Patrimonio viviente de la cultura popular, con matices de intelectual, graduado en las dos historias en la que estudio desde las amarillentas páginas de los libros y la suya. Amigo de sus amigos con cero egoísmo y un sello inimitable en el decir Ignacio “Nacho” Suarez es el testigo de toda una época de rebeldía y revolución, creada desde nuestros cantores uruguayos complementando su acervo personal, con todas las ramas del arte.
No hay tema al que le huya y para todo, desde su impronta, tiene una respuesta, una anécdota y si es necesario hasta una sentencia. No pasan inadvertidos ni la corbata y ni el sombrero, que son parte de una personalidad que ha recorrido tantos boliches como bibliotecas, tanto horas en televisión como en estudios de radio.
Comunicador, entrevistador y animador de eventos, los espectadores reciben su mensaje con respeto y admiración.
La Semana dialogó con Ignacio Suarez en su visita a Ciudad del Plata, en el marco de la presentación del libro “Los Quijotes Criollos (cuentos desde Ciudad del Plata)”.
No es fácil entrevistar a alguien que uno admira y ha seguido parte de su vasta trayectoria, entonces dejamos correr los minutos en el grabador y comenzamos por el final, su vinculación con la centenaria Cumparsita.
Suarez contó que el pasado “19 de abril, el Teatro Solís fue el lugar donde se presentaron los solistas de la Orquesta de Tango de Montevideo dirigida por el maestro Álvaro Hagopián, con la Dirección Artística de Ignacio Suárez y la Dirección General de Alexis Buenseñor. Por allí pasaron artistas como, los maestros Néstor Vaz y Martin Pugin (bandoneones), Matías Cracium y Nicolás Giordano (violines), y Jorge Pi (contrabajo), y se lucieron intérpretes de importante y destacada trayectoria como Ricardo Olivera, Valeria Lima, Olga Delgrossi, Elsa Morán y Jorge Nasser y bailaron Esteban Cortés, Virginia Arzuaga, Rodrigo Fleitas, Iahara Stolarsky, Mayte Bachman, Mercedes Fariña y Juan Macedo”.
Este encuentro fue proyectado con el tiempo suficiente como para ir plasmando simultáneamente un libro de próximo lanzamiento donde en su rol de periodista Suarez recoge el sentir de varios tangueros con el motivo central de los 100 años de La Cumparsita, que está a unos días no más del lanzamiento.
Suarez no puede escapar a sus recuerdos de Yamandú Palacios, cuando juntos crearon “Poetas al Sur”, “María de las esquinas” o el inmortalizado con la voz de Alfredo Zitarrosa “Los boliches”, tema que el mismo Zitarrosa le pidiese para incluirlo en su LP “Antología”.
Historias de madrugadas y festivales con Rubén Lena en años donde al cantor o creador se las tenía que ingeniar para decir, lo que no les dejaban decir.
HISTORIAL| Ignacio “Nacho” Suárez, poeta, docente, escritor, productor y periodista, nació en Rocha el 9 de setiembre de 1944, vivió en Montevideo desde su adolescencia, donde comenzó una intensa actividad artística, cultural y comunicacional en televisión, radio, prensa y publicidad.
Fue declarado Ciudadano Ilustre de Montevideo en 2008, tiene de San José los mejores recuerdos y cuando pisa tierras josefinas con él llegan “Paco” Espínola y Wenceslao Varela. Se declaró además, admirador de lo realizado por el ex director de cultura Juan Carlos Barreto y sin querer mezclar los tantos La Semana le consultó sobre la reciente separación de su cargo. Suarez dijo: “la política partidaria, no le puede ganar la pulseada a la política cultural y la gestión. Pienso que fue una decisión apresurada”.
Unió tantas historias vividas como leídas, fue desde Mattos Rodríguez, hasta la desaparición física de Daniel Viglietti y dijo: “me estoy cansando de ir a despedir hermanos con los que conviví tanto tiempo, aunque ellos no se van y queda obra. Milagro de la humanidad extender la vida a través de su obra, cuanto más las cantemos, cuanto más recitemos ellos no morirán”.
Quedan historias para contar y un encuentro pactado para más adelante, donde aunque sea difícil podamos hablar desde otro lugar que no llene el cuestionario de recuerdos y alguna anécdota en común, que nos separe de aquel Fiat 600 donde había que ser cuidadoso porque cada hoja, podía ser un documento.
Por Carlos García.