Culminó el pasado domingo la 73ª Exposición Internacional de Ganado Lechero que anualmente organiza la Asociación Rural San José (ARSJ), en la ciudad de San José de Mayo. Este año el tradicional evento, cuyo prestigio se extiende a nivel nacional, se desarrolló en un contexto de preocupación a raíz de la amenaza de Brasil de suspender la importación de lácteos desde Uruguay por tiempo indefinido, que finalmente no se concretaría según lo anunciado por el Presidente brasileño Michel Temer al presidente Vázquez.
En ese marco y al cierre del evento, el Presidente de la ARSJ, César Zunino, señaló en su discurso que la situación que atraviesa el sector lechero continúa “preocupando, ocupando y desvelando. ¿Qué esperamos de la lechería?, ¿dejamos que se destruya?”, cuestionó frente al público y a las autoridades presentes.
En dos años se cerraron más de 240 tambos lo que afectó, en consecuencia, en un 20% a los puestos de trabajos que gracias a ellos se generan. Zunino añadió que ello ha contribuido a su vez al aumento de la deuda que poseen los productores. Al día de hoy ésta se sitúa en un 50%, mientras tanto, para el caso de la deuda que mantiene la industria láctea ascendió a un 62%, esto es más de 380 millones de dólares; “se debe el total de las vacas lecheras del país”, dijo el titular de la ARSJ.
PROPUESTAS | Zunino sugirió en su discurso distintas soluciones para revertir la realidad actual. Propuso que Uruguay actúe en pos de lograr “más mercados y más confiables, mercados de calidad y relaciones comerciales sustentables”, en contrapartida a lo que caracterizó como “negocios por afinidad” o por “intereses ideológicos”. Opinó que no se puede esperar a que “solamente los mercados internacionales resuelvan los problemas”
Zunino lamentó en ese marco los “altos costos de producción” por entender que eso contribuye al problema, “hacen que la lechería no sea rentable, esto no es nuevo y el gobierno lo sabe”.
Abordó en la oportunidad algunas propuestas que ya han sido sugeridas en otras oportunidades, como la baja del precio del gasoil y de la energía eléctrica. “El precio que pagamos por el litro del gasoil es uno de los aspectos a considerar si se pretende salvar al sector”, dijo.
En cuanto a la regulación del precio del gasoil para favorecer al sector, Zunino dijo que es “una medida que el gobierno ya debería haber tomado para comenzar a mejorar la competitividad de un sector que atraviesa una de las crisis más importantes de su historia”.
“La cuenca lechera en su conjunto explica casi el 42% del consumo del gasoil mensual del país, sin considerar Montevideo”, informó.
A continuación explicó que la evolución del precio del gasoil en el país en relación al de la importación no ha dejado de crecer desde el año 2014, situándose en el entorno de los 12 pesos por litro.
“Si el sector explota 7071 hectáreas y el 65 % del área consume en promedio, 60 litros de gasoil por hectárea cada año, la lechería consume como mínimo 30 millones de litros de gasoil por año. Esto multiplicado por 12 pesos que surgen de la diferencia de precio de paridad de importación, el sector viene pagando anualmente casi 13 millones de dólares más”.
En esa línea, se refirió de igual forma al costo elevado de la energía eléctrica pese a que reconoció que desde el Gobierno ya fueron tomadas algunas medidas al respecto. No obstante las calificó como “absolutamente insuficientes. Seguimos aumentando la carga fiscal y a un país caro se le hace aún más caro a la familia rural”.
Zunino sugirió, además, y en referencia al abandono de los campos por parte de las familias que se van a la ciudad en busca de mejores oportunidades laborales, una “política de repoblamiento”. Recordó que Uruguay es un país con tierras fértiles y gente trabajadora, pero que, sin embargo “el campo tiene vacas pero no tiene gente”.
“No puede ser que la única alternativa sea la extranjerización y la concentración de la tierra”, sentenció y a continuación criticó a la Inclusión Financiera por entender que es una política que excluye a quienes residen en el medio rural, “resulta en una exclusión financiera que no hace más que favorecer el despoblamiento de nuestros campos”.
INSEGURIDAD | Al comienzo de su discurso, Zunino llamó a los presentes a hacer un minuto de silencio en memoria de Viviana Gallero Duqué, la anciana brutalmente asesinada este año en la zona de Chamizo, crimen que hasta el momento no ha sido aclarado, “En su nombre recordamos a todos los productores que han perdido su vida víctimas de la delincuencia”.
“Empezaron por una oveja, siguieron con vacas y ahora ya hemos perdido vidas humanas”, lamentó. No obstante, reconoció el esfuerzo que realiza la policía de San José y criticó que cuenten con “escasos recursos” para hacer su trabajo: “no es suficiente, algo habrá que cambiar en el sistema o en las leyes, no somos nosotros quienes debemos sugerir las soluciones, para eso están los entendidos, pero si tenemos la obligación que se cumpla nuestro derecho a vivir y trabajar en paz”.
El presidente de la ARSJ se refirió, además, al hecho ocurrido días atrás en un establecimiento de Salto, en dónde un capataz agredió físicamente a un peón rural. “Hace unos días se retomó el concepto de la lucha de clases, durante el triste episodio acaecido en Salto, rechacemos pero no generalicemos, la dureza de la vida de campo nada tiene que ver con el trato desigual”. Días pasados Zunino había rechazado públicamente el manejo de la situación por parte de los medios y la opinión pública, ya que según él, se habría cometido una generalización de la situación del campo en relación al destrato hacia los peones rurales a partir de una situación particular.
“Todo lo contrario, tierra adentro abundan los valores de solidaridad, compañerismo y el de buen vecino, solo comprobable si se conoce la tierra, muchas de las cosas que suceden a diario deben ser ejemplo y no censura”, reafirmó y dijo a continuación que rechazan términos “como los de esclavitud que han sido utilizados por gente que quiere seguir con la eterna división, campo/ciudad que se ve que les conviene”.
“Queremos un campo con gente, con familia, no solamente por nosotros, sino que por el Uruguay. Somos un país agropecuario pero lamentablemente sin conciencia de serlo”, lamentó al culminar.
Por Katherine Martínez
