El pasado lunes 23 de setiembre, el candidato al Senado por la lista 1001 (PCU), del Frente Amplio Óscar Andrade, estuvo en la sede del sindicato de Bader en Ciudad del Plata, para transmitir a los trabajadores de la industria metalúrgica su visión sobre el plebiscito sobre la seguridad social, que ese sector del Frente Amplio (junto a otros), apoya. Previo a ello, visitó La Semana para analizar los porqués de ese respaldo.
El actual legislador -que volverá a encabezar la lista 1001 al Senado-, comenzó diciendo que “los uruguayos tenemos que hacer una valoración política sobre si los trabajadores uruguayos están defendiendo legítimamente sus derechos o no. Cualquiera que intente sumar argumentos va a encontrar que el deterioro de las condiciones de acceso a la seguridad social son suficientemente fuertes como para pensar que es legítima la respuesta del movimiento popular”.
Recordó el Senador que la reforma de 1995 ya había endurecido las condiciones jubilatorias lo que “generó una tragedia, al punto que en 2006 teníamos siete de cada 10 trabajadores sin poder acceder a la jubilación o pensión”. Comentó que las sucesivas reformas hechas durante el gobierno del FA habían mejora la situación, pero “hoy se corre la edad de jubilatoria a los 65 años, teniendo la información previa de que menos de la mitad de los trabajadores llega a esa edad trabajando. Además, la aumentan en un país en que los trabajadores viven al día y en el conseguir trabajo con más de 60 años es difícil”.
“Entonces, mantener en la Constitución los acuerdos alcanzados en el diálogo social de 2006-2008 que permitió que Uruguay duplicara la cantidad de altas jubilatorias por año, me parece que es una postura legítima. El primer punto del plebiscito no plantea ninguna mejora, tan solo aspira a recuperar los derechos jubilatorios que se tenían antes de abril que eran, por lo menos masivos. Nosotros entendemos que hace bien al país no ser Paraguay, que no tiene problemas de financiación de la seguridad social pero sólo uno de cada cinco paraguayos se jubila. Ahorrás, pero el costo es muy alto”, argumentó el Senador del PCU.
MÁS AÑOS | Prosiguió diciendo Andrade que “en el sistema nuevo el mínimo se logra a los 65, eso quiere decir que en función que la gente con el sistema anterior seguía trabajando, a veces hasta los 64 o 65 años para tener una jubilación razonable, ahora vas a tener que trabajar hasta los 70. Eso es muy difícil en algunas ramas de actividad. Según datos del BPS, la cantidad de trabajadores que se va a romper, es decir que van a recibir su jubilación por altas por incapacidad va a saltar de 60 mil a 150 mil; por eso, la ley encontró una forma perversa de resolver esto, que es bajar las jubilaciones por incapacidad”.
“En un país donde apenas 15 de 100 mujeres trabaja después de los 60 años y 20 de cada 100 hombres, que se vuelva a la edad mínima de 60 para jubilarse, no parece ser un reclamo muy exigente”, agregó el legislador.
Luego Óscar Andrade explicó que “el segundo punto también es una reacción al congelamiento de la jubilación mínima. Sería innecesario que este punto estuviera en el plebiscito si se hubiera mantenido la política económica que existía hasta 2019, que permitiría que las jubilaciones estuvieran hoy en 21.105 pesos, es decir mil pesos por debajo del salario mínimo nacional, por lo que no sería necesario un plebiscito. El tema es que se congeló la jubilación mínima”.
Respecto a las administradoras de fondos previsionales, Afaps, comentó Andrade que él que siempre fue contrario al régimen, “tampoco pensé que era tan duro. Estamos hablando que tenemos 300 mil jubilados que no llegan a 20 mil pesos de jubilación y me hiciste un sistema que hizo perder, en promedio, 10 mil pesos por mes a cada jubilado. Yo no conozco a un solo trabajador que se haya afiliado al sistema mixto para perder jubilación”.
LA INTERNA DEL FA | Consultado sobre por qué se dan diferencias a la interna del Frente Amplio, explicó que en la coalición nunca hubo consenso sobre el sistema privado; cuando se vota su creación, hubo una parte del FA que estábamos en contra, fue mayoría, pero con una parte bastante importante que estaba a favor. El FA vota en contra por disciplina partidaria. Es un debate que no es reciente y en ese momento, la 2121 que estaba a favor, era un 40% del FA, no era chiquito. Eso llevó a que si bien se lograron algunos avances en los gobiernos del FA no hubo consenso para ir a un cambio de modelo”.
Entiende el Senador que hay varias medidas en la nueva ley que las hacen peores; la primera es que ahora sí son obligatorias, la segunda es que antes te afiliabas a una Afap y renunciabas a una cuarta parte de la jubilación del BPS, pero ahora te obligan a renunciar a la mitad. La tercera es que te cobraban comisión en la medida en que movías la cuenta, es decir cuando te ingresa dinero, ahí me ‘mastican’ el 20% en primas y comisiones, pero ahora se habilitó a que te sigan cobrando comisión aunque estés desempleado”.
“Hasta noviembre del año pasado, cuando un trabajador generaba causal jubilatoria y tenía una actividad bonificada, se le tenía que respetar esa bonificación tanto en el BPS como en las Afaps, pero a partir del 1º de diciembre del año pasado, las Afaps no pagan más bonificadas. Esto es un impacto grande”, opinó Andrade.
Una última medida que manejó Andrade es que ahora “empiezan a cotizar a las Afaps los escribanos, los bancarios, los profesionales, los militares y los policías. Esto nos afecta a todos porque por 30 años, con opción a 10 más vamos a subsidiar a todas estas cajas. Este es un costo de arriba de cinco mil millones de dólares; vamos a estar subsidiando el aporte a las Afaps de salarios de 400, 500 mil pesos, a la vez que decimos que no hay recursos para aumentar la jubilación mínima”.
Por último dijo que él no participa de “la idea que el que estén en la Constitución algunos derechos sea un problema, lo que está en la Constitución se puede cambiar, pero cuando quieras cambiarla de nuevo vas a tener que hacer una propuesta potable”.
Imagen: Martín Schwager.
Por Javier Perdomo.