Cuántas cosas importantes ocurren en setiembre. No se puede decir que comienza el año chino porque no es así, pero para los uruguayos es como si estuviera empezando; andan todos desesperados por ver qué tan bien les puede ir con el libre comercio. En particular en el medio que nos soporta, no vemos que podamos beneficiarnos mucho, porque no debe haber muchos asiáticos interesados en estos textos, pero igual estamos de brazos abiertos y con el pasaporte al día, por si pinta alguna recorrida por esas exóticas tierras que nos quieren conquistar. Bienvenidos a la columna elucubradora, que sin más preámbulos está comenzando.
Sí señora, sí señor, lo hice otra vez. El pasado miércoles me fumé un par de horas de debate parlamentario en vivo y en directo. Los miércoles son días tranquilos para el escriba y quería ver qué pasaba con la formación de la investigadora para el amigo Germán Cardoso en Diputados, porque no entendía mucho eso de formar dos comisiones que se manejaba, con el acusado en una actuando de acusador en otra. Al final, terminé más confundido de lo que estaba porque formaron una comisión con el objetivo de investigar dos períodos distintos con Cardoso en los dos roles.
Pero lo más insólito no fue eso, sino que lo fue cómo se desarrolló la sesión de la Cámara. Con un miembro informante en mayoría -el “independiente” Iván Posadas-, que brindó su informe y se desapareció de la Cámara, con decenas de diputados frenteamplistas haciendo uso de la palabra para “pegarle” desde distintos ángulos a Cardoso y con un casi absoluto silencio de los diputados de la “colisión” gubernamental que en ningún momento salieron en defensa del malogrado ex Ministro de Turismo que volvió a su cargo de Diputado, no sea cosa que a algún Fiscal se le diera por llamarlo a declarar y no estuviera protegido por sus fueros.
Cardoso fue el único que defendió a Cardoso y los demás coaligados votaron junto a él para salvar del embrollo a uno de los partidos del combo que nos gobierna, pero todos en su fuero íntimo saben que hay cosas que no cierran en su gestión y por ello nadie se la juega.
Usted discúlpeme, yo no quiero ser defensor de la anterior gestión, no me interesa y no gano nada con ello, pero lo que no me cierra es que se plantee investigar la gestión de un tipo que se fue de un Ministerio por la puerta de atrás y terminen investigando la gestión de los 10 años anteriores (por todos vista como positiva hasta ahora), sólo para dejar conforme al investigado y su partido, de forma que no generen problemas de gobernabilidad.
Es un chiste, es un insulto a la inteligencia de los uruguayos, como lo fueron cada una de las intervenciones de Cardoso que escuché, quien cada 10 minutos tenía que pedir la palabra por una alusión. ¡Cómo no se iba a sentir aludido si toda la sesión se centró en él!
Lo mejor de todo es que el semanario Búsqueda -en un trabajo periodístico con independencia-, al otro día desmentía con pruebas documentales la mayoría de los argumentos esgrimidos por “Germancito”, que pretende cargarle la responsabilidad de sus actos a otros o por lo menos embarrar la cancha para no ser el único que sale manchado. “Si caigo yo, que caigan otros”, parece dejar entrever el amigo del estafador Sanabria y del jerarca policial condenado poco tiempo atrás, al que le pedía “favores”. Todo un ejemplo de legislador.
Y bueno, ya que estamos hablando de payasadas parlamentarias (me gusta esto de ser un cronista parlamentario virtual), leí por ahí que el líder del PERI -el partido ecologista menos ecologista del universo planetario-, el ingeniero César Vega le está pidiendo a Cabildo Abierto que lo apoye en la formación de una investigadora para estudiar los “efectos nocivos” de las vacunas contra el coronavirus.
Vega parece que pretende generar aquello de los extremos que se juntan. Pero no, no me refiero a los extremos ideológicos, sino a los extremos del absurdo, porque los legisladores cabildantes han mostrado en distintos momentos del actual período, su manifiesta incapacidad de entender la realidad y de entender dónde están, así que con el “señor lechuga”, como algunos le dicen a Vega (por favor, que las lechugas no se enojen, que con bastante condimento son muy ricas), forman la delantera de la ignorancia en nuestro parlamento.
Yo pensé que los líderes cabildantes no iban a permitir que nadie se le sumara a Vega -tienen un médico Ministro en el MSP-, pero no, siempre hay alguno que se desmarca y la diputada Elsa Capillera le quiere seguir el juego a Vega, porque según dijo, su condición de católica la hace inmune al coronavirus.
¡Haberme dicho antes! Si con confesarme un par de veces y comerme un par de hostias me ahorraba los pinchazos, al instante estaba en la Iglesia. No, tranquila/o, después, ocurrió lo de siempre, los que dicen disparates salen a aclarar que en realidad no es lo que quisieron decir, que los sacaron de contexto, que los malinterpretaron y bla, bla, bla.
¿Vio? En apenas unas cuantas líneas le he mostrado algo que creo que alguna vez le he mencionado. En este período, tenemos uno de los planteles parlamentarios intelectualmente más pobre que ha tenido el país desde la recuperación de la democracia al presente. Aquello de “cualquiera es Diputado” se aplica más que nunca.
Sin transmisiones en Youtube como ahora, recuerdo haber escuchado fuertes y argumentados debates parlamentarios. Uno podía coincidir o no con los debatientes, pero percibía que había preparación, estudio, formación. Es cierto, todavía los hay muy formados, en los dos bandos, pero son los menos. La necesidad de ingentes sumas de dinero que demandan las campañas electorales, hacen que aparezca gente en las listas con algún “pesito”, pero sin preparación intelectual y en definitiva, tenemos el parlamento que nos merecemos.
Un último tema, fuera del ámbito parlamentario y en el departamento. Otra vez surgen voces que cuestionan a los jóvenes, sólo por serlo. Con esto del “cobicho” les cerraron todas las oportunidades de diversión; no hay bailes, no hay eventos, casi ni pubs hay; con creatividad han encontrado la forma de encontrarse al aire libre. Los sacaron de la avenida en Libertad y la mayoría se fueron a “la colina” en Puntas de Valdez, un lugar bastante apartado del pueblo.
Pues bien, también allí tienen problemas; siempre hay alguien que se enoja con ellos, que le molesta el ruido, la basura y no sé cuántas cosas más. En lugar de generarles los espacios de esparcimiento se los cercena, se los espanta, se los aísla. Uno, que decidió ser un perpetuo adolescente pese a que le moleste la música de “m” que escuchan los gurises de hoy, me solidarizo con ellos, menos con los que hacen picadas y piensan que son vivos porque andan rápido.
Bueno, listo, ya le dije todo lo que tenía que decirle por ahora, del Parlamento fuimos a la colina y desde la colina iniciamos otro viaje hasta dentro de otros siete días, donde habrá otros asuntos a los que referirse, porque como le dije al principio, setiembre viene jugoso. Así que, hasta entonces.
Por Javier Perdomo.
