Sé que usted está esperando que el escriba de pueblo le dé alguna visión del resultado electoral y como en las elucubraciones edición papel, que se está distribuyendo en estos momentos, la temática es otra, he aquí unas breves elucubraciones de ballotage, prometiendo profundizar en el papel y en la web para la próxima semana. Sígame, pero no se ilusione con la extensión del texto a leer, le aclaro desde ya.
Se dio el resultado lógico luego de lo ocurrido en la primera vuelta; era muy difícil que Orsi perdiera, aun cuando uno mismo había entrado en la duda al final del camino, con un par de encuestas que generaron algo de incertidumbre.
Por supuesto que desde que terminé con la producción periodística de la edición impresa, me dediqué a escuchar análisis y entrevistas diversas sobre lo ocurrido en las urnas. Lo que a uno le sorprende es la poca trascendencia que le dan los integrantes de la coalición multicolor a los escándalos ocurridos en el período, a la hora de analizar el por qué perdieron las elecciones.
No paro de recordar nunca aquellas palabras proféticas de Manini Ríos cuando la coalición logró que no se derogaran 100 y pico de artículos de la Ley de Urgente Coalición (LUC), en el plebiscito de 2022. Aquel día, captado por casualidad por una cámara, a Alberto Volonté y Graciela Bianchi les decía Manini Ríos algo así: “con esa diferencia (habían ganado por unos pocos miles de votos), cualquier error que cometamos perdemos las elecciones”.
Pocos meses después, el Uruguay entero conoció a Alejandro Astesiano y su trama de corrupción en Torre Ejecutiva (en la que puede haber varios jerarcas de gobierno involucrados), también conocimos a Sebastián Marset, los acomodos en Salto Grande y las horas extras en Artigas, el famoso pescado que llegó de Arabia, las casitas que entregó Irene Moreira (esposa del generalito), y otros asuntos que se me escapan de la memoria.
No pensar en estas cosas cuando se habla de las razones por las cuales perdió el actual gobierno, es no ver la realidad. Muchas veces quisieron confundir y mezclaron a Sendic, Ancap, Caloia, Pluna, la regasificadora, pero nada de eso se compara con acomodar licitaciones, espiar a dirigentes políticos y sindicales, darle trabajos de cientos de miles de pesos a punteros políticos o apurar un pasaporte a un narco conocido en el mundo. Los primeros casos fueron errores de gestión, pero no corrupción; en los hechos que ocurrieron en este período, las dudas siguen firmes y habrá que esperar a ver qué va diciendo la justicia en los próximos meses.
Por lo pronto, para el escriba de pueblo, todos estos hechos, además de los temas económicos y de seguridad pesaron en el resultado final. Si no analizan eso, entonces, analizan mal, según la para nada humilde visión de este escriba de pueblo.
Imagen: S. Parentelli.
Por Javier Perdomo.