupo para chicos con discapacidad”.
En cuanto a los servicios que ofrece Mitareko, dijo Hernández que “la propuesta que tenemos es para todos, porque no hablamos de chicos con o sin discapacidad, porque precisamente la inclusión es no diferenciar”.
“Aportamos apoyo pedagógico, que es una demanda de los padres, también hay apoyo psicomotriz, que es muy importante para los más chicos, pero también para los grandes, porque en los talleres que hace la psicomotricista, entre otras cosas se hacen talleres de cocina, área en la que se aprenden muchas cosas, más allá del manejo de las manos”, agregó Blanca Hernández.
“También hay otros talleres que realizan los educadores”, dijo y recordó que “los niños que atendemos van desde los 5 hasta los 12 años y 11 meses. Para los chicos con discapacidad es un año más, es hasta los 12 años y 11 meses”.
INTEGRACIÓN | Consultada sobre qué piden los padres que envían a sus hijos a Mitareko, dijo que les plantean “la necesidad de cubrir tiempo libre, porque los chicos están cuatro horas en la escuela y acá a contraturno, lo que ofrecemos –algo que es muy importante para los gurises-, es la integración con pares, porque en general los chiquilines, cuando están en la casa están conectados o en la calle y acá están contenidos, en un espacio seguro, donde hacen un montón de actividades y a la vez interactúan con gentes de su edad, conocen otras realidades. Eso les enriquece un montón”.
Blanca Hernández mencionó que INAU “les financia un cupo de 60, que es muy movedizo, es mucha la gente que se va y la que entra. Hay chicos que venían del centro de referencia, que se han ido yendo. Nosotros hablamos de cupos abiertos porque la idea es ir ingresándolos de todas formas, aunque sean atendidos fuera de padrón, aunque no nos paguen por ellos. Desde que éramos CANCADI, siempre tuvimos la costumbre de atender tres, cuatro o cinco niños fuera de cupo, si la demanda estaba”, comentó.
Comentó por último Blanca Hernández que si bien Mitareko es el primer club de niños inclusivo, ya hay otros que están en proceso de conversión y que la idea de INAU “es elaborar un perfil para club de niños inclusivo porque no lo tenía”.
Imagen: Blanca Hernández, directora de Mitareko.
Por Javier Perdomo.
