En nuestra pasada edición, hablábamos del malestar de los vecinos del balneario Kiyú por los actos vandálicos ocurridos en las últimas semanas, pero esos hechos –de por sí condenables-, no son los únicos que generan malestar en el balneario y en todo el Municipio.
En los últimos días, han circulado varias fotografías en las que se pueden ver basurales que se han generado en distintos puntos del Municipio, lo que ha motivado un pedido de informes del concejal Gonzalo Rodríguez dirigido al intendente José Luis Falero, en el que realiza seis preguntas dirigidas en particular a la Dirección de Gestión Ambiental y Salud, a cuyo frente está el doctor Juan Carlos Álvarez.
Rodríguez realiza una introducción en su pedido en el que comenta que varios vecinos le “han estado informando de la presencia de basurales tanto en cursos de arroyos como en espacios entre la arboleda o al costado de caminos”. En particular, menciona haber realizado un rápido recorrido y detectar basurales en la zona de “La Guitarra” en balneario Kiyú, en el arroyo El Tigre, a la altura del kilómetro 47 y en Camino Mauricio, próximo a la escuela 77, aunque dice saber que hay otras zonas afectadas.
“Estos basurales, algunos ya se podría decir que son endémicos y causan diversos inconvenientes que terminan afectando la salud de la gente, como ser la presencia de roedores y ofidios, además de ser generadores de zonas de calor con peligros de incendio, contaminación del medio ambiente, de las capas superficiales de aguas y de los arroyos”.
Rodríguez añade en su exposición que estos basurales “no son formados por desechos orgánicos, sino que se encuentran todo tipo de envases (herbicidas), plásticos, electrónicos y sabemos que los responsables son vecinos del Municipio o en el caso de Kiyú, gente que transitoriamente viene por el día o por varios días”.
Incluso, dice Rodríguez, que algunas personas que le han hecho denuncias le han comentado que han visto autos de Libertad o de vecinos del propio balneario, arrojando residuos. “Les he planteado que frente a la constatación de estos basurales, me envíen fotos, cosa que han hecho y ya dispongo de estos testimonios como para tramitar las denuncias respectivas donde corresponda”, añade el Concejal, que también comenta que al tema de la contaminación por basurales se suma el uso de herbicidas, principalmente glifosato, hasta con la irresponsabilidad de usarlo a escasos metros de escuelas rurales”.
LAS PREGUNTAS | Por todo esto es que consulta Gonzalo Rodríguez si la Dirección de Gestión Ambiental y Salud está al tanto de la situación denunciada y si es así pregunta qué medidas se plantean para erradicar estos basurales casi endémicos.
También pregunta si existe alguna normativa que penalice arrojar este tipo de residuos, para en caso que exista conocerla y distribuirla entre la población.
Otra de las consultas de Rodríguez es “si existe algún teléfono o algún despacho en la Intendencia donde los vecinos puedan hacer la denuncia en forma anónima, como existe en la página del MGAP, “en la cual hemos hecho denuncias y los inspectores han aparecido y han aplicado fuertes multas a los irresponsables”.
También pregunta si existe algún tipo de cartelería que se ponga en los lugares advirtiendo de las multas por arrojar residuos y si la Dirección de Salud y Gestión Ambiental, responsable del trabajo sobre estos temas, tiene algún plan de educación para escuelas y para la comunidad”.
Cierra su pedido Rodríguez diciendo que “hay que trabajar con la comunidad para que se empodere del tema. Hay que comprometer para una fuerte toma de conciencia a instituciones de enseñanza, a Comunidad Saludable, a las instituciones deportivas y culturales, a las organizaciones gremiales y por supuesto al Municipio para que esto no termine transformándose en una tragedia ambiental con efectos, sobretodo en la salud, donde pueda ser tarde para el afectado”.
Según Rodríguez, al consultar sobre el problema al alcalde Sergio Valverde, éste le informó que el Municipio limpia semanalmente los puntos mencionados por el Concejal y anunció que es probable que en “La Guitarra” se instale un contenedor.
Por Javier Perdomo.
